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Fundamentalismo político

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CUANDO LA POLÍTICA SE CONFUNDE CON DOGMA DE FE
CUANDO LA POLÍTICA SE CONFUNDE CON DOGMA DE FE

Una de las principales características de la vida política e institucional vernácula es, precisamente sin lugar a dudas el fundamentalismo político. Herencia directa de un pasado hispánico inquisitorial, desde la fundación de esta nación ha existido todo un culto a la intolerancia que ve a quien no piensa como uno, a un peligroso enemigo.

 

Desde la independencia en 1816, surgió una división flagrante entre los partidarios de la ciudad-puerto de Buenos Aires, y el interior del país. Consecuencia de ello fueron las denominadas guerras civiles, en realidad una contradicción interna dentro del núcleo dominante, que derivó en una lucha a muerte de los caudillos de los catorce ranchos contra los doctores del puerto.

El triunfo de los segundos luego de Caseros, produjo el sometimiento a sangre y fuego de los primeros, pero sin ningún convencimiento que provocarían serias complicaciones a futuro.

Los positivistas conservadores que se travestían de liberales, denigraban al gaucho y a todo lo que oliera a hispanidad. Y estos a su vez, escondiéndose detrás de un crucifijo a veces, lanzaban latines y anatemas contra quienes imaginaban como acólitos del diablo.

Siglo XX cambalache vio el albur de una nueva patria, gracias al aluvión inmigratorio de venidos de la vieja Europa. Con su equipaje de esperanzas e ideas libertarias, pronto cayeron en la mira de los patricios dueños de la tierra quienes les sacaron la tarjeta amarilla del retorno forzoso.

Entendido que el sistema presentaba fisuras, un hijo de esa elite llamado Roque Saénz Peña, dio cabida al sistema del voto secreto, libre y obligatorio, pensando que así se eliminarían gran parte de las sangrientas contiendas políticas. Estaba equivocado.

Fruto dilecto de este sistema fue Hipólito Yrigoyen, quien luego, en 1930 fue derrocado por el general José Evaristo Uriburu, un germanófilo a ultranza que era apodado Von Pepe. Creyéndose el iniciador de una nueva era, atrasó el reloj y pretendió retroceder a la Argentina cien años atrás. También estaba errado, pero parece que nadie tuvo la deferencia de avisarle.

Con él se inauguran trece años oprobiosos que pasaron a la historia como la era del fraude patriótico o la década infame, según el estricto gusto del consumidor.

Pero en 1943 un nuevo golpe militar, esta vez de un grupo de militares que se creían muy acorde a su época, derribaron este andamiaje y comenzaron a contar la historia de otra manera.

Fruto de esta conspiración, surgió un movimiento de masas que intentó ampliar la participación popular en la política, de la mano de un ilustrado y hábil coronel de nombre Juan Domingo Perón. Si bien mucha tinta y opiniones se han vertido acerca del mismo, que resultaría demasiado trillado volver sobre las mismas, se debe analizar que a pesar de esa encomiable tarea también cayó en el vicio autoritario y en el fútil culto a la personalidad, quizá abrevada de cierta raigambre fascista.

Pero sus derrocadores no fueron mejores. No vacilaron en acribillar a la multitud indefensa en Plaza de Mayo y zonas aledañas en la ordalía del 16 de junio de 1955, inaugurando una forma nueva de terror, como también fusilar partidarios del tirano depuesto en un basural y en algunos cuarteles en la entonces Penitenciaría Nacional.

 

De proscripciones y horrores

 

 

Los libertadores del 16 de septiembre de 1955, también pretendieron atrasar el reloj y soñaban con retornar a la Argentina agroexportadora de la segunda mitad del siglo XIX. No lo consiguieron, y lo único que lograron fue que el odio se volviera endémico y la ingobernabilidad una constante pandemia.

En 1958 Arturo Frondizi, surgido de un radicalismo escindido ahora bajo la bandera del desarrollismo, gana la presidencia gracias a un pacto con el exiliado Perón. Tampoco lo logra, arrastrado del sillón de Rivadavia por una conjura perpetrada por unos militares encuadrados en las fronteras ideológicas de la naciente doctrina de la seguridad nacional, en 1962. En octubre de 1963, con la continuada proscripción del peronismo, Arturo Illia fue elegido presidente con un porcentaje ínfimo de votos. Le endilgaron el mote de tortuga porque decían que era lento para los mandados. Pero en realidad su tozuda negativa a aprobar una ley que favoreciera a medicamentos provenientes de laboratorios foráneos, le granjeó mucha antipatía y enemigos declarados. Así, en junio de 1966, un general símil foca de nombre Juan Carlos Onganía, lo sacó de la Casa Rosada a golpes de una compañía lanza gases de la Federal.

Emulo de Franco, este general también pretendió atrasar el reloj de la historia y, tres años después, el 29 de mayo de 1969, la revuelta popular del Cordobazo hizo añicos su cesarista sueño de la Revolución Argentina.

