En los últimos días, se vivió una suerte de culebrón referido a la declaración reservada que el ex embajador argentino en Venezuela, Eduardo Sadous, formalizó ante legisladores de
La oposición hizo pública parte de esa exposición y ello provocó el elocuente enojo de los principales funcionarios del oficialismo, ya que algunos medios de información críticos al gobierno dieron cuenta de puntuales señalamientos hacia el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido y, por carácter transitivo, al ex presidente Néstor Kirchner, como parte de ese engranaje de eventual corrupción.
Rápido de reflejos, el kirchnerismo comenzó a sugerir que solicitaría la copia taquigráfica completa de los dichos del diplomático, supuestamente a efectos de demostrar que, lo que reflejaron los medios, no era fiable en un 100%.
A partir de ese momento, diversos funcionarios de primera línea del gobierno comenzaron a arengar para que se diera a conocer la versión taquigráfica de las palabras de Sadous. Sin embargo, pocos saben que las motivaciones no están vinculadas a los dichos en sí del ex embajador, sino a la necesidad de desestimular a los empresarios que podrían presentarse a declarar ante
“Así como habló Sadous, estuvimos intentando convencer a algunos de los empresarios que denunciaron coimas para que declaren en el Congreso (Nacional) de manera reservada, pero ahora no se van a animar sabiendo que eso puede hacerse público. Son empresarios que aún tienen negocios en Venezuela”, admitió un conocido diputado de
Lo mismo refrendó el radical Oscar Aguad, quien aclaró que los dichos del ex diplomático no son secretos, sino el “instrumento público” donde se refrendan. “Nadie puede levantar ese secreto, de lo contrario sería delito”, agregó el legislador.
Mientras tanto, el kirchnerismo ha apelado a una macabra idea: hacer pública la versión taquigráfica de los dichos de Sadous —especialmente aquellas partes que muestren incongruencias o contradicciones— a través de la prensa alineada al gobierno. "Se que va a sacar mañana una nota sobre eso revista Veintitrés", admitió una histórica fuente gubernamental en el día de ayer.
Por caso, el ex embajador habría admitido que “no hubo denuncias” por parte de los empresarios, sino “señalamientos” o “sugerencias” para el pago de comisiones, lo cual podría ser manipulado semánticamente por el oficialismo para tirar abajo el resto de la declaración de Sadous.
Reformulando una conocida frase, bien podría decirse que “en la política, como en la guerra, todo vale”.
Christian Sanz