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Caso Ángeles Rawson y misterio: ¿Por qué no pudo determinarse el lugar del hecho?

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A 8 años de la muerte de la joven, la escena del crimen continúa siendo un interrogante
A 8 años de la muerte de la joven, la escena del crimen continúa siendo un interrogante

En el marco de la investigación del caso Ángeles Rawson, diversas y contradictorias hipótesis fueron planteadas por las partes acusadoras con respecto al lugar del hecho. Dicha cuestión, uno de los aspectos más controversiales de la causa, fue esquivado por el tribunal que condenó a Jorge Mangeri, el cual se limitó a considerar que el ataque tuvo lugar “en el edificio”, sin decantarse por alguna ubicación en particular.

 

La indeterminación de la escena del crimen fue uno de los puntos fuertes de la defensa del encargado, que hizo alusión a la misma en el debate oral y en los pedidos de nulidad. “(...)al materializar cuatro hipótesis respecto a los lugares donde pudo haber sucedido el hecho, realmente dificultan (...) una defensa eficaz porque además los hechos se autoexcluyen, (...) yo tengo que hacer la defensa sosteniendo que Mangeri no está matando a Ángeles Rawson a las 10 de la mañana en el sótano y concomitantemente decir por qué no estaba en la portería”, sostuvo Adrían Tenca, abogado de Mangeri.

Mientras que la querella consideró probado que la joven fue agredida sexualmente y luego asesinada en el departamento del portero, en el 8° piso, la fiscalía sostuvo una hipótesis contraria: la joven habría sido conducida voluntariamente al sótano por Jorge Mangeri, para ser atacada allí mismo. A estas dos teorías, se le añaden las de dos escaleras cercanas a ambos lugares sugeridas como posibles escenas del crimen por la fiscalía.

Sin embargo, no sólo las dos teorías principales carecen de prueba directa que las respalde, sino que surgen del expediente numerosos indicios que dificultan la posibilidad de que Ángeles haya fallecido en alguno de esos dos lugares.


La hipótesis de la fiscalía: el sótano

Desde la detención de Mangeri se habló de la posibilidad de que Ángeles hubiese muerto en el subsuelo del edificio, conjetura que fue ampliamente difundida por los medios y adoptada por los representantes del Ministerio Público.

En su alegato, el fiscal Fiszer se basó en las fracturas de costillas que presentaba la víctima y que fueron consignadas por la cuestionada Junta Médica como vitales, para sostener que Ángeles estaba recostada sobre una “superficie escalonada” al momento de su muerte. Considera probable que esta última se trate de los peldaños ubicados en el subsuelo, cerca de la sala de máquinas.

Para explicar cómo la joven podría haber sido conducida voluntariamente al sótano, Fiszer especula con que Mangeri bien pudo decirle "tengo el ticket de las expensas que me pagó tu madre", o "tengo correspondencia para tu casa" para descender, ella esperarlo en algún tramo de la escalera y finalmente (...) llevar a cabo este acto violento”.

Luego, el cadáver habría sido depositado al lado de los medidores de gas durante varias horas, para luego ser descartado en el sistema de recolección de residuos. Para sustentar esta última afirmación, Fiszer se basa en la mancha de humedad que puede apreciarse en el video del allanamiento, realizado el 14 de junio. El sótano era, para el fiscal, un lugar sobre el que el encargado gozaba de un cierto dominio, y en donde era habitual encontrarlo realizando tareas propias de su ocupación, lo que lo convertía en un lugar idóneo para el crimen.

Sin embargo, del expediente, al que Tribuna de Periodistas tuvo acceso, surgen numerosos elementos que parecen contradecir esta hipótesis:

El sótano fue peritado con Blue Star, un reemplazante del luminol, en busca de restos de sangre o sangre lavada, arrojando resultados negativos. Estos cobran relevancia, siendo que el cadáver presentaba un sangrado en oídos y nariz de origen vital (producido en vida). Por tanto, si hubiese sido depositado por más de cinco horas en el suelo, como sostuvo el fiscal Fiszer, sería esperable que dejara algún tipo de rastro, incluso de haber sido lavada dicha superficie.

El profuso sangrado que presentaba el cuerpo de Ángeles queda evidenciado por la mancha de sangre en la chomba del instituto Virgen del Valle.

Resultados del peritaje del Blue Star

De igual forma, a fs. 865 se deja constancia del levantamiento de muestras de pelo en el sótano, las cuáles fueron enviadas al Laboratorio Químico de la PFA para su análisis. Posteriormente, dicha dependencia concluirá que ninguno de los cabellos analizados muestra similitudes con el de Ángeles Rawson.

Resulta llamativo que ninguno de los testigos presentes en la planta baja o en el resto del edificio haya oído el momento de la llegada de Ángeles o del supuesto ataque. Prácticamente todos los vecinos hicieron referencia a que, por la acústica del edificio, era común escuchar ruidos o conversaciones de los otros departamentos:

Eduardo Manuel Bellón, el vecino del 1°A, refirió que “desde su departamento se escucha mucho la puerta de entrada, las reuniones en el hall, las despedidas de reuniones que se junta gente en el hall (...)”.

