Tengo frente a mí, una copia d el “Manual de torturas de la CIA”, compendio elaborado en 1963 a partir de los resultados de rigurosa experimentación psiquiátrica en medio del típico discurso exitista de “avances científicos” en el que ciertas prácticas terriblemente lesivas prometían revertir todos los casos de insanía mental, mientras que la real búsqueda eran las respuestas o ciertos patrones de comportamiento predecibles frente a estímulos programados para transformar a personas en perfectos zombies.
Dicho manual se ocultaba bajo la críptica denominación de “Kubark”, (criptónimo de la CIA o código emergente de documentos clasificados) donde se detallaran todas las técnicas tendientes a la “interrogación coercitiva de contrainteligencia de fuentes resistentes”, siendo el Kubark el primero, y el segundo, el “Manual de entrenamiento de la explotación de los recursos humanos” de 1983.
Ambos, pueden definirse como obras maestras en términos de estrategias de tortura utilizados en individuos a los que se llevara al paroxismo de sufrimiento físico y mental con el fin de que “cooperaran” con ..…¿el plan?...
La Logia Skull & Bones de la Universidad de Yale a la que pertenece entre otras no menos famosas, la familia Bush, ha tenido entre sus miembros a James J. Angleton, promotor de la creación e implementación de las técnicas contenidas en los manuales antes referidos.
A partir de estas prácticas, nace la “Teoría del Shock” como una metodología tendiente a reducir a las masas a la instancia de mayor indefensión posible a efectos de que sus reacciones a los estímulos sean lo más retrógradas, desfasadas e inoportunas posibles, esto es, que no puedan reaccionar o que cuando lo hagan, ya sea demasiado tarde.
Pero, ¿cuál es la relación entre esta teoría y Milton Friedman?
Como dije en otras ocasiones, The Bilderberg Group, resulta una suerte de foro económico mundial de personajes selectos o elite, cuyo principal promotor fue Joseph Retinger.
Este último, proclamaba firmemente que la única vía posible a la paz mundial era la creación de organizaciones supranacionales de corte económico-militar.
En 1922 Richard Coudenhove Kalergi, publica una obra titulada “Pan-Europa, un proyecto”, donde propone la unión de Estados soberanos para (decía, solamente) evitar las guerras.
En 1954, los por entonces miembros del Bilderberg Group, perfeccionan la idea a la desaparición de los Estados-nación, siendo Milton Friedman, acérrimo defensor del neoliberalismo que tanta miseria ha generado en Latinoamérica por ejemplo, el ideólogo de las organizaciones supranacionales como la Comunidad Económica Europea.
En tanto las ideas reales subyacentes son de imposible implementación democrática, se apela a la teoría del shock elaborada por Milton Friedman, inspirada en los manuales de tortura de la CIA, dado que Friedman había entendido que sólo el estado de crisis psíquica de un individuo lo pondría en situación de vulnerabilidad hasta hacerlo perfectamente manipulable.
Friedman, llevó esta concepción al plano social “recomendando” la generación de situaciones traumáticas a grupos de individuos cuya resistencia fuera notoria. Estas recomendaciones claro, no eran públicas, sino que formaban parte de su asesoramiento privado a determinados funcionarios.
Estas teorías parecen resultar de modo satisfactorio en tanto no es difícil relacionar por ejemplo el pánico que generó la llamada Gripe A en la población mundial justo en medio del pico de crisis financiera que afectaba al planeta.
Pero volviendo a Friedman, fervoroso defensor del libre mercado y uno de los máximos responsables de delinear la actual economía global, aportó soluciones verdaderamente “brillantes” frente a situaciones extremas.
