Este lunes, Mario Ishii intentó aclarar la polémica en torno a sus dichos acerca de encubrir la venta de drogas en el municipio que lidera y aseguró que "hay malicia para sacar el video en este momento", en tanto que sostuvo que con "falopa" se refería a "rivotril y esas cosas".
"Tuve una discusión fuerte con los empleados de emergencia que no estaban saliendo. Bajé a hablar y salió el exabrupto", explicó el intendente de José C. Paz en declaraciones al programa Alguien tiene que decirlo, que conduce Eduardo Feinmann por Radio Rivadavia.
No obstante, la aclaración no minimiza el drama: la venta de psicofármacos lista 4 también está prohibida. En buen romance, no se puede comercializar en ambulancias —solo en farmacias, contra entrega de la pertinente receta médica— este tipo de drogas, que influyen en el sistema nervioso.
Por si fuera poco, hay un documento que también refuta a Ishii. Es la Resolución 906-E/2017 del 18 de julio de 2017, donde se deja claro que “solo las unidades de alta complejidad pueden llevar psicofármacos”.
Acto seguido, aclara qué tipo de remedios entran en esa categoría: benzodiazepinas, tranquilizantes mayores, antisicóticos convencionales ehipnóticos. El Rivotril —valga aclararlo— entra justo dentro de esta descripción.
Ello significa que la defensa que intentó Ishii sobre su propia persona, en realidad lo complicó más. Básicamente, porque confesó un delito: la violación a la Ley de psicotrópicos —19.303— del año 1971.
Pero eso es lo de menos, porque los vínculos del gran barón de José C. Paz con el narcotráfico son amplios y reconocidos, como publicó Tribuna de Periodistas este fin de semana.
No solo Ishii tiene vasos comunicantes con ese delito, sino también con el crimen organizado. Quien lo dude solo debe rascar un poco e investigar sus vínculos con Luis “Gordo” Valor. El nexo es Aníbal Benítez, empleado de la comuna que él mismo gobierna.
Para que se entienda: en julio de 2014, cuando fue detenido por la policía, Valor estaba acompañado por Benítez, quien era buscado a su vez por la Justicia. El delito por el que estaba siendo investigado era el de narcotráfico.
Allí es donde aparecen los interrogantes obvios: ¿Pueden darse tantas coincidencias juntas? La ley de probabilidades jura que no.
En ese contexto, sorprende la encendida defensa del peronismo respecto de la figura de Ishii en las últimas horas. ¿Son ingenuos o cómplices?
Se desconoce la respuesta, aunque algo es bien seguro: ningún peronista puede pecar de ingenuidad.
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