Declaración de Eduardo Manuel Bellon, fs. 960. vecino del 1°A.

En la declaración de Carlos Sídoli, el vecino de planta baja B, puede leerse que “al dicente siempre le decía la madre de Ángeles que los escuchaba cuando lo retaban a su hijo porque no comía”.

A pesar de esto, ninguna de las personas presentes en la planta baja del edificio escuchó gritos o sonido alguno que haya resultado llamativo. Cabe recordar que, según las conclusiones de la segunda junta médica, las cuáles fueron sostenidas por la Justicia, Ángeles fue asesinada en el marco de una violenta lucha que duró alrededor de 5 minutos.

Durante el juicio oral, a Rosa Albina Pérez Gómez, empleada doméstica del departamento de Planta Baja B, le fue preguntado por el fiscal si "¿ese lunes 10 escuchó algún grito, alguna situación anormal?” a lo que respondió negativamente. En un croquis de la planta baja del edificio, obtenido por Tribuna de Periodistas, puede apreciarse la corta distancia entre los peldaños del sótano, en los que la fiscalía sugiere que Ángeles fue asesinada, y el departamento de Planta Baja B.

Incluso Dominga Torres la empleada de la familia de Ángeles, cuya presencia en el departamento fue puesta en duda por la defensa de Mangeri, negó haber oído ruido llamativo alguno proveniente del exterior mientras limpiaba el departamento de planta baja A, entre las 8.45 y las 12:45.

Sobre el acceso al sótano, cabe destacar que, si bien algunos vecinos declararon no tener las llaves del subsuelo ni haber descendido nunca, otros hablaron de él como un lugar compartido. Por caso, Arnaldo Radis, del 3°B, dijo tener en su poder las llaves, al igual que “todos el mundo”, destacando que incluso había quienes guardaban bicicletas.

Declaración de Arnaldo Adrián Radis, vecino del edificio

El hecho de que tantas personas en la propiedad pudiesen entrar libremente al sótano, reduce la probabilidad de que este fuese usado para dejar el cuerpo, como sugirió la fiscalía. A esto se le suma que Mangeri, el supuesto asesino de Ángeles, estuvo ausente de la entrada del edificio en varios momentos del día: no fue visto por la mañana después de las 9:30 ni en gran parte de la tarde. Sí, en cambio, se cruzó a Alejandra Castaing, la vecina del séptimo piso, en la terraza,alrededor de las 12:30, según dijo esta. También se presentó en el edificio de enfrente y en otros departamentos, en momentos que, según la fiscalía, Ángeles estaba muerta y colocada al lado de los medidores de gas del sótano.

El propio Pablo Lanusse, abogado de la querella, observó todos estos elementos, cuando en su alegato argumentó contra la postura de la fiscalía:

"Tenemos que pensar que Ángeles estuvo en posición decúbito dorsal, como ya referimos, entre cuatro y diez horas. ¿Lo iba a dejar en un lugar en el que pudiera acceder cualquiera?

Planos del sótano


La hipótesis de la querella: la portería

Por su parte, la querella planteó una hipótesis alternativa: la joven habría sido conducida por el portero hasta su departamento, en el octavo piso del edificio. Allí, habría perpetrado el abuso y el asesinato de la joven, para dejar su cuerpo tendido en el suelo hasta el momento del descarte. A juicio de Pablo Lanusse, representante de la querella y actual abogado del expresidente Mauricio Macri, ningún otro lugar en el edificio le brindaba a Mangeri el dominio suficiente como para llevar a cabo su faena criminal sin ser descubierto.

Al igual que en el sótano, tampoco fueron hallados indicios de la presencia de la joven en la portería, lo que Lanusse justifica por la presencia de plásticos que cubrían el suelo de la vivienda. Esto último, debido a que por esos días el portero se encontraba realizando tareas de pintura en su casa, según él mismo y gran cantidad de testigos declararon. Asimismo, el letrado de la querella parece dar a entender que esta ausencia de rastros de la joven se debe a una especial habilidad del encargado para la limpieza, deslizando que “no se encontró ADN ni del Sr. Mangeri en la vivienda”.

Sin embargo, la hipótesis de la portería tiene una fuerte prueba en contra: el testimonio de las dos vecinas del piso de abajo, Sofía Kostzer y Alejandra Castaing.

La primera, una jubilada de, en ese entonces, 75 años, que ocupaba el departamento del 7°A, asegura haber estado ese día en su casa hasta las 11:50, cuando fue a una cita con un pedicuro en Fitz Roy y Canning. Esto último lo pudo reconstruir con ayuda de su agenda, la cual consultó al enterarse de que iba a ser citada a declarar.

La segunda, Alejandra Castaing, asegura haber permanecido todo ese día en su vivienda del 7°B, dado que se hallaba descompuesta. Luego, asegura haber subido a la terraza, a tender la ropa, alrededor de las 12:30, cuando se cruzó con el encargado Jorge Mangeri.

