En las últimas horas, la plataforma eLibro decidió sumarse al proyecto del Ministerio de Educación de la Nación con un aporte de más de 5 mil textos digitales accesibles a través del portal Educ.ar.

“Es parte de nuestra responsabilidad social alentar la lectura entre los actores de la comunidad educativa Argentina”, aseguraron desde la empresa a través de un comunicado.

Y añadieron: “Nuestro sistema virtual permite acceso de tipo múltiple usuario concurrente y

lectura online-offline, además de incluir herramientas para la trazabilidad del uso y para facilitar el trabajo colaborativo”.

Este portal ya ha hablado in extenso de eLibro, no solo porque es su principal anunciante —la honestidad primero, todo lo demás después—, sino porque además es un sistema trascendental e indispensable respecto a cómo deben adecuarse los sistemas de aprendizaje a los tiempos que vienen (y a los que ya se viven).

Ciertamente, la pandemia del coronavirus obliga a “aggiornar” los sistemas de aprendizaje, en concordancia a los momentos que corren. Ya no hay chances de ir a la hemeroteca a buscar información, ni tampoco a la biblioteca. Los tiempos apremian y la cuarentena no da tregua.

Por eso, lo que hace eLibro es totalmente revolucionario. Alguien tenía que decirlo.