El 24 de agosto, en América TV, en el programa “Animales sueltos”, el ex presidente Eduardo Duhalde dijo que “si no cambian estas políticas que no sirven para nada y buscan políticas de consenso como servicio público”. “La Argentina se dirige hacia un escenario peor que el del 2001”. “La gente se va a rebelar”. Y amenazó con la posibilidad de “un golpe militar”.
Ante el escándalo que produjo, todos los sectores reafirmaron su decisión democrática y él se disculpó. Habló de sus temores, de un brote psicológico, de… Pero, más allá de las explicaciones, Duhalde es un político serio, avezado y es difícil creer que no supiera nada, que hablara porque sí.
Ante un gobierno decididamente sordo y una oposición en iguales condiciones, es imposible que no hayan visto lo que estaba al alcance de cualquiera que siguiera las redes sociales. El malestar de la bonaerense explotaba por internet. ¿Para qué pagan trolls si no se enteran de nada?
Si al anunciar un plan de seguridad multimillonario, sólo para la provincia de Buenos Aires (que con Kicillof tiene coronita), se olvidan de los muy retrasados salarios de los policías, la reacción era inevitable. Si el jefe del arma, Daniel García, les pregunta (la 1ª noche en Almirante Brown) qué problema tenían, era obvio que él formaba parte del problema.
Un jefe del arma que desconoce el justo descontento de sus hombres, un ministro de seguridad, Sergio Berni, que se luce haciendo trucos cinematográficos y raids televisivos y radiales, que se expresa bien, pero que no gestiona, ¿para qué sirven? Sirven para que se amotine la fuerza.
Dicen, que CFK exigió que Berni fuera el ministro de seguridad de la provincia recordando que el motín de la policía en Cochabamba, que se extendió por toda Bolivia (noviembre 2019), fue el comienzo de la caída de Evo Morales. Ha de ser cierto, entre Berni y Frederic hay un abismo.
Un motín policial, de 90.000 hombres armados (la fuerza más poderosa del país) es preocupante. Los reclamos eran justos, el hecho de rodear Olivos fue abominable. La gobernabilidad bajo ningún concepto se debe poner en juego. Este gobierno, por malo que sea y lo es, debe durar hasta el 10/12/2023.
El gobernador Kicillof nunca apareció. El problema se lo tuvo que resolver de muy mala manera, el Presidente. Kicillof es tan inoperante como su ministro de seguridad y su jefe de policía. El Presidente adoptó el sistema de confrontación de CFK. La gente lo votó porque era dialoguista.
No se es dialoguista si le hace mandar un mensaje de texto personal al jefe de gobierno de CABA, 1 minuto antes de iniciar el acto donde se le da el mazazo de quitarle 1 punto de la coparticipación, sin haberlo hablado antes. Resultado: la ciudad más pobre y Rodríguez Larreta candidato 2023.
Hay jugadas destinadas a molestar al enemigo (ya no hay adversarios para el Presidente, sólo enemigos, como para CFK), que funcionan como bumerang. Es lo que sucedió con esta disposición arbitraria, discrecional, unipersonal de Alberto Fernández. Nada más unitario que decidir solo.
En cuanto a la bonaerense, cuando le suban los salarios a la Federal, algo que todavía no ocurrió, otra vez quedará retrasada. ¿Volverán a amotinarse? O cualquier otra fuerza o gremio que se encuentre desposeído, ¿llegará armado a reclamar a las puertas de Olivos?
Se ha sentado un muy mal precedente. El Presidente no debe aceptar chantajes. La preocupación de Duhalde, que puede haberse debido a un sueño premonitorio, a un agobio psicológico, a información, o simplemente a una lectura de la realidad, no estaba tan equivocada.