Uno de los expedientes más escandalosos sobre corrupción y al que menos atención se le ha prestado es el que investiga los aportes de campaña a Cristina Kirchner y Julio Cobos en 2007.
La justicia sospecha -y tiene casi del todo comprobado- que en ese trámite se blanqueó dinero de dudosa procedencia. Es una trama que se vincula con la ruta de la efedrina, la mafia de los medicamentos y el triple crimen de General Rodríguez.
Como sea, entre los complicados aparece Sebastián Gramajo, uno de los recaudadores de la campaña de marras y responsable político del Frente para la Victoria en el año 2007.
Se trata de un hombre que supo responder a Héctor Capaccioli, quien a su vez reportó históricamente al ex presidente Alberto Fernández.
Lo curioso es que Gramajo sigue ocupando un importante cargo en la Anses: el de coordinador del Programa de Adultos Mayores. Acaso una de las cajas más apetecibles.
Durante el kirchnerismo se entendía que ello fuera así, ya que el hombre había amenazado reiteradamente con contar todo lo que sabe. Más por necesidad que por convicción.
Sin embargo, no se explica que durante la gestión de Javier Milei esto persista. Hay que recordar que, desde el 15 de diciembre pasado, asumió como titular de la Anses Osvaldo Giordano. ¿Por qué lo sostiene? ¿Es acaso parte del declamado “pacto” con el kirchnerismo?
Urge responder aquellos interrogantes, toda vez que se trata de una luctuosa trama, que conjuga lavado de dinero, drogas, medicamentos adulterados, triple crimen de Gral. Rodríguez, aportantes fantasmas y hasta las valijas de Guido Antonini Wilson.