Uno de los principales recursos que utiliza el periodista de investigación a la hora de indagar sobre temas de sensibilidad social, son las fuentes de información personales; esto es, individuos que, voluntaria y activamente, dan testimonio sobre hechos de relevancia periodística.

    Gran parte de los escándalos que ha desnudado la prensa en los últimos veinte años, pudieron ver la luz gracias a personas —generalmente "arrepentidos"— que brindaron su confidencial testimonio ante el oportuno grabador o anotador de algún periodista vernáculo. Un dato a tener en cuenta: hay una premisa que dice que "toda fuente es interesada". En tal sentido, hay que tener cuidado con la información que recibe el hombre de prensa, en tanto y en cuanto puede haber intereses de diversa índole detrás de lo que se le ofrece.

    Más allá de los recaudos que deben mantenerse a ese respecto, lo importante siempre es chequear la información obtenida, especialmente cuando se trata de testimonios sin respaldo documental.

    Lo antedicho viene a colación de lo sucedido a este cronista el 16 de abril próximo pasado, estando en la ciudad de La Plata, cuando un insólito personaje se le acercó y le ofreció diversas "pinchaduras" (grabaciones ilegales) de teléfonos, pertenecientes a personas de gran relevancia pública y privada. Luego de preguntar a quien escribe estas líneas si era el "periodista Sanz", el individuo —quien no cesaba en mirar para todos lados, como si alguien lo persiguiera—, ofreció venderle algunos de los telefónicos diálogos "a buen precio" y asegurando que serían de sumo interés.

    La negativa a la propuesta por parte del autor de este artículo —segundo dato: jamás se paga por información—, generó una áspera discusión con el casual informante, quien optó por entregar como "gesto de buena voluntad" un CD de prueba. "Si te gusta, después negociamos todo lo otro que tengo", advirtió el curioso personaje, asegurando que el disco compacto entregado contenía pruebas "fundamentales para la causa Bellini".

    Si bien en un primer momento el comentario fue totalmente confuso, pronto se develaría el misterio, cuando el informante aseguró que "dentro del CD" había "reveladoras conversaciones" en el marco de la muerte de Morena Pearson, pareja del polémico empresario bailable Daniel Bellini, fallecida esta en extrañas circunstancias a fines de marzo de 2008. Por el referido caso, es dable mencionarlo, Bellini se encuentra detenido, sospechado por el fiscal Matías Rappazzo de haber sido quien gatilló sobre el cuerpo de Morena.

    Sin embargo, la fuente aseguró que para esclarecer el mencionado deceso había que prestar atención a las grabaciones entregadas, hechas a Francisco Pearson, padre de la occisa Morena, hechas "en abril de 2008 a la línea 4623-0912"; es decir, pocos días después de haber muerto su hija.

    El contenido de las grabaciones sería realmente revelador.


La mujer en el vestidor

    El día 21 de marzo de 2008, Morena Pearson apareció repentinamente muerta de un balazo en la cabeza en el vestidor de la casa que compartía con su pareja, Daniel Bellini, dueño del conocido boliche Pinar de Rocha. Si bien en un principio se aseguró que había sido asesinada por este último, los peritajes químicos, realizados en la Asesoría Pericial de La Plata —por el perito oficial Sergio Giorgeri—, determinaron que no había rastros de pólvora, ni en las manos de Morena, ni en las manos de Bellini (1). No obstante el revelador dato, Bellini fue inmediatamente encarcelado.

    En esos días, este periodista intentó contactarse con Francisco Pearson, padre de la fallecida, para ofrecerle desinteresada colaboración a efectos de esclarecer el supuesto crimen de su hija, pero insólitamente este no quiso aceptarla. Su abogado, Pablo Dobanton, tampoco se mostró interesado; eso sí, resultó llamativo que, a la hora de explicar sendas negativas, los argumentos de ambos fueron totalmente contradictorios.

    Luego de escuchar el contenido de las grabaciones, fue fácil entender por qué. Allí, el progenitor de Morena da cuenta de una serie de situaciones que lo comprometen en la muerte de su hija, no porque la haya asesinado él, sino porque se aseguró de ocultar que esta había tenido anteriores intentos de suicidio y una reveladora historia clínica que dejaba al descubierto un pasado de bulimia, anorexia y profunda depresión.

    De la misma manera, Francisco Pearson menciona en sus conversaciones la idea de extorsionar al recluido Bellini y el alivio por la afortunada aparición de un arma de fuego que había desaparecido en su propia casa. Respecto a este último punto, cabe preguntarse: ¿por qué tanto interés en encontrar un revolver en su hogar si ante la Justicia el padre de Morena aseguró que no poseía arma alguna?

    Las conversaciones contenidas en el CD son harto elocuentes y, por ese motivo, fueron entregadas a la Justicia de La Plata hace unos días por quien escribe estas líneas. El escrito que acompaña al CD —una copia del original— advierte que "he decidido entregar una copia a la Justicia antes de darlas a conocer periodísticamente, a efectos de que se investigue su posible veracidad".

    El contenido total del disco compacto no puede darse a conocer aún, ya que echaría por tierra una posible línea de investigación que aún no ha sido desarrollada, pero en breve —luego de que la Justicia tome cartas en el asunto— se pondrán en Tribuna de periodistas tal y como fueron entregadas.

    Mientras tanto, en una causa que no quiere avanzar —sospechada de increíbles vicios procesales—, será el poder Judicial el que decida la eventual autenticidad de esta nueva prueba.

    No es poco.

Christian Sanz

(1) Oportunamente, uno de los profesionales admitió que, en el caso de Morena, la ausencia de pólvora se debió a que fue sometida a un lavaje cuando se hallaba en terapia intensiva en el Hospital de Haedo.