Existe en el mundo de los estafadores uno muy particular, que se destaca por el hecho de no “discriminar” a la hora de elegir a sus víctimas. Se llama Rodolfo “Turco” Yafar y tuvo sus quince minutos de fama hace un par de meses cuando se fugó de la comisaría séptima de Castelar. Este hecho provocó que el comisario de dicha dependencia y dos agentes encargados de su traslado quedaran detenidos.
Yafar es un conocido personaje de la zona oeste del conurbano bonaerense que está lejos de ser lo que algunos medios de comunicación aseguraron en su momento: un "empresario de la noche". Más bien, el Turco es un generador constante de supuestos negocios basados en la falta de escrúpulos y la estafa más directa a quienes confían en él.
“Es un hombre de suerte, al que nunca lo agarran con las manos en la masa, pero también tiene que ver con sus buenos contactos”, aseguró a este periodista un ex socio de Yafar.
Mientras algunos lo sindican como “buchón” de la Policía Federal, se sabe que tiene algún que otro contacto político. Por caso, es dable recordar que en su momento obtuvo la habilitación de un negocio gracias a los buenos oficios de la diputada nacional del justicialismo, Marina Cassese, quien llevó sus expedientes oficina por oficina y también ha sabido contar con la complicidad de Walter Juara, funcionario del intendente de Morón, Martín Sabbatella.
El hombre de la más-cara de hierro
Rodolfo EduardoYafar es argentino. Nació el 29 de Julio de 1961, su CUIT es 20-14462406-9 y se ha domiciliado oportunamente en la calle Azcuenaga Nº 2292 de la Localidad de Olivos, Vicente López. Estuvo casado en primeras nupcias con Noemí Gladys Sellera y otro de los domicilios que posee está ubicado en la Calle Juan de Garay Nº 2685 de la Localidad de Olivos, Partido de Vicente López.
Según dos de las fuentes consultadas para este artículo, una de ellas perteneciente a la Policía bonaerense, "Yafar siempre fue ‘buche’ policial, por eso lo dejaban salir cuando quería. Fijate que hasta los medios cuentan que le permitían visitar a su novia en un country de Escobar cuando estaba detenido".
Otra persona que supo hacer negocios con el Turco coincidió con la fuente anterior: "Yafar es un hijo de puta. Deja un tendal de deudas por donde pasa y estafa a toda persona que puede. ¿Sabés cómo opera? Se presenta ante personas que tienen guita o algún inmueble que puede ser de interés para hacer negocios y les vende 'espejos de colores'. Les asegura que les hará hacer el negocio de sus vidas y otra sarta de boludeces y convence a la gente para que de alguna manera le den 'crédito'. Después los caga y encima los termina amenazando para que no hagan nada, preguntá si no me crees a la gente de la galería comercial de Castelar".
Yafar supo regentear, entre otros emprendimientos, el célebre Complejo Castelar, donde los fines de semana solían acudir cerca de siete mil personas. Allí inventó una nueva forma de hacer negocios: "El tipo concesionaba las barras del Complejo y después aparecía con una escribana que 'inventaba' que allí se vendía alcohol, lo cual provocaba que te echaran del boliche. Eso sí, jamás te devolvía un mango y todas las cosas que vos pusiste (bebidas, vasos, etc) se las quedaba Yafar", definió con temor un nuevo interlocutor que fue perjudicado por el modus operandi mencionado.
Todas las fuentes consultadas para este artículo coinciden en señalar que Yafar es una persona que no tiene códigos. "Nada lo detiene en su ambición desmedida. El tipo es capaz hasta de hacer denuncias falsas de todo tipo, y con la policía de su lado te puede hacer mierda como si nada", agregó una de ellas.
En ese afán desmedido por hacer dinero ha estafado incluso a personas que le brindado su más pura amistad y lo han ayudado en los momentos más complicados de su vida. A ellos no dudó en robarles de la manera más vil posible, para luego evaporarse de los lugares donde suelía moverse.
Posee incluso amigos en los medios de comunicación, lo cual le permite no ser “escrachado” por ciertos programas periodísticos. Así lo contó a este periodista una ex mujer de Yafar: “Los del Canal 2 son re-amigos de Rodolfo, especialmente Rolando Graña. En una de los tapes que pedí que me enviaran desde ese canal, me terminaron mandando una filmación en la que Yafar me amenazaba si hablaba”.
