“No puedo expresar lo culeadamente sorprendido e impactado que me sentí cuando estábamos en la base del Longdon esperando la orden de avanzar y nos dijeron que formáramos una línea extendida. No pude evitar pensar que algún imbécil se había drogado y que había retrocedido el reloj y que llevaríamos puestas las casacas rojas. Y cuando escuché ‘fijen bayonetas’, eso fue todo. Supe que estábamos en un manicomio”. Quien expresa así tan crudamente su asombro, es el paracaidista británico Kevin Connery, quien aprestado a entrar en combate en la base del Monte Longdon, aquel viernes 11 de junio de 1982, no puede creer lo que está viviendo. Pues era demasiado fuerte para él que Margaret Thatcher atrasara el reloj de la historia haciendo revivir las glorias victorianas para que, qué duda cabe ahora, el apodo otorgado por los soviéticos de ‘’dama de hierro’’ no se oxidase en el recuerdo.
La noticia de la aparente decisión británica de enviar al entonces Teatro de Operaciones Atlántico Sur a los buques HMS York y HMS Scott, publicada este jueves en el diario The Sun, remite necesariamente al comienzo de esa zarabanda sangrienta de 74 días en 1982. Pues, como anticipara este humilde escriba en otra nota del 5 de este mes, aquel conflicto tuvo su puntapié inicial precisamente en estas mismas fechas. Por aquellos días, la revista Siete Días daba cuenta que, a causa del estancamiento de las negociaciones sobre la soberanía del archipiélago en disputa realizada en la ONU, la junta militar argentina no tendría más remedio que echar mano de la peligrosa salida armada.
En marzo de 1996, quien escribe estas líneas entrevistó al cineasta Federico Urioste, realizador del excelente documental Hundan al Belgrano. En el transcurso de la misma, el realizador recordó que, hallándose precisamente en Londres estudiando cine por esas fechas, se sorprendió al toparse con un titular del diario citado arriba en el que anunciaba que los argies habían invadido las Falklands. Sólo se trataba de la misión comercial de Constantino Davidoff, travestida como una agresión armada por los servicios de inteligencia, para montar la excusa ideal que tanto buscaba la entonces primera ministra.
Como se recordará, le salió muy bien.
Farsa y tragedia
Teniendo en cuenta estos antecedentes, sería perentorio remitirse a los mismos para no dejarse llevar por retóricas nacionalistas decimonónicas ni caer en maniobras urdidas por oscuros servicios trasnochados: ‘’Mientras tanto, el Gobierno salió ayer (17/02) a defender el decreto de Cristina que obliga a los buques en tránsito hacia Malvinas a pedir permiso para recalar en los puertos argentinos. Así, el vicecanciller Victorio Taccetti afirmó que para las empresas británicas se hará "más difícil y más costosa" la exploración de hidrocarburos en la zona. En tanto, el columnista Simon Tisdall, en la edición de hoy del diario británico The Guardian, analiza la situación planteada entre Argentina y Gran Bretaña a raíz del inicio de exploraciones petroleras por parte de aquel país en las islas Malvinas. Una sutileza: el periodista acepta que las islas se llaman "Falklands, también llamadas Las Malvinas", dejando de lado la carga nacionalista que condiciona a otros medios que abordan el tema, como The Sun, por ejemplo. Tisdall sostiene con firmeza que “Cristina no es Galtieri” y que, antes de recurrir a la fuerza –como lo hizo la dictadura en 1982- hay que “reflexionar”. Sin embargo, el periodista que se enfoca sobre el conflicto da cuenta que será “muy difícil encontrar petróleo” y que “el costo de exploración será elevadísimo”, por lo cual no es necesario, plantea, empezar a pelearse por algo que todavía no existe. Acepta que, “según algunas estimaciones, hay 60 mil millones de barriles de petróleo” bajo la tierra que está en las profundidades del mar malvinense. Pero da cuenta que exploraciones anteriores no encontraron nada. “El mar –asegura- en algunas zonas alcanza profundidades de 3 mil metros, las tormentas son frecuentes, las temperaturas invernales suelen ser al punto de congelamiento y el costo de exploración puede alcanzar a un millón por día”. Tisdall usa una frase de Marx para comparar al conflicto en tiempos de Galtieri con los actuales de los Kirchner. “La historia se repite –cita- primero como tragedia y luego, como farsa”. Por ello, advierte en su nota que, frente a todos los desafíos que pueden ser insuperables a la hora de buscar y encontrar petróleo en la zona en disputa, “al igual que reproduce la tragedia histórica como farsa, el oro negro a menudo se convierte en oro de los tontos”. Por ello, finaliza: “Antes de hacer nada estúpido, lo mejor que puede hacer la Argentina de Kirchner es esperar y ver si hay algo por lo que valga la pena pelear”, según informa hoy el sitio amigo Urgente 24. Pero también, como diría el ilustre profesor Fernando Hernández, ‘’la Historia se repite cuando los boludos no la leen’’. Verdad contundente que se debe tener en cuenta, sobre todo antes de cometer dislates que se sabe como empiezan pero lamentablemente jamás como terminan.
Fernando Paolella