Así por ejemplo, luego de una catástrofe local estadounidense en la que además de vidas humanas hubo entre las pérdidas materiales escuelas, propuso no reconstruir el sistema público de educación y reubicar a todos los niños en el sistema privado con cheques que el propio Estado otorgara a cada familia para que envíen a sus hijos a esas instituciones de manera permanente. La administración Bush no sólo aprobó sino que promovió ese retroceso a los derechos civiles de educación igualitaria para todos, donde cada institución imponía sus reglas de juego. La casi totalidad de los maestros de las escuelas públicas fueron despedidos y el mínimo porcentaje que fue incorporado a las nuevas escuelas charter debían comprometerse a enseñar exclusivamente el programa oficial, a la vez que sus salarios sufrían importantes recortes.
La mayor parte de la porción del presupuesto nacional destinado a ayudar a las víctimas del desastre fueron utilizados por el gobierno para financiar estas empresas privadas bajo la consigna de “priorizar la educación de los niños”, en tanto familias enteras perdieron todo y nunca más lograron recuperarse.
¿Cuál era la política real de Friedman? aprovechar las oportunidades de un desastre y luego rematar las migajas al mejor oferente, sin importar los que quedaran en el camino.
Su concepción de la sociedad era la libertad de mercado y la ganancia como formas óptimas de organización. Todo debía privatizarse, la salud, la educación, la seguridad, etc. El Estado no debía prestar ningún servicio público, no debían existir las regulaciones de precios ni proteccionismos de ninguna índole en ninguna actividad económica.
Estas medidas implementadas por el régimen liberal de los gobiernos democráticos y de facto, ordenados por el FMI y organismos internacionales, sólo han generado más pobreza, crisis sociales, desocupación, deterioro del tejido social, de los sistemas de salud, de educación, calidad de vida muy inferior, incertidumbre y una mayor proliferación de enfermedades producto de todo este cóctel.
Uno de los postulados de Friedman, que aconsejaba con frecuencia a los políticos era que luego de una catástrofe o crisis, debían implementar de inmediato todas las medidas dolorosas a la vez, a efectos de que la masa no pudiera recuperarse y quedara indefensa frente a los cambios bruscos de modelo.
Friedman asesoró a Pinochet en el mismo sentido, por ejemplo luego del golpe de Estado. Los golpes militares en Latinoamérica en la década de los ´70 tuvieron esa finalidad, la generación de un shock o crisis que aterrorizara a las masas para luego introducir drásticos cambios en una sociedad vulnerable por el miedo.
En la Argentina, los secuestros, torturas y desapariciones (o asesinatos) formaban parte de la política del terror para dar paso a un modelo económico que luego fue completado por el gobierno de Carlos Menem. En 1982, la guerra de Malvinas sirvió a Gran Bretaña para resolver las huelgas del sector minero que tantas pérdidas económicas representaban al país y a la junta militar argentina le jugó de cortina de humo por otras razones que ya conocemos.
Pensemos ahora en el 11S, origen de la crisis macroeconómica global actual. El 11 de septiembre de 2001, marcó un antes y un después en la historia del mundo por varias razones, entre las que podemos encontrar la variable macroeconómica.
Inmediatamente después de los atentados a las Torres Gemelas la Reserva Federal de los EE UU, en línea con la decisión política de reactivar la economía inyectando circulante, redujo su tasa de interés al 1 %, la que estaba por entonces en cinco puntos y medio.
En esa inteligencia, el sistema bancario norteamericano inició una expansión crediticia casi sin precedentes, al punto de conceder hipotecas sin siquiera pedir mínimos requisitos en torno a la probada solvencia de los solicitantes (¿casualidad en un país tan exigente sobre todo en términos financieros?). Esto derivó en una excesiva demanda, ascenso exorbitante de los precios de las propiedades y la consiguiente “burbuja inmobiliaria”.
Hacia 2004, la FED subió el tipo de interés del 1 % al 5,25 % en un intento por controlar (¿¿??) la inflación, afectando la demanda que cayó estrepitosamente y con ella, los valores de las propiedades. La primera consecuencia fue la imposibilidad de los deudores hipotecarios de afrontar sus obligaciones lo cual llevó a la proliferación interminable de embargos en 2005, como así también que los bancos pudieran responder a sus inversionistas.
