La inseguridad nunca se terminó. El parate en la circulación que impuso la cuarentena obligatoria sólo arrojó una merma en las estadísticas de las principales modalidades delictivas. La disminución en los delitos fue significativa e inédita. Por unas semanas desaparecieron los motochorros de Capital Federal y las principales zonas comerciales del conurbano. También pararon los arrebatos y esas acciones violentas asociadas el transporte público que suelen acechar a porteños y bonaerenses.
Pero todo fue una triste ilusión óptica. A partir de finales del mes de mayo esos mismos delitos urbanos volvieron a meterse entre las principales preocupaciones de las autoridades. En las últimas horas, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, reveló ante A24.com que en algunos municipios volvieron a registrarse casos de secuestros express, una modalidad que supone la privación ilegítima de una persona para obligarla en forma extorsiva a pagar por su libertad.
En una radiografía general de la inseguridad también retornaron esos delincuentes a bordo de motovehívulos que lograron encontrar un manera de sortear los controles ubicados en los límites del AMBA. Muchos se disfrazan de deliverys, una actividad permitida y contemplada dentro de las “escenciales”. Un caso en Villa Bosh que tuvo como víctima a una mujer de nacionalidad india puso en alerta a las autoridades de seguridad.
Es el mismo hecho donde un sodero se animó a atropellar al chofer de la moto que esperaba al otro delincuente para emprender la fuga. La policía advirtió que esa misma moto había sido demorada en un retén, sin embargo, el delincuente pudo exhibir su certificado de libre circulación y transitar sin problemas. “Así se dificulta mucha la prevención delictiva que podamos desplegar en el territorio”, reveló a A24.com una fuente policial.
Más allá del voltaje político de la interna dialéctica entre la ministra Frederic y su par bonaerense Sergio Berni, en la zona metropolitana se decidió conformar una “mesa de trabajo” entre la Nación, la Provincia y la Ciudad. Las tres jurisdicciones reconocen el incremento de los delitos violentos. Frederic suele atribuir el aumento de los hechos delictivos a la crisis social en aumento, aunque públicamente optó por relativizar la posibilidad de que se produzca un estallido con saqueos, como ocurrió en 2001: "El escenario político y social es distinto", afirmó.
En las últimas semanas de marzo, al inicio de la cuarentena, el peligro de un desborde social con robos masivos a comercios de barrio y supermercados fue una amenaza latente. Con el paso de los días, la situación se fue calmando aunque fue necesario el seguimiento de algunos perfiles determinados en redes sociales que fogoneaban una escalada de violencia. "Hay una relación entre la desigualdad y el delito, es innegable", reconocen en Nación.
También las mismas autoridades nacionales muestran preocupación por un extraño fenómeno delictivo: la aparición de millones de pesos y cientos de dólares que son trasladados en forma encubierta por camiones que recorren el país de punta a punta.
Los últimos operativos se realizaron en Salta y la suma total incautada fue de más de dos millones de pesos y nueve mil dólares. Todo en fajos bien escondidos en los recovecos de los camiones. En esas circunstancias, detuvieron la marcha de un Mercedes Benz en el que viajaban dos ciudadanos y, al revisar en los elementos que transportaban, encontraron $ 2.180.000, sin la documentación que acreditara su legal procedencia.
Durante junio, las diferentes fuerzas policiales secuestraron una fortuna que superó los $40 millones en tan solo 23 días y, según se investiga, se cree que todos estos billetes decomisados iban en dirección a la Ciudad de Buenos Aires. En la mayoría de los casos el escenario siempre fue el mismo: la Ruta Nacional 34, también conocida como la carretera General Martín Miguel de Güemes. Se trata de una traza que recorre las provincia de Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy.
“Se pensó que podía ser dinero del narcotráfico o, incluso, de alguna operación de lavado de activos pero finalmente nos inclinamos por pensar en la línea de los talleres clandestinos y la ropa falsificada que se confecciona en Buenos Aires para ser revendida en las ‘saladitas’ del Norte del país”, reveló la ministra Frederic. La hipótesis es compartida por Pedro Simón, el fiscal federal de Santiago del Estero que investiga el origen y destino de 33 millones de pesos.
Finalmente, el efecto pandemia tuvo su correlato en el indicador de victimización que suele realizar la Universidad Di Tella. Las cifras fueron elocuentes. La inicial caída en los delitos fue consecuencia directa de una cuarentena que arrojó a las calles una menor circulación y más controles policiales.
El estudio mostró una caída de 14.5 puntos porcentuales respecto a abril de 2019, y de 10.5 puntos porcentuales en comparación con la medición de marzo de este año. Las cifras fueron alentadoras, pero duraron muy pocas semanas. La inseguridad volvió para copar el centro de la escena política. Se espera un incremento en los índices delictivos y una mayor violencia en el accionar de los delincuentes.
Pero como, como Periodista militonto no trataron y tratan de lavarle el cerebro a los ciufadnos que llegaban los expertos en todos los rubros a solucionarle la vida a la gente???????? Digan lo que digan, hagan lo que hagan los ciudadanos les picamos el boleto. NO LES CREEMOS.