Durante semanas, políticos, economistas, periodistas y opinólogos varios pidieron una dirección "centralizada" de la economía, con una mayor "coordinación" entre el Ministerio de Economía y el Banco Central.
Algo que el Gobierno oficializó a partir del lunes, pero con resultados exactamente inversos a los buscados.
El "empoderamiento" de Martín Guzmán, ministro de Economía, sobre el resto del gabinete económico, está haciendo volar el dólar por los aires.
Las explicaciones de esta corrida devaluatoria van desde los argumentos instalados y políticamente correctos, hasta -la parte más jugosa- lo que diferentes funcionarios del Gobierno y operadores del mercado admiten "off the record".
En este argumentario juegan fuerte: el error de diagnóstico liberal que hizo Martín Guzmán, la defensa del interés de los fondos que considera "amigos" porque lo ayudaron a cerrar el canje de deuda y una enorme cantidad de pesos dispuestos a pagar cualquier precio con tal de convertirse en dólares.
El economista formado en La Plata, profesor de la Universidad de Columbia, llegó al Gobierno con el prestigio que significa ser discípulo de Joseph Stiglitz, lo que incluye coautoría de artículos entre ambos.
Un argumento que tanto el presidente Alberto Fernández, como la vicepresidenta Cristina Kirchner, compraron gustosos. Y que dio sus frutos cuando la Argentina cerró su reestructuración de deuda externa.
Sin embargo, la "gloria" que trajo tranquilidad cambiaria durante apenas un día, obvió algunos datos de fondo.
Por ejemplo, que la oferta pasó de 35 a más de 53 dólares por lámina de 100, casi el ideal que pretendían los grandes fondos concentradores de bonos en default.
También que Argentina adelantó el período para comenzar los pagos. Como antes los opositores lapidaron a Guzmán como inepto e incapaz, ahora los oficialistas se apuraron a tratarlo de genio. Ni un extremo ni otro se ajustan a la realidad.
Argentina no funciona como Estados Unidos
La experiencia académica y profesional de Guzmán en el país del Norte, de aproximadamente una década, parece volverse un pasivo más que un activo para resolver la crisis económica actual.
No hay doctorado, cargo en Columbia ni amistad con Stiglitz que valgan cuando hay grandes fondos de inversión a los que les sobran pesos y los quieren convertir en dólares.
"Guzmán se cree que los mercados financieros en Argentina funcionan igual que en Estados Unidos. Pasó tanto tiempo allá que no entiende cómo funcionan las cosas acá", admitió, con cierto dejo de preocupación y tristeza, un ex presidente del Banco Central a la agencia Noticias Argentinas.
En esencia, la hipótesis, de cuño estrictamente liberal, del ministro, es la siguiente: si se liberan los mercados de CCL y MEP, habrá no solo mayor demanda sino también más oferta, la interacción entre ambas funcionará mejor, y los precios tenderán más al equilibrio que a la especulación.
A tres días del "Plan Guzmán", planteado así parece extemporáneo. Pero basta recordar el comunicado que el Ministerio de Economía envió a última hora de la tarde del lunes.
Allí se habló de tomar "una serie de decisiones coordinadas a efectos de reordenar distintos aspectos normativos que afectan la operatoria en el mercado de capitales".
En términos concretos, los cambios eran principalmente tres: reducción a tres días del "parking" (entrada y salida de capitales en bonos), "favorecer el proceso de intermediación para incrementar la liquidez de los instrumentos locales" y "fomentar la operatoria de emisiones locales en mercados regulados argentinos".
Sumado a ello, la emisión en noviembre de deuda pública por u$s 750 millones. Una receta de cuño claramente liberal o macrista.
El martes, cuando el mercado le dio la bienvenida al Plan Guzmán, el CCL saltó de 162 a casi 172 pesos. En tanto que el MEP pasó de 153 a 161 pesos.
"Se ve que la teoría de Guzmán no funciona. Como el parking se redujo de 5 a 3 días, hubo mayor oferta. Pero no alcanzó para satisfacer la demanda o bajar el precio", se burló el funcionario de un área económica que ahora está bajo la "coordinación" del ministro de Economía.
Teoría liberal o ayuda para los fondos "amigos"
En el equipo económico del Gobierno hay consenso sobre cuál es el problema del CCL y el MEP: fondos que tienen pesos "reperfilados" durante las postrimerías del Gobierno de Macri, que buscan salir del país a cualquier precio.
Para transformar esos bonos en pesos a valores en dólares, están dispuestos a pagar lo que sea. Según la fuente consultada, el dinero disponible en esta especie de limbo va desde 6.000 hasta 10.000 millones de dólares.
Frente a este panorama, en el Gobierno hay dos interpretaciones.
La más favorable, que el mercado del CCL y el MEP tenderá a un equilibrio tras el movimiento especulativo inicial, y esa es la apuesta del Plan Guzmán.
La más cruda, que el ministro buscó favorecer a los mismos fondos de inversión extranjeros con los que tiene relación. En esta dirección, el lunes circuló que las personas físicas que habían comprado dólar ahorro podrían invertir en MEP o Bolsa, algo para lo cual hoy deben esperar 90 días.
Sin embargo ello no ocurrió, y la liberalización del mercado fue solo para personas jurídicas, en definitivas grandes fondos del exterior como Templeton, Black Rock o Fidelity.
Cualquiera sea la versión más cercana a la realidad, no está funcionando para frenar la devaluación.