Las Iglesias católica y evangélica dicen estar en estado de alerta frente al avance legislativo del proyecto de ley para modificar el Código Civil, a fin de permitir que parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio.
La preocupación es tal que obispos y pastores optaron por la metodología de las marchas y tienen previstas otras manifestaciones para expresar públicamente el rechazo a esa iniciativa parlamentaria que, advirtieron, producirá una "revolución cultural negativa" en el concepto de familia.
Pero ese activismo callejero que propugnan unos y otros no siempre encuentra una adhesión plena de las estructuras eclesiásticas cristianas, aunque exista coincidencia en que hay que oponerse a leyes como ésa, a las que consideran "inicuas".
La estrategia de salir a la calle, según pudo constatar DyN, no cuenta con la aprobación unánime de la Conferencia Episcopal Argentina, que conduce el cardenal Jorge Bergoglio.
Sin embargo, los tres obispos de las diócesis de Corrientes lograron movilizar con éxito este viernes a la feligresía provincial, mientras que los diocesanos de San Juan, Mendoza y San Luis harán lo propio cuando la Comisión de Legislación General del Senado lleve las audiencias públicas por el matrimonio homosexual a esas provincias.
En tanto, el arzobispo Fabriciano Sigampa encabezó semanas atrás otra marcha masiva por el centro de la capital de La Rioja "en defensa de la familia y el matrimonio".
De ser positivo el balance de estas expresiones públicas de rechazo, instituciones católicas y evangélicas evalúan organizar una manifestación frente al Congreso para el próximo 14 de julio, cuando la iniciativa se discuta en el recinto del Senado.
"Lo estamos analizando seriamente, pero antes veremos qué pasa en las provincias", precisó a DyN un vocero de la Acción Católica Argentina.
Los obispos católicos, en cambio, prefieren alentar la recolección de firmas para forzar un plebiscito vinculante sobre el matrimonio homosexual, porque dicen contar con estadísticas propias que reflejan que "un 80 por ciento de los argentinos" está en contra del proyecto.
Las mismas fuentes reconocieron sin embargo que la cifra disminuye "sensiblemente" ante la consulta sobre las uniones civiles.
Ante esto, los obispos intentan unificar el mensaje para que tampoco haya dudas -trascendió- sobre la oposición de la Iglesia a ese punto. "Ni matrimonio ni uniones. El tema ya fue votado en un plenario episcopal", reveló a DyN una fuente habitual.
Es que la Iglesia debió salir a negar versiones de fuentes confiables que dieron a entender un presunto apoyo a esa posibilidad legal como recurso de última instancia para evitar que se apruebe el casamiento de parejas del mismo sexo, en base a la doctrina moral del "mal menor".
"Desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente en el mal. Y aunque parezca una perogrullada, el mal menor antes que menor es mal", explicó el titular de la Comisión Episcopal de Seguimiento Legislativo, obispo Antonio Marino.
Entre los pastores cristianos tampoco hay coincidencia sobre el método de la protesta callejero, como quedó demostrado el pasado 1 de junio, cuando la Alianza Cristiana de Iglesia Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) y la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (FECEP) congregaron unas 8 mil personas, según los cálculos más auspiciosos, frente al Congreso con la consigna: "Un mensaje de los niños: queremos papá y mamá".
La decisión de los pastores de movilizarse generó una polémica interna después de que la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), tal vez la más representativa, salió a clarar que "no apoyaba ni adhería" a la marcha y hasta dio a entender que esta a favor del proyecto de matrimonio homosexual.
Guillermo Villarreal
DyN