La polémica por la intención de la intervención federal del Poder Judicial de la provincia de Jujuy continúa in crescendo y todo indica que dará mucho de qué hablar.
Como ya ha revelado Tribuna de Periodistas, el presidente Alberto Fernández le pidió al gobernador jujeño, Gerardo Morales, que amnistíe a la ex líder de la Tupac Amaru Milagro Sala. Es allí donde comenzó esta trama novelesca.
Por caso, abierta y públicamente, Morales manifestó: “No la voy a indultar, prefiero que me peguen un tiro en la cabeza”. Lo hizo en el marco del rechazo al proyecto de Ley presentado por el senador nacional Guillermo Snopek para que se intervenga la Justicia jujeña.
El senador nacional Mario Fiad fue muy explícito al mencionar que “no es un proyecto de intervención, no cabe duda alguna de que es un proyecto de liberación”, acotando además que el día que se reunió la Comisión de Asuntos Constitucionales, fue “con la presencia de gente apoyando el proyecto y reclamando la liberación de Milagro Sala”.
Entonces todo indica que el proyecto apunta a la liberación de Sala. ¿O acaso es casual que sólo unos días antes de ser presentada dicha iniciativa se hayan difundido unos audios del presidente del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy Pablo Baca? ¿También será casual que quien los haya puesto en circulación sea ni más ni menos que el histórico operador kirchnerista Horacio Verbitsky?
"Milagro (Sala) está presa porque ese bendito tribunal entiende que si ella está suelta es un peligro para el gobierno; no por sus delitos, sino para que no tengamos que volver al quilombo permanente, a los cortes, a la quema de gomas" se puede oír en dichos audios.
Baca no negó que el que habla en esos audios sea él, simplemente atinó a excusarse mencionando que los audios fueron "obtenidos sin mi conocimiento, en forma ilegal y clandestina y corresponden a conversaciones privadas en el ámbito de la intimidad".
Más allá de toda esta maraña, lo cierto es que el Gobierno intentará avanzar con todos los recursos que ostente para poder cumplir con el objetivo de liberar a Milagro Sala, quien la debe estar pasando terrible en su mansión de lujo.
Se abre una ventana
Luego del atolladero en el cual se incrustó Baca, no tuvo mejor remedio que sucumbir y renunciar dejando vacante el cargo más importante en la Justicia de Jujuy.
En su lugar, fue designado el juez Sergio Marcelo Jenefes, al menos hasta finalizar el período 2020. Su designación como presidente del STJ jujeño estuvo lejos de las polémicas y todo fue realizado en regla.
Dicho sea de paso, el resultado de la votación fue por unanimidad por parte de los jueces que integran el máximo organismo judicial de la provincia y ya quedaron asentadas en la acordada N° 23/2020 fechada el 16 de marzo.
No obstante, será necesario inmiscuirse un poco en el pasado de Jenefes para conocer sus ambiciones.
Intervención tácita
Sergio Jenefes se desempeñó como funcionario durante el Gobierno militar de Jujuy encabezado por el General Fernando Urdapilleta (19 de abril de 1976-29 de marzo de 1981).
Fue nombrado por Decreto del Poder Ejecutivo de Jujuy, N ° 166-BS, del 21 de mayo de 1976, como Director de Administración de Tierras Fiscales, dependiente del Ministerio de Bienestar Social.
Luego, por Decreto del Poder Ejecutivo de Jujuy, N° 402-BS, del 26 de junio de 1976, fue designado Subsecretario de Promoción y Asistencia a la Comunidad, dependiente del Ministerio de Bienestar Social.
Tras muchos años, fue favorecido por la legislatura provincial para asumir como vocal del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy en una extensa sesión, en la cual no faltó la polémica y de la cual se sospechan ciertas irregularidades.
Dicha sesión se realizó el día 28 de diciembre del 2007. Entonces, Pablo Baca ocupaba una banca por la UCR en la Cámara de Diputados provincial y, en su discurso ante la legislatura dejó muy en claro su posición: “Creo que en este momento del año aceptar el ingreso de estos pedidos de acuerdo, permitir que tomen estado parlamentario va a tener el efecto que está previsto en el artículo 123º inciso 28) de la Constitución. El 123º inciso 28) en Atribuciones y Deberes que le corresponden a esta Legislatura dice: ‘prestar o negar acuerdo para las designaciones que lo requirieren, el que se entenderá como otorgado si dentro de los treinta días de recibida la comunicación correspondiente la Legislatura no se hubiere expedido’”.
Es decir, de no llevarse a cabo una sesión extraordinaria para debatir la designación dentro de los treinta días, la misma quedará refrendada.
Recién asumía el justicialista Walter Barrionuevo al frente del Ejecutivo provincial, aquel que respondía de forma directa y abierta al Frente para la Victoria, (y a sus comandantes, Néstor Kirchner y Cristina Fernández) y ya había solicitado la designación en la Justicia de un hombre de su entera confianza: Sergio Marcelo Jenefes.
Por entonces; Madres y Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Jujuy y el C.E.PRO.D.H., (Centro de Estudio y Promoción de los Derechos Humanos) buscaban impugnar el nombramiento de Jenefes en el cargo por sus antecedentes como funcionario de la dictadura, aunque sin suerte.
También, es necesario destacar que Sergio es hermano de Guillermo Jenefes, ex vicegobernador jujeño (Junto al justicialista Eduardo Fellner, quien también respondía al Frente para la Victoria), ex senador, ex presidente del directorio de ENACOM (donde supo cosechar muchos contactos valiosos) y además es propietario del Canal 7 de Jujuy.
Podría suponerse entonces que con la designación de Sergio Jenefes se tendría cierto control de los medios de la provincia y con ello, podría manejarse la opinión pública de puntuales sectores sociales de Jujuy.
Por último, es dable resaltar que el ahora presidente del STJ jujeño enfrentó a fines del año pasado un intento de juicio político por la presunta sustracción de documentos públicos que jamás prosperó.
Concluyendo
Sergio Jenefes resulta ser un hombre de gran confianza del oficialismo nacional, además de encontrarse en las antípodas de su predecesor Pablo Baca, por tanto, resulta una pieza fundamental en la avanzada que hoy propugna el Gobierno contra el Poder Judicial jujeño.
Con estrechos lazos con la vicepresidenta Cristina Fernández, será él mismo quien se encargue de resolver la situación judicial en la cual se encuentra Milagro Sala.
Hay que destacar la eficiencia del fernandismo para condicionar a la Justicia de Jujuy sin recurrir a escándalos, polémicas e ilegalidades. Sin embargo sólo una cosa es segura: la intervención judicial, y la posterior liberación de la líder de la Tupac Amaru, ya está en proceso.