Las autoridades de la Drug Enforcement Administration (DEA) de los Estados Unidos hallaron trazos de cocaína y carfentanilo en la muestra incautada en Puerta 8 y analizada en su laboratorio de Dulles, Virginia, según el informe que le entregaron a la jueza federal de San Martín Alicia Vence, tal como pudo reconstruir Encripdata. Se trata de la «droga fea» -como la llamaron los mismos transas- que mató a 24 consumidores el 2 de febrero del 2022 en el conurbano bonaerense.
Así, la Administración de Control de Drogas estadounidense, por su nombre en castellano, llegó a la misma conclusión que los dos peritajes realizados el año pasado por la Procuración General bonaerense y por la Dirección Química Legal de la Superintendencia de Policía Científica: «La sustancia utilizada para estirar el clorhidrato de cocaína encontrada en diversas muestras secuestradas se trata de carfentanilo».
Según la DEA, este opioide sintético es «10 mil veces más potente que la morfina y 100 veces más que el fentanilo».
En mayo, el jefe de la oficina de la DEA en Buenos Aires, John Wallace, puso a disposición el laboratorio en cuestión para intentar reconstruir la ruta del carfentanilo. En septiembre, la magistrada aceptó la propuesta. Pero recién en diciembre, la Policía Federal (PFA) viajó a Dulles para entregar en mano uno de los envoltorios de nylon color rosado o anaranjado que provocaron el desastre en Puerta 8.
A diferencia de los laboratorios locales, en el de la DEA tienen la capacidad de estudiar no solo los trazos de cocaína y carfentanilo sino también el método de elaboración del clorhidrato para determinar el origen: Colombia, Perú o Bolivia, los tres países productores de la pasta base. En el caso de Puerta 8 lo importante era saber si al carfentanilo lo introdujeron durante el proceso primario -en en el país de origen- o durante el estiramiento -Argentina-.
Sin embargo, la DEA de los Estados Unidos le informó la semana pasada a la jueza Vence que no pudo comprobar la trazabilidad del carfentanilo por la escasa cantidad utilizada en el corte de la cocaína y, por lo tanto, tampoco pudo precisar si el corte fue hecho en el país o en el exterior.
Algo parecido habían explicado los especialistas de la provincia de Buenos Aires: si bien detectaron la presencia de trazas de carfentanilo, el estiramiento fue tan artesanal que solo lo hallaron en 12 de los 20 envoltorios analizados.
Así, la DEA de los Estados Unidos esta vez no pudo aportar ni un solo dato novedoso sobre la procedencia. No, al menos, desde el análisis químico.
Pero todavía queda un camino para saber la ruta del carfentanilo: los propios involucrados. Como publicó recientemente Encripdata, la magistrada amplió en diciembre la indagatoria a Miguel Ángel Villalba, el histórico «Mameluco» de San Martín, y quince miembros de su organización y los acusó por la «comercialización de estupefacientes que se llevó a cabo el 1 y 2 de febrero por parte de integrantes de la mentada organización», por el «poder de disposición que poseían sobre 480 envoltorios de nylon color rosado o anaranjado con clorhidrato de cocaína y carfentanilo» incautados en el búnker de Puerta 8 y por la «tenencia que detentaban ese mismo día de dos bolsas de nylon con 3346 envoltorios de nylon» de los mismos colores en una casa de Loma Hermosa, tras el dictamen del fiscal Paul Starc.
Sí: incluso después de las primeras muertes, los transas de «Mameluco» tenían 945 gramos más de cocaína con carfentanilo fraccionados y empaquetados, que habían empezado a vender, al menos, desde el 24 de enero, nueve días antes del desastre.
Aquel 24 de enero del 2022, Natalia Yanina Díaz, Nati o «Tía», encargada de uno de los turnos, se asustó por una droga nueva y se lo hizo saber a su novio Fran:
– Acá hay un ‘bondi’
– ¿Qué pasó?
– El ‘Dylan’ y ‘el Boli’ trajeron una droga de Colombia, viste, como pasta base…
– Sí.
– Y preguntaron quién quería fumar, y dice ‘el Perro’, y fue a parar al hospital, re duro quedó, re acelerado…
– Ah, no…
– Y después el hermano de ‘Mocho’, ‘Mosqui’, tomó y también fue a parar al hospital.
– Decile que me convide un poco a mí.
– No, nene, sabés cómo te deja, re mal.
– Dale, amor.
– ¿Sabés cómo se fueron al hospital los dos?
– Pero a mí me va a pegar re piola.
– ¿Qué piola? La cagada que yo te voy a dar te va a quedar piola…
«Boli», uno de los responsables de la «droga de Colombia» según Nati, se llama William Javier Zalazar, está detenido y ya fue indagado dos veces, pero no dijo nada. Su jefe», el siempre poderoso «Mameluco», aunque suele hablar con los medios de comunicación, tampoco confesó.
El tercero que lo puede saber es uno de sus hijos, Luca Nahuel Baigorria, alias «Dylan», pero lleva más de un año prófugo.
La magistrada quiere tener más elementos de convicción para volver a ampliarles la indagatoria, esta vez ya sí por ocasionar las muertes. Una de sus esperanzas era el informe de la DEA. Pruebas que demuestren sin lugar a dudas el dolo sobre la acción, es decir, que los Villalba vendieron cocaína con carfentanilo sabiendo que podían matar a quienes la consumieran.
Porque las «escuchas» que constan en el expediente podrían jugarles a favor o en contra, debaten los investigadores, según la parte de la biblioteca del derecho penal que utilicen para valorarlas.