Hasta 1973 reinó en el país una ordalía revolucionaria y contrarrevolucionaria. Unos y otros, tanto simpatizantes de izquierda, peronistas revolucionarios, radicales, derechistas y otros minoritarios, confundieron la política como un dogma de fe, como una verdad revelada, y comenzó la antesala del infierno.

La masacre de Ezeiza del 20 de junio de 1973, justo cuando Perón volvía al país, demostró que la vía militar estaba por encima de la discusión política. Motivo de ello, el posterior rompimiento del viejo general con la facción de la juventud revolucionaria, dio pie para la orgía de sangre que vendría un par de años después. A su muerte, su viuda María Estela Martínez de Perón, Isabelita, no fue más que una marioneta en las manos de José López Rega, el Brujo, miembro predilecto de la logia Propaganda 2 y con vínculos estrechos con los sectores más fundamentalistas de las FFAA, meros apéndices del Pentágono.

Así, el golpe del 24 de marzo de 1976 contó con amplio apoyo civil y con la venia de las organizaciones armadas, como con la tácita aprobación de la CIA. Mediante la represión política y la herejía de la desaparición de personas, se implementó un plan económico prohijado por la escuela monetarista de Chicago, que, con José Alfredo Martínez de Hoz como su voz cantante, destruyó la industria nacional, instauró el reinado de la especulación financiera y pretendió también atrasar el reloj hasta el erial de la patria agroexportadora.

Pero en 1980, del sueño se pasó a la pesadilla económica: “La suba del interés, la prima de riesgo cambiario, y el trasfondo de crisis en la estructura productiva desataron una crisis financiera en marzo de 1980, uno de cuyos síntomas fue la quiebra del BIR, la intervención de los bancos Oddone, Los Andes e Internacional y la liquidación de 60 entidades financieras. En mayo se intervino el grupo Greco (44 empresas); en enero del '81 se declaró la crisis del sector vitivinícola cuyano y se detuvieron productores del valle de UCO. El nuevo ministro Sigaut reconoció (2/4/81): mínimo crecimiento económico, retraso cambiario, desaliento del exportador y endeudamiento financiero insostenible. Su gestión fracasó: en 1981 el PBI bajó 6,8 por ciento, el consumo 4,2 y la inversión bruta 23,4; los precios al consumidor crecieron 131 y los mayoristas 180. En diciembre Sigaut se fue y su sucesor abandonó el régimen cambiario pautado o de minidevaluaciones, y unificó y liberó el mercado cambiario. Congeló el ajuste de sueldos de empleados públicos, no obstante el deterioro del 17 por ciento en su poder adquisitivo en el último trimestre de 1981: ello oficializó el desconocimiento del deterioro salarial. En julio del '82 el presidente del BCRA Domingo Cavallo dispuso que empresas deudoras de créditos pagasen una tasa de interés máxima del 6 por ciento mensual. 
En junio, los precios mayoristas habían subido 15 por ciento, y en julio 28. Rápido las empresas licuaron su deuda en pesos y cambiaron una deuda con el Estado por una deuda con Cavallo. En septiembre entró Jorge Wehbe; la deuda externa ya era de 43 mil millones. Wehbe permitió, a empresas con seguros de cambio, convertir su deuda externa a títulos públicos (estatización de la deuda externa privada), por 5260 millones. ¿Cómo quedó el país?: robusto el sector financiero y vulnerada la estructura productiva. La industria, como porcentaje del PBI, había retrocedido en 1980 a cifras de los años sesenta. El salario real, menor en un 25 por ciento. El PBI por habitante en el '82 era inferior al de 1975 y el consumo por habitante, 10 por ciento menor para el conjunto, y mucho más bajo entre asalariados. Y una deuda externa total de 45.068 millones que, sin resolverse, daría lugar al remate del patrimonio del Estado. ’’ Según la visión de la revista de ciencias sociales Realidad Económica, del Instituto Argentina para el Desarrollo Económico.

La derrota en Malvinas liquidó este otro sueño cesarista, y el camino hacia la restauración democrática estaba marcado.

 

Alfonsín

 

 

La primavera alfonsinista duró poco, desde diciembre de 1983 hasta abril de 1987, cuando en la rebelión de Semana Santa, el presidente radical amigo del hombre fuerte de la Zona 1, general Albano Harguindeguy, pactó con Rico y sus carapintadas para que la casa estuviera en orden. Decidido a erigirse como el Tercer Movimiento Histórico, intentó convencer que para ser modernos había que clausurar la historia y dejar de lado cualquier tipo de lucha porque provocaban desintegración. Decidido a rajatabla a mantener las mismas reglas de juego de Martínez de Hoz, en 1985 decidió la creación de una nueva moneda, el austral, como vano intento para paliar la inflación galopante. No lo logró, y entre 1987 y 1989 ésta se transformó en hiper y en mayo de ese año se tuvo que ir del poder antes de tiempo, mientras la calle hervía con los saqueos de la iracundia

 

