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Alberto enterró el último intento de un armado político propio

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Apoyó a Máximo Kirchner para la presidencia del PJ bonaerense
Apoyó a Máximo Kirchner para la presidencia del PJ bonaerense

Las gambetas de Alberto Fernández ya no engañan. Siempre terminan en el mismo lugar, el alineamiento con la conducción política de Cristina. Aunque a veces no sienta la camiseta.

 

En este año de cohabitación, cada conflicto entre ambos se resolvió a favor de los deseos de la vice. No se ahorraron improlijidades ni desenlaces grotescos.

Sucedió con la movilidad jubilatoria. Cristina tachó, agregó y mandó a votar un texto muy diferente al enviado por el Ejecutivo, que descalabra las cuentas del ministro Guzmán. El Presidente diría después que a él se le habían ocurrido las mismas correcciones ¡al proyecto que acababa de enviar al Senado!

La última acrobacia de Alberto Fernández se vincula a la estratégica puja por el control político de la Provincia de Buenos Aires.

El Presidente vino construyendo en estos meses una alianza con intendentes del peronismo histórico. En acuerdo con ellos y con los gobernadores –su otro círculo de afinidad aparente–, decidió avanzar en la suspensión de las PASO. Los caudillos veteranos quieren alambrar sus dominios.

Máximo Kirchner lo frenó en seco. Bloqueó en Diputados la sanción de una ley en ese sentido. La organización que él lidera, La Cámpora, quiere disputar territorio en las PASO en las provincias con mayor inserción y sobre todo en los municipios del Gran Buenos Aires.

La Cámpora –lo hemos señalado—es la estructura política más poderosa del peronismo. Tiene presencia en todos los distritos, una militancia barrial y universitaria disciplinada, caja y el amparo de organismos públicos con penetración en toda la geografía nacional, como PAMI y ANSES.

Para Cristina y La Cámpora la madre de todas las batallas se librará en los distritos bonaerenses que más votos aportan. El primer paso del proyecto consiste en tomar el control directo de las intendencias o afianzarse como oposición interna competitiva.

Máximo Kirchner acaba de blanquear que pretende además la presidencia del Partido Justicialista bonaerense. Y va a fondo. Quiere adelantar los tiempos y provocar la renuncia anticipada de la conducción actual, con mandato hasta el 17 de diciembre de 2021.

Los intendentes de Merlo, Gustavo Menéndez, y de Esteban Echeverría, Fernando Gray, ejercen de manera alternativa la titularidad del partido y son parte de una alianza más vasta de los barones del Conurbano, bendecida por Alberto Fernández.

El Presidente terminó hundiéndole un puñal a ese proyecto. Apoyó públicamente las aspiraciones de Máximo a la titularidad del PJ bonaerense.

El péndulo convergió otra vez hacia el centro de gravedad del poder interno en el Frente de Todos.

Los albertistas de oficina siempre fantasearon con la construcción de una estructura propia, con terminales en provincias y municipios ajenos a la hegemonía kirchnerista. La idea se vigorizó ante los embates públicos de la vicepresidenta.

Con su última gambeta, Alberto Fernández sepultó cualquier atisbo de autonomía. Sin poder propio, se repliega a un gerenciador de la administración del Estado. Y es ahora un poco más vulnerable al avance arrollador del cristinismo.

 

5 comentarios Dejá tu comentario

  1. Coincido con el análisis. Siendo de la provincia de Buenos Aires puedo asegurar que se nota bastante la fuerza que está haciendo La Cámpora para posicionar alfiles nuevos en distritos perdidos por el oficialismo. Ojo, no pierden oportunidad para demostrar apoyo y lealtad a la gestión del porteño inútil, pero se nota que algo hay atrás... Los sectarios solo apoyan a quienes pertenezcan a la secta.
    Me queda dando vueltas la pregunta si las operaciones mediáticas pro Berni que nos fumamos el primer semestre fueron parte de esto o solo la pelea de las cajas de la bonaerense y la falopa.

  2. Sin la verdad no hay justicia, equidad, libertad, nada, entonces caemos en el fracaso. Por esta razón, es imprescindible que los políticos de izquierda, derecha y otros, debieran saber cultivar sus valores de vida y aplicarlos en su ideología, en sus planes de gobierno, que con toda seguridad así servirán mejor al pueblo. Así puede quedar demostrado que los políticos se distinguen mejor por su moral que por su ideología. Si queremos tener una Argentina bien gobernada en lo social, cultural y económico, entonces los políticos están moralmente obligados a cultivar sus valores de vida tanto en su vida individual como política. Los valores no se fundamenta en una mente positiva o negativa, ni en izquierda ni en derecha, los valores están fundamentados en la VERDAD, como fuente de los demás valores de vida. Y aquí viene la pregunta, el presidente Alberto Fernández, representa el valor de la verdad ?????????????

  3. Este pais hay que tirarlo abajo y construirlo de nuevo, y eso implica tambien que toda esta basura tiene que desaparecer definitivamente porque lo unico que se ve es lo de siempre, solo quieren poder para controlar mas guita, esta gente necesita lluvia de plomo.

  4. Los sueños de quien escribe la nota es que el peronismo esté desunido para que gane Cambiemos.Como le hubiera gustado a su jefe Mario Pereyra. Pero los hechos indican que cruje Cambiemos.-

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