Desde la conmemoración del Día de la Memoria, e incluso previo a que el 24 de marzo fuera situado como feriado nacional, que no se veía un discurso tan cargado de matiz político como el de ayer.
El desfalco económico que dejó el último Gobierno Militar, ha tenido consecuencias hasta nuestros días, pero culpar de la actual situación económica directamente a la Junta Militar, a Macri y a Mercedes Benz, provoca una suerte de despiste y tomada de pelo a la sociedad argentina en general.
En la avasallante refriega de la abanderada de los Derechos Humanos, Hebe de Bonafini, por ocupar monopólicamente la Plaza de Mayo, nos hizo transportar justo a aquellos años que paradójicamente ayer se repudiaban. -¡No miremos la televisión, sólo Canal 7 y Radio Nacional y la 530 de las Madres!, condicionaba Hebe a 40 mil personas, entre las que algunas habían perdido a sus seres queridos hace 34 años atrás, que escuchaban atentamente a quién debían votar y a quién no.
Se habrá olvidado que la determinación previa de lo que la gente debe ver o escuchar, es algo característico justamente de los representantes de uno de los peores gobiernos de la historia argentina. Sí, aquellos a los que rechazaban ese mismo día y en ese mismo acto.
El “¡Viva el cáncer!” y caras de una misma moneda
También, y para ayudar a la conmemoración de algún modo, al menos 50 militantes de la JP Evita, la JP Descamisados y la Corriente Nacional Martín Fierro realizaron un escrache frente a la redacción del diario Clarín, al canto de “se va a acabar, se va a morir, el monopolio de Clarín”, mientras plasmaban diferentes pintadas en las paredes. Lo que, además de una práctica poco democrática, evidencia también una cierta “falta de caja”, ya que los escraches contra el medio y con aquellos tan bien pintados carteles de “Todo Negativo”, solían convocar más adeptos.
Teniendo en cuenta el megaoperativo de la AFIP en el diario durante el año pasado -maniobra tan oscura que hasta el propio Ricardo Echegaray salió a disculparse- y la arremetida de Hugo Moyano y sus camioneros en la sede de distribución de diario, intentando que Clarín no llegase a los kioscos; hace encastrar este “escrache a Clarín”, tal como lo titularon la mayoría de los diarios, en eso, un escrache. Poco se puede apreciar aquí de una puja por la búsqueda de la verdad o de la recordación de los asesinados brutalmente durante el Gobierno Militar.
“Venimos a repudiar la complicidad del grupo Clarín con la Dictadura”, dijeron los manifestantes, cuestionando los mecanismos legales de los abogados de Herrera de Noble para evitar el avance de los estudios de ADN de sus hijos adoptivos. El tinte político de este acto estuvo a la vista. Fuera de todo objetivo de escrachar o pintar la casa de Videla, Massera, Agosti, o algún otro funcionario de Gobierno de la época, tal como se veía años atrás en aquellos escraches normalmente impulsados por H.I.J.O.S; se prefirió atacar al multimedio, que eventualmente, tanto resquemor le causa al Gobierno. ¡Hasta los escraches antes eran más prestigiosos!
La desaparición de los fondos de una provincia entera, la financiación de una campaña a través del narcotráfico, el traslado ilegal de valijas con dólares entre países, el enriquecimiento ilícito del matrimonio presidencial y su séquito y las cuentas en el exterior, son cosas de ahora y de “este” Gobierno.
El arremetimiento contra el Poder Legislativo y Judicial, el deseo de “hacer desaparecer algunos”, la persecución a los medios de prensa, decirle a la gente lo que debe ver, oír y votar (lo que terminó en obligar a la gente a lo que debe ver, oír y votar), el uso indebido de los Servicios de Inteligencia para fines extorsionadores contra jueces, fiscales y periodistas son prácticas afines de aquellos a los que critican, son elementos en común, elementos que hace mucho no se veían, elementos que comienzan a ocasionar un poco de temor.
Lamentablemente, aquellos desaparecidos deben mirar la coyuntura nacional bastante desorientados —desde dónde sea que estén—, pues tristemente nada de lo que se conmemoró ayer tiene que ver con ellos.
El 24 de marzo pasado, fue el primer día en que el objetivo no fue recordar a los desaparecidos, sino en dejarle en claro a la sociedad de dónde el kirchnerismo aprendió todo lo que sabe.
Alexis Montefiore