Todo tiene que ver con el lugar que ocupen en el nuevo escenario político. Los que están fuera de responsabilidades de gobierno prefieren ir a fondo, los que tienen que pagar sueldos a fin de mes, van por el “diálogo” en el marco de la cuarentena. Van a terminar todos juntos, pero antes tratan de dirimir liderazgos.
La marcha del 17 de agosto en contra de la cuarentena, en “Defensa de la Constitución” es motorizada desde los sectores más duros. Pero no hay que confundir a “la interna de la oposición” con la interna del PRO el partido fundado por Mauricio Macri. A ese espacio le está llegando el tiempo de la madurez.
El día en que los hijos de revelan contra el padre. Ya a nadie escapa que el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, con un respaldo en segundo plano de María Eugenia Vidal, ganan cada vez más espacios. Rodríguez Larreta ya se ubica por encima del presidente Alberto Fernández en cuanto a imagen. Su imagen se proyecta.
Desde el otro lado, Patricia Bullrich es la partidaria de la dureza. Como titular del partido sostiene esa línea. No tiene que pagar sueldos a fin de mes. Como quien dice ya “le pararon el carro”. Se mostraba muy independiente, haciendo proclamas severas de dudoso sustento real. Le armaron una mesa política donde se discuten las posiciones oficiales. Ahora Bullrich dice que no convoca a la marcha de mañana.
En el radicalismo ocurren cosas similares, pero con menos perfil. Los radicales llevan años de internas y elecciones. Una historia muy rica, de memorables peleas entre personalistas y antipersonalistas, intransigentes contra radicales del Pueblo, o balbinistas contra alfonsinistas.
Hoy el nivel no es el de aquellos. Por su lado, el ex gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, está dentro de los duros contra el gobierno, pero también duro contra Macri. Quiere ser candidato a presidente. En el otro lado hay sectores que varían entre el rechazo al acuerdo con el PRO (siguen la interna de Gualeguaychú), con los que aún quieren mantener el paquete unido, pero rentan a la actual conducción del partido.
La batalla va a ser en la provincia de Buenos Aires en octubre. La interna por el histórico Comité Provincial, cuya sede queda en la Capital Federal. Algunos sectores de la interna radical plantean el quiebre con el PRO. Muchos de ellos se referencian en el ahora embajador en España, Ricardo Alfonsín, con dirigentes de la Capital que se referencian con el otro posible candidato presidencial de la UCR para 2023, Martín Lousteau.
Lo que hay que tener en claro, es que no se trata de movimientos de ruptura de Juntos por el Cambio. Son posicionamientos para el 2023. Porque ven que se pueden acelerar los tiempos del gobierno peronista, que sigue sin darle en el clavo a la receta económica. Una derrota de Alberto Fernández en las legislativas del año que viene, ya define el camino hacia un cambio de gobierno. Comenzar después sería muy tarde. Para ese momento, ya casi como que la oposición debería tener resuelto su dilema.
Yendo a lo más terrenal, el actor Luis Brandoni, de la UCR, aclaró que él no es “responsable” de la convocatoria a la marcha de este lunes en el Obelisco y otros puntos del país, sino que “lo organiza la sociedad”. “Esta manifestación la promovieron centenas de miles de argentinos. No soy yo el responsable de la manifestación. Esto lo organiza la sociedad”, explicó sobre la protesta.
Reapareció
El exsenador y expresidente de la UCR Ernesto Sanz reapareció. Lo hizo apoyando al candidato a encabezar la UCR bonaerense y actual jefe de bloque de Diputados de Juntos por el Cambio en la legislatura provincial, Maximiliano Abad. Este es el sector que responde al ex vicegobernador Daniel Salvador, de mejor diálogo con el PRO.
“Soy optimista, más allá de las penurias, la pandemia, el revanchismo y el intento de avasallar instituciones del gobierno; hoy la resistencia y la construcción de una alternativa política pueden conjugarse porque existe una fuerza política que está unida y es representativa de la oposición”, dijo Sanz, quien ya huele que se empieza a definir un escenario en el futuro. Siempre se puede volver.
En una reunión por Zoom, el senador Luis Naidenoff, también se mostró en favor de Abad. El discurso es duro contra el alfonsinismo, que hoy tiene como exponentes a Federico Storani y a Juan Manuel Casella. “No somos el refugio de la nostalgia, somos un partido que representa los intereses de la gente”.
Abad sostuvo que desde la provincia de Buenos Aires se debe cumplir un fuerte papel opositor. “Los radicales estamos de pie, queremos liderar la coalición y queremos ser gobierno. Ese es nuestro desafío”, aseguró. “Estoy convencido que en 2023 desde el radicalismo seremos protagonistas principales en el orden nacional y en la provincia de Buenos Aires”, añadió.
El #17A decimos Basta...
— El Eze (@Eze25_17) August 15, 2020
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