Hace poco más de un año descubrí una compañía de teléfonos que operaba por VoIP (Voice over IP o voz sobre protocolo IP). Es una línea de teléfono con número local que me permite conectar mi teléfono común a cualquier proveedor de Internet y llamar y recibir llamadas de cualquier lado como si estuviese en mi casa.
Mi curiosidad sobre nuevas tecnologías me llevó a probar este servicio y adoptarlo finalmente como mi línea particular remplazando a las tradicionales empresas monopólicas de telefonía básica. Dicha tecnología novedosa tiene sus "pro" y sus "contras" como cualquier producto que recién se empieza a expandir. Pero las contras (Rebote de voz o comunicación entrecortada cuando la conexión a Internet se satura) son muy esporádicas y francamente no hacen mella a los pro.
-Hablar desde cualquier conexión a Internet, incluso en el extranjero como si se hablara desde Buenos Aires.
-Tarifa plana para llamadas locales (recién ahora lo están empezando a ofrecer las compañías tradicionales).
-Llamadas gratis entre los abonados a esa empresa (Que gracias a mis recomendaciones ya vamos creciendo).
-Todos los servicios incluidos.
-Y la comodidad de saber que cuando me mude voy a tener el mismo número. (Esto no lo ofrece ni Telecom ni Telefónica aunque uno se mude al edificio de enfrente).
Con respecto a ese último punto, hace cerca de 6 meses me mudé a la casa de mi abuela cuya actual línea de Telefónica fue instalada por ENTel hace más de 30 años. No bien instalamos Internet comenzamos a usar la línea VoIP y la de Telefónica quedó relegada y casi inoperativa. Sólo la usábamos para recibir llamadas y hacer alguna que otra llamada cuando nuestra línea estaba ocupada.
Hace poco recibí una factura de Telefónica y me di cuenta de que me había olvidado de pagar la anterior. Pero ante el advenimiento de las fiestas decidí postergar el pago para cuando cobre mi sueldo, ahora en enero. Total, es una línea que no uso para llamar ya que en la otra tengo tarifa plana, y sabía que la falta de pago me bloquearía las llamadas salientes pero no las entrantes, que por lo general son de familiares.
Grande fue mi sorpresa cuando el sábado 23 recibo una carta del Estudio de Abogados de una tal Ana Maya intimándome el pago de dicha factura so pena de que Telefónica de Argentina me inicie acciones legales.
Este atropello por parte de Telefónica no sólo no me intimida sino que, de estar la línea a mi nombre, me impulsaría a hacerles yo a ellos una denuncia por hostigamiento.
Lejos está de mí desprenderme de mi responsabilidad por el pago de la factura, pero si la Doctora Ana Maya se ocupara un momento en revisar la Res S. C. Nº 10059/99 del Reglamento General de Clientes del Servicio Básico Telefónico (que rige tanto para teléfonos fijos como para telefonía celular), se daría cuenta que está prohibido cortarnos el servicio antes de los 60 días del vencimiento original de la factura, que no se cumplen sino hasta el 5 de enero. Por lo que no sólo no pueden enviar una carta de esa índole sino que tampoco pueden "apretar" a mi abuela con una plazo absurdo de 48 horas. Ni hablar de iniciar causas judiciales, ni mucho menos informar a ninguna entidad crediticia de tal mora, ya que la misma está prevista en las condiciones de contratación.
El remate de la nota es lo más gracioso.
"NOTA: Le informamos a usted que la línea que figura en la referencia de la presente carta, se encuentra actualmente habilitada para recibir llamadas, A fin de poder comunicarnos con usted y asesorarlo sobre la forma más conveniente de cancelar su deuda, CONECTE un teléfono a la línea de referencia que a la brevedad lo llamaremos".
Este último párrafo me da a entender que este estudio que es tan macanudo y quiere ayudarme, me permite generosamente recibir llamadas con el fin de que puedan comunicarse conmigo y asesorarme para el pago.
Imagínense por un momento el impacto que puede tener esta carta en una persona de 85 años que jamás tuvo problemas con nadie. De no haber recibido la carta yo en vez de mi abuela, ésta hubiese antepuesto el pago de la factura a sus remedios o comida con tal de no verse envuelta en "problemas judiciales".
Lamentablemente para mucha gente, Telefónica de Argentina y Telecom son las únicas alternativas que tienen para acceder a un teléfono. Si bien la largamente esperada descentralización de las telefónicas ya está vigente, sabemos que es imposible implementarlo ya que ninguna empresa alcanzará la estructura de cableados y la tecnología necesaria para recuperar los casi 20 años de ventaja que sacaron estas dos empresas que encima recibieron todo hecho, ya que el plan MEGATEL de ENTel les dejó en bandeja y operativos más de 1.000.000 de líneas telefónicas listas para activar.
Ahora ante el advenimiento de nuevas empresas como Telmex, Telecentro, BBTel, MetroTel, IPlan, Netizen y otras empresas que están incursionando despacio en el tablero de la telefonía hogareña y empresarial. Telefónica no sólo no se esfuerza por generar servicios para mantener a sus usuarios sino que los ataca injustificadamente con cartas agresivas como ésta.
Algún que otro usuario entendido en la materia tomará la carta como lo que es (un apriete sucio) y la ignorará, pero la mayoría de la gente común —como mi abuela— naturalmente se asusta y sale a pedir plata prestada o a desplazar o relegar cosas importantes por algo cuyo último plazo de pago ya está establecido desde la llegada de la factura.
Este tipo de actitudes sucias me afianza más a las pequeñas pymes que se arriesgan como pueden a entrar a este terreno saturado y sin espacio a brindarnos una alternativa diferente al abusivo monopolio al que estamos atados.