‘’Soy Suboficial principal (retirado) me retiraron del ejercito por problemas de trastornos de personalidad. El ejercito me retiró, no me dieron el grado inmediato por considerar que mi enfermedad (según ellos) no fue en acto de servicios. Estuve y estoy desde 2008 sin cobrar la pensión del Ejército. Mi recibo esta en 0 desde esa fecha. No me pude mudar a Buenos Aires por que jamás me pagaron el cambio de domicilio para mudanza y me tuve que quedar en Bahía Blanca; por estas cosas me endeudé y tengo embargado el sueldo (pensión). Tuve que conseguir trabajo pero solo para darle un techo a mi familia, que aun no puedo terminar. Las deudas aun me llueven, al no poderlas pagar las amenazas de embargos los abogados que vi, al no tener dinero, no quieren agarrar mi caso. Una vergüenza. el ejercito me defraudó, les di 28 años de mi vida fui a una guerra y una junta médica, de ineptos a mi enfermedad, según ellos no la encausaron como acto de servicio, el acta la firmo el general de división Oscar Roberto Gómez, director de personal EMGE en ese entonces noviembre (2007)
¿Qué solución se le puede dar a esto?
¡Hasta llegue a pensar en un suicidio! A la Ministra de Defensa le envié un mail hace dos años. Jamás me contestó y a la Presidente argentina le envié un mail hace 1 año y lo mismo ¿Leen mensajes de tristes y simples ciudadanos estas personas? ¿O sólo lo hacen en las campañas políticas?
Me gustaría que esto se publique ‘’
Oscar Rafael Mussi (Veterano de guerra de Malvinas) DNI 1637903
Si bien Longdon y la guerra quedaron a 28 años de distancia, sus secuelas dramáticas prosiguen y se devoran vidas y sueños. El caso de Oscar Mussi es uno más, en la puerta de la encrucijada de pensar en quitarse la vida, dado que su clamor cae en oídos sordos como el de tantos otros. No bastó ningunear durante décadas a quienes ofrendar todo en defensa de la Patria, y remedo de mentalidad estúpida y futbolera, la sociedad veleidosa les dio la espalda porque perdieron la guerra. Obsecuentes e inefables personajes de toda laya, proclives a subsistir sentados, les negaron lo que merecen y celebran que este estado de cosas se mantenga sin cambios.
Si bien la Gran Bretaña thatcherista cajoneó el caso Falklands-Malvinas como secreto de Estado hasta el 14 de junio de 2082, más tiempo que lo normal en esos casos, nuestro país recurrió al encubrimiento tácito, bajo el manto de la desmalvinización, para que lo ocurrido allí se mantenga casi en un secreto sepulcral, asociándolo con la política errónea del Proceso.
De esta forma, se unifica el discurso tornando lo sucedido en parte de un pasado luctuoso y lleno de miserias. Como bien dijo Nicolás Kasanzew, otra víctima de esto, ‘’el Proceso ocultó las miserias, y el retorno a la democracia, las grandezas’’, metiendo así a los veteranos de guerra en la misma bolsa que los represores genocidas de la dictadura.
Para que esta situación termine de una vez, se requiere un poquito más que algunos dedos de frente y sentido común. Por cierto…
Fernando Paolella