Los seguidores del fútbol argentino se acostumbraron en este año 2007 al "culebrón Riquelme": separado del equipo titular de Villarreal de España por falta de compromiso, Juan Román Riquelme regresó a principios de año a Boca Juniors en un pase a préstamo récord para el balompié local de U$S 2.000.000 por sólo 6 meses. La onerosa apuesta de la administración Macri era de alto riesgo pero también de gran rendimiento si triunfaba, como pasó finalmente. Un triunfo de trascendencia de Boca Juniors era PRO o, mejor dicho, la mejor PROpaganda prelectoral de Mauricio Macri con vistas a las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

      Los xeneixes consiguieron su sexta Copa Libertadores de América liderados en la cancha por un brillante Riquelme y días después Macri junior sorprendía a propios y extraños ganando las elecciones holgadamente. Riquelme inmediatamente regresaría a España a seguir entrenando sin jugar, castigado por su presidente Francisco Roig por su desidia deportiva, transformándolo en un jóven jubilado millonario. Macri se dedicó a preparar su despedida tras 12 años como presidente cuidando de dejar el mando del club en gente de su confianza, y comenzó a delinear los objetivos de su nueva actividad. La apuesta Riquelme, obviamente, fue un éxito.


Breve introducción a la dirigencia futbolística actual

    Dicen que los éxitos en el deporte nacional son como la capacidad de consumo de la gente para la política local. Mientras se garantizan ambos el argentino común no molesta, ni se incomoda, ni se involucra. Ejemplos de esto sobran. River Plate fue multicampeón en el fin de siglo y vendió futbolistas por más de U$S 250.000.000, arrastrando un pasivo enorme desde hace años incomprensible; Boca Juniors obtuvo con Macri 12 campeonatos locales e internacionales en los últimos 9 años pero sus dirigentes anualmente venden a jugadores argumentando la necesidad de conseguir fondos para el equilibrio financiero del club. En cuanto a la política sólo bastan recordar los procesos pre y pos electorales de la reelección de Carlos Menem en 1995 y de la ¿doctora? Cristina de Kirchner recientemente.

    En el fútbol argentino actual reinan los empresarios, una tendencia que en realidad es mundial a pesar que la misma Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) prohíbe a particulares ser dueños de pases de jugadores. Los empresarios compran y venden jugadores ante los ojos de todos amparándose en clubes que les sirven de pantalla, abonando sus operaciones con pagos hechos desde paraísos fiscales como las Islas Vírgenes o Gibraltar.

    Frecuentemente "contratan" el lobby de desinteresados periodistas de peso ( preferentemente ligados a la empresa Torneos y Competencias, quien monopoliza las transmisiones futbolísticas nacionales ) y, en el límite de la capacidad de asombro, de prestigiosos barras bravas también de peso. Durante los torneos de verano de comienzos de año se presentó en River Plate el colombiano Nelson Rivas faltando pocos minutos para terminar un encuentro de nula calidad e importancia. El joven relator y el avezado comentarista del partido rápidamente comenzaron a ponderar las cualidades del jugador de color al mismo tiempo que la popular millonaria ovacionaba a Rivas como si fuera la reencarnación de Pelé hecha defensor. El pase del colombiano era propiedad de uno de los empresarios que más jugadores coloca en River Plate, quien había arreglado un préstamo con una opción de compra modesta que prontamente multiplicó. La realidad fue que las limitaciones deportivas de Rivas fueron superiores a los reflejos de negocios de su dueño quien a pesar de ello lo transfirió al fútbol italiano; pocos meses después el colombiano tuvo que dejar el fútbol por problemas cardíacos.

    Y ningún medio ni autoridad judicial hizo mención, con motivo de las investigaciones relativas al asesinato del barra brava riverplatense Gonzálo Acro, de los incidentes ocurridos el 01 de junio en el domicilio del empresario Ricardo Cosentino. Ese día fueron a buscarlo diez barras bravas para reclamarle U$S 50.000 que les habría prometido a cambio de "convencer" a miembros de la Comisión Directiva de River Plate de la venta de apuro de los promisorios jugadores "Pipita" Higuaín, Fernando Bellusci, Augusto Fernández y otras joyas de la cantera de Nuñez. Cosentino trabaja para el grupo HAZ, especie de Citizen Kane del deporte argentino contemporáneo.

    HAZ debe su nombre a las iniciales del empresario Fernando Hidalgo, del escribano Gustavo Arribas y del israelí Pinhas Zahavi. Quienes no los quieren los acusan de operar para la mafia rusa dada su ligazón con Boris Beresovsky, vaciador de la aerolínea Aeroflot y diversos bancos rusos. También le endilgan ser testaferros de Mauricio Macri en las negociaciones de jugadores. Muchos recuerdan desde las confusas cifras del pase de Carlos Tévez al Corinthians ( lo informado por Macri difirió – según el momento – en U$S 2.500.000 ) pasando al orígen dudoso de los fondos ( no provenían del comprador brasilero, sino de paraísos fiscales ) y llegando a la relación personal del escribano Arribas con el presidente boquense. Arribas compró en su momento personalmente el pase de Martín Palermo y en menos de 24 horas se lo vendió a Boca Juniors por más valor, obviamente. Relativo a la experiencia de Tévez en Brasil, posterior a su venta al West Ham de Inglaterra estalló una investigación que conmovió al fútbol brasilero y estudia las vinculaciones de los gerenciadores de su ex club Corinthians – Media Sports Investements, MSI – con el lavado de dinero del narcotráfico. El encargado mundial de la FIFA de prevenir esta intromisión es el mismísimo Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

    En Corinthians, precavidos, trabajaba desde el gerenciamiento del MSI el hijo de Grondona coordinando las divisiones inferiores. Dicen que entre bomberos nunca se pisan las mangueras, menos si puede haber un incendio...


