La ruptura entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner ya es definitiva. Todos los intentos de reconciliación, motorizados por segundas y terceras líneas del Frente de Todos, fracasaron por completo.
Lo que viene es una pelea feroz a nivel político, no solo por el manejo de la caja —el 70% del presupuesto está en manos de La Cámpora, a través de Anses, PAMI, Aerolíneas y otros organismos—, sino también por el posicionamiento de cara a las elecciones de 2023.
Por primera vez, se verá una ruptura real entre peronismo y kirchnerismo. Alberto intentará aglutinar el apoyo del PJ y Cristina del camporismo más acérrimo. Imposible saber quién saldrá victorioso.
El presidente cuenta con el apoyo de los gobernadores del PJ, que saben masticar vidrio, pero jamás tragarlo. Ergo, lo acompañarán a la puerta del cementerio, pero jamás ingresarán. Se verá con el desdoblamiento de los comicios provinciales.
Entretanto, Javier Milei sigue creciendo en las encuestas y ya anticipó que será parte de la contienda del año venidero para intentar llegar al Sillón de Rivadavia. Nadie lo toma en serio, básicamente porque carece de aparato en el interior del país. Pero ello es un trámite finalmente. Hasta Macri logró en su momento apalancarse a través de la UCR y terminó siendo presidente de la Nación. ¿Consejo? Mejor no subestimar a Milei.
Entretanto, ocurren cosas relevantes en el país. Por caso, pocos saben que José López, el hombre de los bolsos con millones de dólares revoleados en un convento, intentó quitarse la vida en los últimos días.
Abandonado por su familia y amigos, el otrora secretario de Obras Públicas del kirchnerismo y hombre de Julio De Vido transcurre sus días con una fuerte depresión en Río Gallegos, donde sufrió un ACV isquémico transitorio y debió ser internado en Clínica Medisur de esa ciudad.
En otro orden de cosas, crece la bronca dentro de la Anses por el incesante ingreso de militantes de La Cámpora que carecen de experiencia en la materia. Son un centenar por mes aproximadamente, que terminan siendo nombrados como jefes de UDAI (Unidad de Atención Integral) a efectos de quedar en planta permanente. De esa manera, se vuelven inamovibles en el Estado.
La movida se está llevando adelante a través de la COPECA, la Comisión Permanente de Carrera, un curro que inventó Fernanda Raverta hace un tiempo. "Abrieron la COPECA como pantalla, así ponen en las categorías más altas a los ingresantes de la política, hay infinidades de paritarios que cobran y no van a laburar, entre ellos está (Guillermo Javier) Bustos Villar, medico de 79 años paritario de SECAFPI (Sindicato de los trabajadores y trabajadoras de la Administración Nacional de la Seguridad Social) que es manejado por Máximo Kirchner".
Un detalle no menor: Bustos Villar aparece en la Anses como "auditor", pero en realidad es un completo ñoqui, que cobra un jugoso salario mensual. Otro detalle: es de Mendoza, donde el camporismo permanece fuerte.
Finalmente, un interrogante en el contexto de la investigación de la estafa ZOE Capital: ¿Por qué la Justicia jamás allanó White 90, en la CABA, dirección del estudio contable que le lleva todos los papeles a Leo Cositorto?
Se habla de “millones” de razones. Pero nunca se sabe finalmente.
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