Menem

El ganador de las elecciones de mayo de 1989, por eso tuvo que asumir el 8 de julio anticipadamente. Entonces émulo de Facundo Quiroga, luego se travistió de señorito unitario y llevó adelante la máxima de Martínez de Hoz ‘’achicar el Estado es agrandar la Nación’’ hasta las últimas consecuencias. No sólo fueron vendidas a precio vil las principales empresas del Estado, sino que el 80% del aparato productivo nacional fue despedazado, arrastrando consigo poblaciones enteras que en un abrir y cerrar de ojos se volvieron pueblos fantasmas. Por consiguiente, la desocupación se volvió de dos dígitos pero el 17 de octubre de 1990, fecha emblemática, Carlos Menem inauguraba el shopping Alto Palermo, en medio de una inusual algarabía popular. No se sabía bien que estaban festejando, el retorno del deme dos y los viajes de shopping a Miami, en medio del nacimiento de los piquetes en el interior y las oleadas de cartoneros en las principales orbes.

 

 

La fiesta duró hasta 1999, cuyas secuelas estallaron en la sangría del 19-20 de diciembre de 2001 provocando la huida en helicóptero de otro radical, Fernando de la Rúa.

 

Los Kirchner

 

 

La pareja gobernante es el colmo del mesianismo político. Sin ningún pasado revolucionario, en el poder desde 2003 se inventaron uno y se erigieron en depositarios de la memoria colectiva y en paladines de los derechos humanos. En esencia conservadores, se travistieron progresistas para delicia de ex alfonsinistas y ex menemistas huérfanos ideológicos, siempre ávidos de encontrar otro redentor que satisfaga sus carencias y esencias.

Su azaroso derrotero prefigura un final incierto, en el cual seguramente estallarán todas sus contradicciones internas y negaciones furibundas en un apocalipsis vernáculo con mucho de farsa y poco de tragedia.

 

                            Fernando Paolella

 

 
 

11 comentarios Dejá tu comentario

  1. MIENTRAS SIGA HABIENDO PERSONAS QUE NO SE PREOCUPEN POR LO QUE TIENEN Y LE DEJEN ESE COMETIDO A LOS LADRONES DE SIEMPRE O SEA A LA CLASE POLITICA Y SUS SOCIOS, PORQUE TODAVIA ESTAMOS COMO HACE DOSCIENTOS ANIOS, PENSANDO QUE VA A VENIR ALGUN CAUDILLO Y NOS VA A SALVAR, CUANDO LOS CAUDILLOS DEVERIAMOS SER NOSOTROS MISMOS Y DARLES ALGUN DIA EL EJEMPLO COLGANDO ALGUN POLITICO PARA QUE ESCARMIENTEN.SALUDOS AL LOS 200.

  2. Ante todo, mil gracias por los elogios y opiniones vertidas, sirven para seguir adelante. En realidad, creo que se desprende del artículo que el bombardeo de 1955 inaugura un estilo distinto de violencia política, que lleva al exterminio en masa del oponente. Luego, en los 60 y 70, primero las organizaciones armadas emplearían la táctica del asesinato selectivo, dando pie luego del 76 a que las FFAA, siguiendo la doctrina de las SS, luego la francesa y la del Pentágono, utilizaran la desaparición masiva como técnica de exterminio absoluta. Lo que causa pavura hoy, es cómo se llega a esto, al desprecio más tremendo por la vida del otro, pues tanto personeros de uno y otro bando, decidieron eliminar sin hesitar a seres humanos. Esto es el verdadero terror y horror. Un abrazo.

  3. Es tragicómico hay muchas verdades de nuestro desastroso derrotero en la historia política del País. Sin embargo cuidado con el simplismo, si nos quedamos en que todos fueron malos quien se supone que debe gobernar este Pueblo ¿los marcianos? O acaso estaremos propiciando el control directo de nuestro territorio por la ONU? Me parece que eso es hacerle el juego a USA. En fin hay unas cuantas verdades en el escrito y vale como panorama pero no comparto todas las visiones. Soy Rosista y Peronista pero supongo que habrá gente de otras tendencias que tampoco estarán muy de acuerdo con otras partes del relato. Vale como ejercicio periodístico pero desde luego le falta gran parte de los LOGROS de varios de esos proyectos. Descuento que no era la intención de Fernando hacer hincapie en eso sino en los desencuentros. Hemos hecho los Argentinos mil y una macanas, pero algunas centenas de cosas bien pudimos y podemos seguir haciendo, a no desanimarse

  4. Consecuencias históricas nos arrojaron en el presente a esta fosa de leones, en donde dificilmente podremos escapar ilesos, un pueblo que "necesita" ser engañado por ser justamente adoradores de la mentira, y la gran casta de la clase dirigente, creadores de sus propios laureles, lustra su corona otorgada por ellos mismos usando los paños de la codicia y los privilegios.

  5. Obvio que la intención era sólo resaltar sólo los desencuentros, porque si ponía los logros se transformaba en un libro y no era el objetivo. Aunque sí, los atinados comentarios me dan pie para seguir escribiendo sobre eso en entregas posteriores. Siempre buceando en nuestra historia se encuentran perlitas soterradas en medio de tanta desidia y encubrimiento. Y como bien dice mi amigo Christian, nunca es poco. Un gran abrazo.

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