Vivimos desde la infancia en un mundo social y cultural basado en el cristianismo. Para todos los latinoamericanos esto se manifiesta desde nimiedades como los nombres de nuestras calles, feriados, nombres propios, y algunas costumbres sociales a las que asistimos a veces sin prestar demasiada atención a lo que representan sacramentalmente, por ejemplo bautismos y casamientos.
Yo soy uno más criado de esa manera y esa cotidianeidad con la religión, aunque no seamos practicantes, nos hace muchas veces dejar de preguntarnos algunas cosas básicas.
Eso si uno ha perdido también la costumbre de preguntar. No es mi caso.
Si nos atenemos a los dogmas católicos, el bautismo es sin dudas, el sacramento más importante y urgente. Lo antes posible, el niño recién nacido debe ser purificado del pecado original heredado desde los primeros padres de la humanidad.
¿Qué es el pecado original? Según
Lo que implica esta noción es como mínimo alarmante. Desde hace miles de años, todos los humanos pagamos por culpa de seres que nunca hemos conocido y de los cuales no hay ningún tipo de registro histórico confiable. Recuerdo que la catequesis de mi infancia, era muy gráfica al hablar de Adán y Eva y de sus dos hijos Caín y Abel, encargados de inaugurar el asesinato entre familiares, a solo dos generaciones de empezada la humanidad. La historia de la primera familia es una tragedia, lo cual resulta paradójico, porque ellos hablaban con dios, diariamente y sin embargo sus acciones dejaron mucho que desear.
Lo que mas me llama la atención a la hora de hablar del pecado original es la impotencia con la que dios observa como su propia creación se le desmadra y va tomando decisiones a lo largo de los años.
Por ejemplo, el diluvio universal. Esta otra historia bíblica, nos relata como el creador destruyó todo ser vivo de la faz de la tierra, por decirlo coloquialmente, para empezar desde cero.
La lista de pecadores muertos en este cataclismo incluye a todos los animales y plantas del planeta, pero: ¿Qué pecado cometieron los millones animales que no entraron al arca? O la pregunta derivada mas incómoda ¿Eran puros los animales que Noé eligió? ¿Y porque pagaron las plantas? Recordemos que estoy siguiendo la lógica católica de creer que un niño de dos años es pecador por herencia, así que merecía la muerte, ahogado.
Cuando Noé se bajó del arca, después de semejante lección por parte de DIOS, lo primero que hizo fue desnudarse y emborracharse, para inaugurar una nueva etapa de descontrol y pecado en la humanidad.
Me imagino a dios agarrándose la cabeza al darse cuenta de que nuevamente cada uno hacía lo que quería. Sodoma y Gomorra siguieron, y las guerras y las divisiones y la historia que todos conocemos, que nos hace quedar mal parados a todos los humanos.
En este punto, alguno me podrá decir dios nos da conciencia y libre albedrío para elegir nuestros actos. Y yo le podría contestar: Entonces que no nos presione, no nos ahogue, no nos condene si elegimos pecar.
Ante estas inquietudes, algunos sacerdotes y pastores responden ligeramente que muchas de esas historias que leemos en
Me siento encerrado: Si Adán y Eva son ficticios ¿Quien cometió el pecado original? Si fueron reales y hay que creer en esos personajes, que me expliquen entonces como tuvieron descendencia Caín y Abel, siendo los dos varones... Y aunque pueda parecer banal, escrito en la pantalla de una computadora, no podemos olvidar que sobre esa base se han construido los dogmas de varias religiones.
Esquivando las llamas purificadoras, llego al final de estas reflexiones de verano preguntándome: Si el pecado original fue cometido por seres imaginarios y de leyenda, ¿Es verdad que todos venimos condenados de antemano? Yo en esa lista no me anoto.
Las implicancias de un pecado original cometido por seres de fantasía son tremendas, porque contradice la condena hereditaria, porque expone peligrosamente la venida de Jesús a salvarnos de algo iniciado por gente inexistente, en definitiva, se cae todo el andamiaje dogmático a pedazos.
Mientras sigo tomando sol, pienso en los millones de seres humanos que vieron venir la tormenta pensando en un chaparrón, y horas después, mientras se ahogaban, veían pasar a Noé y sus animales navegando alegremente hacia el futuro.
Y bueno… eso les pasa por pecadores, eso les pasa por desobedecer a Dios, que pone un arbol de frutos prohibidos frente a las narices de Adán y Eva, pudiéndo haberlo plantado en cualquier otra parte del planeta.
Es que a veces Dios es un poco descuidado, y el fruto de la sabiduría demasiado tentador.
Martín Gianola