Roberto Gattoni es un personaje casi insustancial, desconocido para la mayoría de la gente. Pero no. Es el actual vicegobernador de San Juan y, anteriormente, ministro de Hacienda y Finanzas de la misma provincia.
Se trata de uno de los funcionarios de mayor confianza de Sergio Uñac, jefe de Estado provincial. A punto tal, que en ciertos temas de alta sensibilidad política suele hablar en nombre del propio gobernador.
Ciertamente, es un contador del montón, que no ostenta fortuna familiar ni mucho menos.
A pesar de ello, ha iniciado en San Juan un ostentoso emprendimiento agrícola, con una inversión cercana a los dos millones de dólares.
Refiere al negocio del Pistacho, para muchos una suerte de "oro verde", un producto que cotiza fuerte porque, entre otras cosas, tiene altísimos costos y demora entre 6 a 8 años para mostrar sus frutos.
Para encontrarse con el “emprendimiento” de Gattoni solo hay que dirigirse a la ruta 20, a la altura de La Chimbera, en el Departamento de 25 de Mayo, donde se yergue un enorme predio de 200 hectáreas, justo al lado de la finca de un conocido productor viñatero de esa provincia, Juan José Ramos.
Para iniciarse en el negocio, el “vice” sanjuanino le compró los plantines de pistachio a un “micro competidor” llamado Marcelo Igani, un arquitecto iraní radicado en San Juan desde hace décadas.
Según pudo saber Tribuna de Periodistas, la adquisición fue para 80 hectáreas del predio.
Expertos calcularon a pedido de este portal unas 350 plantas por hectárea, que darían unos 28 mil plantines a un valor de 15 dólares cada uno: ello arroja la friolera de 420 mil dólares.
Otra cuestión a tener en cuenta: en esa zona no hay agua de riego, lo cual obliga a hacer perforaciones y sacar agua con bombas hídricas. El cálculo de los que conocen del tema es de un pozo cada 50 hectáreas implantadas de entre 300 y 450 metros de profundidad. Ello tiene un costo promedio de unos 250 mil dólares, a lo que debe sumarse la electro bomba, que cuesta entre 20 a 30 mil dólares más.
Como se dijo, es un emprendimiento oneroso, que requiere de un gran uso de energía eléctrica en época de riego, con el consecuente gasto dinerario. Cientos de miles de pesos al mes. A su vez, hay que tener empleados que se ocupen del trabajo, sobre todo en época de poda.
Todo ello por unos seis años como mínimo, sin ver un solo peso por la producción del pistacho.
En ese contexto, flotan puntuales preguntas en el aire: ¿Cómo se financia Gattoni? ¿El emprendimiento es suyo o de alguien más? ¿Es testaferro o dueño del mismo? ¿Por qué el oficialismo y la oposición de San Juan hacen mutis por el foro cuando se los consulta al respecto?
Y el último interrogante: ¿Por qué funcionarios de Uñac advirtieron a este cronista que era “peligroso” revelar este negociado?