A un año de la asunción de los presidentes Cristina y Alberto Fernández, es importante hacer un balance de lo logrado desde el 10 de diciembre de 2019. Todas las cifras son del INDEC o del BCRA salvo que se indique otra fuente de los datos. Bienvenidos al año de los Fernández.
La cuarentena que se dio como respuesta a la pandemia tuvo resultados catastróficos para la economía, al punto tal de colocar a la Argentina en la peor crisis de su historia. La caída del PBI en un año será del orden de 16,2%, una de las cinco más altas del mundo.
Los Fernández recibieron el mando con un riesgo país de 2032 puntos, y hoy están en 1456. Alto, no festejen; en mayo Standard and Poors, la consultora que mide esta variable, sacó el bono Argentina Global y bajó 500 puntos la vara. Objetivamente, no hubo mejora efectiva.
El actual gobierno recibió, según la Secretaria de Finanzas de la actual gestión, un país con una deuda externa de 313.295 millones de dólares. Pese al arreglo con los bonistas, en un año sumó otros 19.846 millones hasta elevar el pasivo externo a 331.146 millones de dólares.
En un año, las reservas netas del Banco Central pasaron de U$S43.782 millones a un saldo negativo de 2.348, con la alta probabilidad de que estén sacando a cuenta depósitos de privados. Hablamos de dinero físico disponible, no de swaps chinos y oro no convertibles en divisa real.
Desde el 10 de diciembre el dólar blue pasó de $70 a $146 acompañado por un creciente y cada vez más complejo cepo cambiario. Tampoco se frenó el retiro de depósitos en dólares; de los 18,4 mil millones de dólares iniciales, hoy quedan cerca de 14.800 millones.
La masa monetaria se incrementó en un 31,5%. Fue tal la demanda de billetes que hubo que importarlos desde España y Brasil a un costo 37% superior al nacional. La inflación interanual sin embargo, bajó del 47,6% al 37,2% por efecto del freno a la actividad por la cuarentena.
Aun con la amenaza de la falta de divisas y la “hiperinflación”, en un año no se bajó ni se contuvo el gasto del gobierno central. Por el contrario, el déficit se expandió del 0,98% anual del PBI en más de diez veces para proyectarse en 2021, según el presupuesto, a un 10% del PBI.
Si hablamos de mercado externo, el panorama anual no es mejor. Bajó el intercambio global en un 13,9%, las exportaciones se derrumbaron en un 21,6% y las importaciones un 2,8% a causa del freno de la actividad económica general y 16 nuevos impuestos agregados en 11 meses.
Las exportaciones de productos primarios cayeron (-34,4%), también las manufacturas industriales (-23,7%) y las de origen agropecuario (-4,2%). Pero la estrella de los estrellados fueron las ventas de combustibles al exterior, que se derrumbaron un 56,7%. Vaca Recontramuerta.
El Índice de Producción Industrial cayó en un año un 10,8%. Los más afectados fueron los rubros Calzado y Textil (-33,5%), Automotriz (-32,8%), Refinación Petrolera (-27,1%) y Equipos e Instrumentos (26,9%). En el mismo periodo, la actividad económica cayó un 11,9%.
La consecuencia sobre los salarios fue una crecimiento interanual del 31,8% hasta septiembre, última medición del INDEC. Muy atrás todavía del 37,2% de inflación proyectado y trabado por la decisión de los sindicatos de aceptar paritarias a la baja o negarse incluso a realizarlas.
El desempleo pasó en un año del 10,61% al 13,11% en noviembre. De la Población Económicamente activa de 11 millones, 9,5 son asalariados y 1,8 trabajan sin aportes. Hay en total 17.6 millones de personas inactivas que están jubiladas, pensionadas o sostenidas por el Estado
Si hablamos del año social, la cantidad de pobres pasó del 35,9% al 40,9% según el INDEC. La indigencia, del 5,7% al 8,1%. En cantidad de núcleos familiares, significa que de un cuarto de hogares pobres, pasamos a un tercio del total nacional.
En el capítulo de los DDHH, pasaron de la falsa desaparición y muerte de Maldonado a 25 casos de desapariciones o detenciones seguidas de muerte en 12 meses. Entre ellos los casos Luis Espinoza, Magalí Morales, las dudas sobre Facundo Astudillo y la ejecución de Alan Maidana.
Ni siquiera pudieron sostener el ritmo de recuperación de nietos. De un periodo en el que hubo anuncios cada año, pasamos a doce meses en el que las organizaciones de DDHH fueron parte de la agenda oficialista y con el aparato estatal a favor, no obtuvieron resultado alguno.
Y en el plano diplomático se pasó de una estrategia multilateral centrada en el G20 a una defensa lastimosa del chavismo, la injerencia en las elecciones de Bolivia y un alineamiento cada vez más cerrado con China, que avanza en una dependencia económica y política.
¿Cumplió el gobierno sus objetivos? La respuesta es ambigua. Logró limpiar casi por completo las causas contra Cris, el verdadero poder. Y copó todas las oficinas de control, por lo que puede actuar con absoluta impunidad. Lograron lo que querían en un año, a un costo enorme.
PS: Respecto al asado prometido en campaña: según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna los cortes de vaca crecieron en precio un 53,6% en un año, 50% por encima de la inflación. Cayó el consumo en un 2,7% interanual, 1,4 kilos por año per cápita. Buen provecho.
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