Tanto Kostzer como Castaing, quienes se encontraban en sus respectivos departamentos al momento del crimen, que para la justicia tuvo lugar a las 10 de la mañana, negaron haber escuchado gritos, golpes, o cualquier cosa que les llamara la atención. Esto último resulta llamativo, teniendo en cuenta que, como dijimos, para la propia acusación la muerte de la joven se dio tras un proceso de 5 minutos de fuerte lucha defensiva: repetidos golpes de puño, 34 supuestos arañazos, acaballamiento y asfixia mixta.

Al igual que en el caso anterior, tampoco fueron encontrados rastros de la presencia de Ángeles en la portería. Cuando se allanó el departamento del encargado, fueron observadas dos pequeñas manchas en las juntas de las baldosas. Las mismas habían sido lavadas, motivo por el cual solo pudieron ser detectadas luego del rociamiento del producto luminiscente Bluestar. Sin embargo, no pudo demostrarse que se tratase de sangre, ya que, tras aplicarse el reactivo “Kit Hexagon Obti”, ambas dieron resultado negativo para hemoglobina.

Estas muestras fueron levantadas mediante hisopos, los cuáles fueron rotulados M2 y M3, y enviadas al laboratorio del Servicio de Huellas Digitales y Genéticas. Sin embargo, ambas mostraban un estado de degradación tal que no pudo determinarse su perfil genético.

Resultados de la prueba del ADN en los hisopos M2 y M3, levantados en el allanamiento a la portería. La otra muestra, M13, fue obtenida en el taxi del falso testigo que aseguró haber llevado a Mangeri al CEAMSE.


Tampoco fueron hallados pelos ni rastro genético alguno de la joven, entre todos los elementos levantados en los sucesivos allanamientos. A juicio de la querella, esto se debe a que, sobre el suelo, había láminas de plástico que impidieron que se derramara elemento incriminatorio alguno. La presencia de las mismas se debía a que el encargado, Jorge Mangeri, se encontraba por esos días realizando tareas de pintura en la portería. Sin embargo, según señalaron varios testigos en la instrucción, estos solo cubrían los zócalos y los extremos del piso, a fin de protegerlos del derramamiento de pintura de las paredes.


Planta Baja A

Resulta curioso que el único lugar en donde no se buscaron rastros de sangre ni sangre lavada haya sido justamente el departamento de Planta baja A, la vivienda Ángeles Rawson. La misma fue allanada el día miércoles de la semana en que se produjo la muerte de la joven, precisamente en momentos en los que el círculo íntimo estaba bajo sospecha. Esta omisión, por parte de los investigadores, resulta aún más llamativa, a la luz de los numerosos indicios de que la joven ingresó a su departamento, los cuales fueron publicados por este medio el mes pasado. 


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7 comentarios Dejá tu comentario

  1. ¡Ufa!Cortenla con este tema. Si hasta el primo de la esposa de Mangeri, Cecilio Saettone, termino condenado por falso testimonio en el 2020 https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2020/12/18/caso-angeles-confirmaron-la-condena-de-un-ex-policia-por-haber-mentido-para-proteger-a-mangeri/ Basta de melonear a la gente con conspiraciones, como si no tuvieramos suficientes con las operaciones que se hacen HOY sobre la opinion publica.

  2. Bien Juan Felipe, tratando de mostrar las falencias en la investigación. A los que les molesta que se siga con este tema: pensarían lo mismo si el encarcelado fuera uno de sus hijos? O moverían cielo y tierra para que se investigara exhaustivamente la pista del asesinato en el propio departamento de Ángeles?

  3. No solo no se hallaron indicios en el sotano,palier,departamento ,auto(baul)del encargado.Tampoco las camaras de la zona dan ninguna certeza.Hasta donde se,la unica evidencia es piel de Mangeri en las uñas de la chica.Hay algo para tener en cuenta.Cuando aparece el cuerpo, la prensa concurre al lugar.Las camaras muestran al portero en la entrada del edificio.El lado izquierdo de su rostro no tiene marca alguna.(seguramente en internet esta el video)Sin embargo,el dia que sale detenido de una dependencia policial,muestra en ese lado de su cara un rasguño significativo.Si alguien quiere pensar mal,motivos no le faltan.

  4. La chica entro al departamento, las LLAVES ESTABAN ARRIBA DE LA MESA (quien la puso, Mangeri?) las vio la señora Leuci; en la casa estaba durmiendo un hijo de Opatowsky pero de eso nadie hace mención y la señora Leuci lo vio. Curiosamente, un hijo de ella resultó muerto al poco tiempo y ella nunca más habló, creo que ni al juicio la llevaron como testigo.

  5. Este caso siempre estuvo plagado de sospechas y puntos muy flojos.. hasta el mas tonto se dió cuenta de que todo ese juicio al pobre Mangueri fue una tenebrosa farsa.. Nadie investigó al padrastro, un "empleadito" de los servicios, ni al "bello durmiente" de su hijo, que estuvo todo el día en el depto.. Ni porqué la madre de la asesinada terminó pidiéndole perdón al acusado... muy trucho todo..

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