Amigos son los amigos
 
    Posterior al triunfo en la última Copa Libertadores Boca Juniors presentó su Balance 2007. Los pocos que lo analizaron se extrañaron ante la constancia de un pago por E$ 1.500.000 hecho al Villarreal de España en concepto de resarcimiento por no haber comprado el pase del ex jugador Rodolfo Arruabarena. Este fue vendido en el año 2000 por Macri a los españoles en U$S 4.600.000, y los macristas explicaron que en el 2006 Boca Juniors se comprometió a recomprarlo en E$ 3.000.000 a pesar de tener 32 años y no ser una figura rutilante. Como esto último no se concretó se pagó el resarcimiento aludido. La explicación fue tan confusa que los dirigentes boquenses terminaron por adjudicar la polémica cifra a un supuesto pago del último préstamo de Juan Román Riquelme. Los opositores no tardaron en recordar los rumores que sindicaban a un viejo amigo del colegio de Mauricio Macri como accionista del club español beneficiado.

    Nicolás Caputo fue al colegio Cardenal Newman con Macri, es su amigo de la infancia. Muchos señalan como muestra de dicha amistad que Caputo fue quien habría llevado el pago del rescate de Mauricio a sus secuestradores en el año 1991. O recuerdan que el día de su triunfo como Jefe de Gobierno Macri estaba particularmente sensible, cosa más atribuida al deceso del hermano de Nicolás ese mismo día que al éxito sobre el inexpresivo Daniel Filmus. Su riqueza es anterior a su trascendencia macrista, se dice que su grupo familiar empresarial maneja el 30 % de la energía del país. Como antecedente deportivo compartió con Marcelo Tinelli el fracasado experimento futbolístico del club Badajoz de España hasta el 2003.

    El fuerte de las actividades de su grupo es la construcción. Su empresa construyó el shopping Abasto para el IRSA, la planta impresora del diario La Nación, el Casino Trillenium y restauró el Dique 12 para la Universidad Católica Argentina en Puerto Madero. No le faltan a Nicolás Caputo contactos con Dios ni con el Diablo: el gobierno de la Ciudad adjudicó a una de sus empresas – SES S.A. – la construcción de un nuevo hospital para la Corporación del Sur en $ 7.500.000, como también la restauración del Teatro de Villa Urquiza; la AFIP le adjudicó en $ 20.000.000 la construcción de su sede en Posadas; Elisa Carrió habló de Caputo a la manera de un Julio De Vido macrista, lo citó como el nexo entre el Gobierno Nacional y Macri en los pactos de gobernabilidad que excluirían las molestias de los opositores. Es conocida la buena sintonía de Caputo con el Jefe de Gabinete Alberto Fernández, más allá de los esfuerzos de este último en disputarle al macrismo el gobierno boquense: Fernández conseguiría para Roberto Digón los modestos avales económicos estipulados por el democrático estatuto de Boca Juniors - $ 13.000.000, a inmovilizar por cuatro años de triunfar - a cualquier mortal que ose disputarle la presidencia a la monarquía macrista. "Esto asegura que quien quiera presidir el club responda con su patrimonio" dijo Mauricio en su momento, minutos antes de entender que se había asegurado por largo tiempo los destinos de la entidad.


Lo que viene, lo que viene...
 
    El futuro Jefe de Gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta adelantó que la ciudad se endeudará por $1.628 millones el próximo año para crear un fondo de emergencia focalizado principalmente a obras en escuelas, hospitales y calles. Presentarán a los diputados un proyecto para declarar la emergencia edilicia en las escuelas, para realizar dichas obras mediante contrataciones directas. Habrá que estar atentos a qué empresas se beneficien de esta urgencia, que en la retórica de la política se justifica en terminar las obras antes del ciclo lectivo 2008.

    Caputo comparte con el grupo Pegasus – dueño de Freddo, Farmacity, Musimundo y otros – la propiedad de una constructora que viene sufriendo la reacción en contra de los vecinos a sus edificaciones de torres en Caballito por saturar la infraestructura urbana del barrio.

    Pero Nicolás no tiene que preocuparse por una promesa incumplida de Mauricio, como sí les pasó a los porteños con el anunciado aumento del impuesto ABL. Su amigo de la infancia comprometió solamente para proyectos de infraestructura para el 2008 más de U$S 500.000.000. Algunos bien pueden suponer que, efectivamente, para ellos va a estar bueno Buenos Aires.

Tomás Ryan