En las últimas horas se viralizó en las redes sociales una receta médica firmada por una supuesta médica cubana llamada Geraldine Fernández, cuya firma carece de matrícula y aparece firmada con su DNI (ver al pie).
En realidad, la mujer no es de Cuba sino de Venezuela. Según pudo averiguar Tribuna de Periodistas se graduó en la Universidad del Zulia y su currículum está cargado de buenos antecedentes en temas de salud.
Lejos de tratarse de una anormalidad, su trabajo profesional está amparado en el decreto de “emergencia sanitaria” del pasado 12 de marzo, el Decreto 260/2020.
Allí, en su artículo 8 dice claramente que se permite “autorizar, en forma excepcional y temporaria, la contratación y el ejercicio de profesionales y técnicos de salud titulados en el extranjero, cuyo título no esté revalidado o habilitado en la República Argentina”.
Como bien dice la norma, es algo temporario y excepcional. Solo mientras dure la pandemia del coronavirus.
No deja de ser polémico, desde ya, pero a veces los debates de este tenor deben ser analizados en contexto.