La agresión sufrida por el jefe de bloque de diputados del Frente para la Victoria (FPV), Agustín Rossi y por su hermano, Alejandro, lamentablemente no sólo denota las secuelas del conflicto entre el gobierno nacional y el campo sino también el duro panorama electoral que se avecina para el oficialismo.

    Las candidaturas del peronismo en la provincia de Santa Fe siguen siendo un enigma, cuya revelación está en manos de Néstor Kirchner y de Carlos Reutemann.

    Reutemann viene poniendo en duda si será el candidato a senador por el peronismo en su provincia en las próximas elecciones, por una sencilla razón: dice que no se puede hablar del kirchnerismo en el interior de la provincia, golpeada por la política agropecuaria de la Nación. Esto es, a saber del "Lole", retenciones altas en tiempos de baja de los commodities y de sequía.

    Con ese argumento, Reutemann sostiene que con el FPV no podría hacerle sombra a la lista que respalde el gobernador Hermes Binner. Según el ex piloto de Fórmula Uno, si es sólo en nombre del PJ, ahí sí podría asegurarse alrededor del 30 por ciento de los votos y habría que sumarle 15 puntos más para alzarse con un triunfo. Pero no con el kirchnerismo.

    Por eso, sostiene que con Rossi como candidato a diputado de la misma lista, es imposible hacer un buen papel en los comicios. El propio Rossi ha dicho que si no hay acuerdo con Reutemann, habría que celebrar internas. Aunque en los últimos días intentó apaciguar los ánimos para arribar a un acuerdo.

    Sin embargo, el episodio de hoy, pareciera darle la derecha al ex corredor.

    En ese esquema, mas allá de la espontaneidad o no de la agresión contra los hermanos Rossi, el repudiable episodio demuestra que al menos en algunos lugares del interior santafesino, como Laguna Paiva, el rechazo al kirchnerismo llega a la irracionalidad.

   Se descuenta, entonces, que ese mismo enojo podría trasladarse a las urnas de presentarse una alternativa kirchnerista en las elecciones santafesinas.

Walter Schmidt