La misma fuente, la ex esposa de Yafar, ha presentado una denuncia en la Justicia donde da detalles escalofriantes sobre cómo su ex marido robaría propiedades. El modus operandi es de lo más básico, pero resulta siempre efectivo.
Hablar con propiedad
La denuncia de la ex mujer de Yafar, a la que este periódico accedió en exclusiva, es extensísima y da detalles de todo tipo –incluso catastrales- que bien investigados pueden deparar enormes sorpresas. Básicamente, la modalidad es la siguiente:
“Se realizan poderes de los ‘titulares dominiales’ a terceras personas, con suficiente poder para vender, enajenar, hipotecar etc. Estos poderes por lo general son hechos por escribanos de distintas jurisdicciones, a los que se presentan los supuestos titulares con documentos apócrifos y extienden entonces los poderes legales.
Estos poderes son usados para realizar todo tipo de trámites en nombre de los propietarios, tales como solicitar segundos testimonios, realizar hipotecas y hasta escriturar el bien a nombre de terceros. Casi todas estas operaciones se realizan, como dije antes, con escribanos de localidades diferentes a las correspondientes a los inmuebles objeto de estos delitos.
También se realizan poderes con la complicidad de escribanos que guardan protocolos de antigua data, (denuncian la pérdida de libros de protocolo y cuando algún colega quiere referenciar el instrumento notarial, ese escribano lo da por válido; y en caso de complicaciones al no existir el libro protocolar, no se puede referenciar ni verificar autenticidad de firmas) y realizan con ellos todo tipo de trámites hasta desapoderar a sus genuinos propietarios de sus bienes.
Otra operatoria es la búsqueda de propiedades con dueños fallecidos y sin herederos, o propiedades sin antecedentes registrales (para esto cuentan con una organización y logística increíble dentro de los mismo Registros de la Propiedad Inmueble tanto de la Provincia de Buenos Aires, como de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), en estos casos recurren a sucesiones de vieja data y generan documentación apócrifa emanada de Juzgados ordenando a los registros las inscripciones de distintas medidas hasta la escrituración del bien en forma definitiva; así aconteció con la propiedad cita en la calle Núñez 3880/82 de la ciudad autónoma de Buenos Aires. Esta propiedad se encontraba sin registro dominial por no tener matricula en el Registro de la Propiedad; el único antecedente era una presentación de posesión por parte de Carmela Maria Sauro el 12/06/1980”.
A partir de allí, el escrito judicial da detalles de media docena de operaciones fraudulentas llevadas a cabo por Yafar y su séquito. Todo acompañado por documentación más que probatoria.
Concluyendo
Esta investigación está basada en el testimonio de cinco fuentes independientes que tuvieron trato directo con Yafar, dos de ellas de vínculo más que estrecho. Todas ellas temen por sus vidas ya que, aseguran, el Turco posee muy buenos contactos a todo nivel. “Imagináte que en su momento su ex mujer le quemó la casa porque lo agarró en una infidelidad y Yafar aprovechó para denunciar por ese tema a un competidor que tenía en la zona oeste, Daniel Bellini. Eso te demuestra que no tiene escrúpulos”, admitió una de las fuentes mencionadas en consonancia con un ex abogado de Yafar.
Otro ex socio de este personaje no dudó en asegurar, con un dejo de pena: "Es un hombre devastado por el consumo de drogas. No sabe ni donde esta parado. Está en un punto de no retorno".
Más allá de sus propios vicios personales, Yafar ha perjudicado a no pocas personas, dejando un tendal de deudas y estafas por donde ha posado sus pies. Por caso, la última denuncia recibida en su contra ha sido esta semana en el Juzgado Nacional de Instrucción Nº 25, secretaría 161, por "estafas reiteradas y hurto".
Esta se suma a la veintena de causas judiciales que acumula el Turco en su haber, muchas de las cuales no pueden rastrearse porque, a través de sus contactos, ha logrado que algunos antecedentes sean "borrados".
Mientras se terminan de escribir estas líneas, Yafar seguramente está estafando a alguien más en algún lugar de la Ciudad de Buenos Aires, donde se esconde de sus últimas víctimas de estafa.
De no creer...