En el 2006 ya la quiebra se tornó inevitable para varias entidades por ende sus acciones cotizando en la bolsa de valores sufrieron una estrepitosa caída, llevando a un 40 % menos al índice bursátil.
2007 fue un año bastante complejo. En marzo la bolsa de New York sustrae a una de las entidades financieras más importantes de EE UU, la New Century su rubro hipotecario por presunto fraude contable, mientras que un mes antes, el inminente peligro de las hipotecas de alto riesgo afectando de manera directa la economía norteamericana era expuesto por el Wall Street Journal. Para mayo del mismo año, el FMI advierte la sorpresiva disminución de las hipotecas de alto riesgo y la emergencia de las llamadas “subprime”, o sub-alto riesgo (expresión bastante ambigua por cierto), mientras emite información acerca del porcentaje de inversionistas norteamericanos vinculados a las hipotecas de alto riesgo. En julio a FED hace público el monto por pérdidas hipotecarias de alto riesgo y a comienzos de agostos, los días 9 y 10, las bolsas caen y los bancos suspenden los créditos. La FED y bancos centrales de Japón, Canadá y Europa, inyectan millones de euros en varias divisas, mientras se iniciaba para la Bolsa de Valores de los EE UU un período de total vulnerabilidad. La FED reduce el tipo de interés interbancario un 0,5 % mientras quebraban varias entidades financieras.
Ya en diciembre de 2007 la crisis de liquidez era crítica, con un dólar en la cuerda floja por el que la FED debió reducir el tipo de interés a un 0,25 %.
El año 2008 comienza con una expansión de la crisis financiera afectando la economía de todo el país del norte, donde la bolsa cae sin remedio estrepitosamente a pesar de los denodados intentos para evitarlo (¿¿??). Para julio la FED nacionaliza las dos principales entidades hipotecarias de los EE UU, y en septiembre la Lehman Brothers, uno de los cuatro bancos más importantes se declara en quiebra. Para octubre, la Cámara Alta de los EE UU aprueba el “Plan rescate” de Wall Street propuesto por el ex Presidente Bush.
Unos opinan que la culpa es de los bancos y brokers por haber prestado indiscriminadamente a quienes resultaban insolventes; para otros los responsables son las agencias que pusieron ratings AAA a productos que no lo merecían; otros dicen que si Greespan, Presidente de la FED hasta 2006 no hubiera mantenido los tipos de cambio en el 1 % con políticas fiscales expansivas, esto no hubiera ocurrido, y hay quienes piensan que los responsables son los fondos que adquirieron complejos hipotecarios sin haber analizado seriamente lo que compraban.
Mi pregunta es ¿podemos ser tan ingenuos de suponer que alguno de todos estos personajes, tan entrenados en el mundo de la política y las finanzas haya podido cometer errores tan elementales?. No cierra, ¿no?, sobre todo si se piensa en que algunas de las críticas hacia el gobierno tuvieron que ver con la lentitud en la toma de decisiones ante semejante debacle, la falta de ¿previsión?, el no dimensionar la magnitud del problema.
Friedman sostenía que “la atmósfera de crisis a gran escala ofrecía los pretextos necesarios para desestimar los deseos expresados por los votantes y entregar las riendas del país a los tecnócratas económicos”, sin embargo, en sus exposiciones se cuidó demasiado bien de mencionar tanto las crisis como el shock como factores indispensables para implementar las diferentes medidas económicas.
Friedman cuidaba siempre que la creación de riqueza colectiva que redundara en una sociedad más justa, no se cumpliera, convencido de que la única forma posible de que la economía mundial funcionara era concentrar mayor riqueza y poder en manos de unos pocos, los mismos de siempre.
Brillante el Premio Nobel, ¿no es cierto?
Nidia G. Osimani