¿Estaré tan desorientada?....La autocrítica es fundamental, pienso yo, y la crítica es importante porque permite poner negro sobre blanco y entender el problema. Ese ejercicio es uno de los indicios de la salud mental.
Sería muy necio de mi parte no admitir que hay gente para todo, quienes además pueden tener una escala de valores diametralmente opuesta a la mía y para quienes seguramente yo resulto “un bicho” y además, “rarísimo” porque como mujer (y en este caso demasiado normal), ni de adolescente me importó la moda ni nada vinculado con ella como el maquillaje, el gasto indiscriminado en productos de belleza para no arrugarse, para no tener celulitis, para estar bronceada, matarse 80 horas en el gimnasio, y cuanta cosa superflua ande dando vueltas por ahí. De hecho, debo resultar un sinónimo de bancarrota para las empresas dedicadas a eso.
Es cierto, me pasé la vida a contramano en relación a gente de mi edad y nivel social, y hasta hoy día la gente “normal” con un menú de opciones “normales” siente un profundo desprecio hacia mi persona…. Quizás porque no logran entenderme la botonera y no me pueden manipular….. (a menos que yo lo admita a sabiendas), y probablemente porque me cuesta reparar en ellos…(mea culpa, lo admito)
En fin…. siempre pensé (y sentí) que andar a la moda es aceptar obsecuentemente que alguien controle tu vida al punto de imponerte hasta cómo tenés que vestirte para que la sociedad te quiera….absurdo para alguien como yo que fue educada por padres quienes, además de los mas altos valores morales, el amor incondicional por el estudio y el conocimiento, la autodisciplina, el ejercicio permanente de la voluntad, la responsabilidad en todas las áreas y el cultivo de todo aquello que resulta “invisible” a los ojos, no olvidaron inculcarme que nadie tiene el derecho de imponerme nada, y mucho menos “cómo tengo que pensar”, sin omitir advertirme sobre el caso inverso y las libertades individuales.
Además, siempre pensé (y materialicé en mi propia vida), la idea de que una mujer puede hacer, sin competencias absurdas con el sexo opuesto y conforme a su naturaleza, millones de cosas mucho mas grandes, mas trascendentes y mas importantes en cualquier plano que aquel rol limitado que muestran las pautas sociales creadas por una sociedad con intereses especiales en mantenerlas bajo la bota y contándoles el cuento del “sexo débil”, que por pura comodidad y especulación, las mismas mujeres quisieron creer.
Es mi costumbre mantenerme informada acerca de lo que ocurre en términos generales a nivel económico, político y social, como así también en cuanto a novedades científicas (serias).
En ese contexto, suelo pegar un vistazo a diversas publicaciones entre las que nunca faltan los diarios digitales y una, a fuerza de costumbre ya advierte las trampas de los titulares de algunos medios, con frases rimbombantes encabezando artículos de contenido ridículo. A esos, ni los leo.
Así, por ejemplo, en el contexto de la feroz crisis social que enfrenta nuestro país, con el odio acendrado que la mayoría de la población siente por la pareja presidencial, el profundo desprecio e indignación que genera entre las mujeres la Sra. que vive en Olivos, que va de visita a la Casa Rosada y anda malgastando nuestro dinero por el mundo exhibiendo lo aprendido en sus cursos de arte escénico diciendo que nos representa ¿¿??, hay periodistas, [profesionales periodistas, graduados como periodistas], que se preocupan por ejemplo de qué modelo exhibió la señora, si Michelle Obama o Carla Bruni le hicieron o no sombra con el vestuario, si la maquilladora personal puso más énfasis en su ojo izquierdo que en el derecho, si se le falló el rímel “waterproof”, que si tiene las piernas gordas o luego de la operación y el roller diario se le fue el complejo.. en fin…. un arsenal de cuestiones intrascendentes para un pueblo que en términos generales resulta tener un cierto nivel intelectual (haya o no obtenido títulos universitarios), que en este momento está completamente en otra, con preocupaciones sobre su futuro laboral, el futuro de sus hijos, la paroxismo de la inseguridad, la despenalización de la droga, una justicia que parece no funcionar ni para atrás, el desmantelamiento de los pocos sistemas informáticos de control serios que tenía la AFIP en Aduanas, los despidos masivos, la inflación, la mafia de los medicamentos adulterados, el tarifazo vigente, los cortes de calles y rutas diarios, las epidemias, la contaminación ambiental, la lucha de pobres contra pobres, la destrucción de vastos sectores motores de la economía argentina, la incertidumbre y la desesperación ante un futuro por demás sombrío y harto de corrupción, de mentiras y de manoseo…. salvo raras excepciones, claro está, de personas cuya actividad laboral sea ésa, la moda, o no se vean afectados por ninguno de los flagelos antes descriptos.
Pienso, ese periodismo ¿informa o contribuye muy hábilmente a desinformar en un rol de complicidad pretendiendo desviar la atención de la sociedad?
Si no es así, quizás deberían replantearse abordar temas de mayor contenido, al fin y al cabo son profesionales, y el prestigio va de la mano de la seriedad del servicio que brinda cada profesional
Ahora, si es así, no creo que esta vez resulte…. ¿No ven que la gente está mas que saturada?.
¿Qué tal, si todo lo aprendido sobre el poder que tiene la palabra lo ponen al servicio de una sociedad por demás desmoralizada y la ayudan solidariamente a encontrar la salida? Probablemente por eso, nunca se olviden de ustedes.
Nidia Osimani