Como se viene exponiendo desde hace un tiempo, el consumo que mantiene más o menos a flote a la economía nacional se sustenta artificialmente en la excesiva emisión monetaria que genera necesariamente inflación.
Este círculo vicioso por el incremento sostenido y generalizado de los precios (algunos precios se incrementan y otros no), está conduciendo paulatinamente a que el consumo se retraiga, de hecho, se conoce este dato de manera extraoficial más allá de la prédica gubernamental, y hasta podría terminar frenándolo.
La solución real es exactamente la que no se aplicó, ni aplica y probablemente tampoco se aplicará, esto es, una planificación estratégica fiscal y monetaria, acompañada de políticas claras, credibilidad institucional y jurídica, que incentiven la inversión para optimizar las unidades productoras a efectos de generar mayor competitividad. Esto último, mejoraría sustancialmente los salarios, activaría el consumo y la economía se expandiría.
Al dislate mencionado, se le suman la deliberada falsificación de índices oficiales, los maquillajes practicados sobre las cuentas públicas, la contabilidad creativa con que se confeccionó y ejecuta el presupuesto nacional, sin contar con las variables de coerción, compra de voluntades, manipulación político-dineraria a funcionarios de distinto nivel, presión y control a medios de comunicación, empresarios, gobernantes, legisladores, jueces, sindicatos y organizaciones sociales, interpretación e implementación bastante “original” de normas jurídicas, etc.
Es importante desmitificar el éxito originario de esta gestión. Sin considerar lo que hayan hecho o no otras administraciones nacionales previas, lo cierto es que a muchos les han hecho creer erróneamente que el mantenimiento del buen ritmo del crecimiento económico sustentado en el superávit externo y fiscal se debió a la existencia de planificación estratégica.
La única planificación estratégica real del oficialismo ha tenido y sigue teniendo lugar con respecto al mantenimiento del poder político y económico mediante la especulación, el redoblar de la apuesta y el reflejo tardío durante mucho tiempo de los sectores hipotéticamente opositores.
Este nuevo supuesto modelo sustentado entonces en el superávit fiscal no fue tal si se considera como ya se dijo varias veces, que el presupuesto nacional fue siempre proyectado en una muy menor expectativa de recaudación a efectos de simular una mayor recaudación que no fue nunca ni más ni menos que la prevista, hasta llegar ahora al déficit fiscal.
El mecanismo es sencillo, se desinfla sistemáticamente la recaudación tributaria esperada, a sabiendas de que será mucho mayor, al sólo efecto de “aparentar” un superavit fiscal absolutamente ficticio, mientras en paralelo y en el marco de la “contabilidad creativa”, superpoderes mediante, se dispone arbitrariamente de esos recursos sin que deba intervenir el Congreso en nada.
Asimismo, no es muy difícil entender que muchos “fondos fiduciarios” (cajitas paralelas destinadas hipotéticamente a promover la ganadería, reconstruír empresas, infraestructura hídrica, etc.), se utilizan como verdaderos caballos de Troya para desviar millones y millones de pesos pertenecientes al tesoro nacional. O que hubo y hay reparto discrecional a las provincias en directa proporción a su afinidad al gobierno sin el menor prurito en cuanto a las espantosas emergencias sociales que hubiera en otras; o la secuencia de planillas “en blanco” cuando de detallar algunos fondos de ciertos organismos se trata, por mencionar sólo algunas particularidades del sistema.
Otra variable del hipotético éxito del “modelo” tuvo que ver con el impuesto inflacionario. Si hay inflación, hay devaluación. Si hay devaluación las reservas de libre disponibilidad medidas en pesos, se incrementan.
Estas reservas de libre disponibilidad son las que se utilizan para cubrir los desequilibrios del Tesoro Nacional.
Como en Argentina la población no presta voluntariamente sus ahorros al Estado como ocurre generalmente en los países desarrollados en los que el déficit se financia con “ahorro e inversión”, entonces el gobierno lo resuelve aplicándonos este impuesto.
En los últimos años se nos ha dicho y se nos sigue diciendo que hay superávit fiscal, pero en realidad lo que hay es “recaudación inflacionaria”.
Para finalizar, y no incurrir en excesivos tecnicismos, es importante recordar todo lo vivido meses anteriores en relación al canje de deuda.
Las idas y venidas, la crisis institucional entre los tres poderes del Estado, un DNU que no fue, otro que procuró reemplazarlo, la desesperación ante las medidas tomadas por el Juez Griesa, el Fondo del Bicentenario, las negociaciones frustradas del ministro de economía y posteriores gestiones bastante apretadas, la curiosa participación del Grupo Barclays, principal accionista de la empresa británica Desire Petroleum interviniendo en la extracción del petróleo en las Islas Malvinas, designado Coordinador Global para la reapertura del canje de deuda por el Estado Nacional, es decir, un Barclays asesor del Estado argentino y a la vez representante los intereses de los bonistas. En breve, seremos testigos de una nueva generación de deuda externa para financiar el déficit que supieron conseguir.
Hoy, entre los dislates más recientes, pensemos en el origen del los fondos de campaña, los “acuerdos” con Venezuela, el gasto excesivo e innecesario en el que se incurriera por el festejo del Bicentenario, sumémosle la negación de que existan los fondos para afrontar el 82 % móvil, las retenciones de nuevo en el tapete, la presión del sector empresario para devaluar, protestas sociales y gremiales todos los días, las “negociaciones” a puro patoterismo del secretario de comercio y otros funcionarios del gobierno, la duda permanente y en torno a cada acto, cada discurso, emanado desde el gobierno que experimenta la sociedad en su conjunto, sólo por tener en cuenta algunas variables mas.
En fin, lo concreto aquí es que lamentablemente muchos han creído y siguen creyendo que mágicamente algo pasó de pronto, y la brillante gestión K original se vio repentinamente opacada por factores externos que, aprovechados por hipotéticos nefastos personajes locales, sólo saben poner palos en la rueda.
En este caso, nada está más lejos de la verdad, y con sólo remitirse a los hechos descriptos en los párrafos anteriores y recordarlos con mayor frecuencia, dicha verdad cae por su propio peso. Nada parece más claro en esta gestión que si llegó a donde llegó, a este nivel de conflictividad en todos sus frentes, fue por mérito propio, por ambición desmedida e irrefutable impericia para llevar adelante la administración de este país. Pero el problema real está en quienes no lo advirtieron y en los que los dejaron llegar.
Nidia G. Osimani
La Crisis Sistemica Global empezo en Julio/10.- Y dia a dia se ira acrecentando como "un enjambre" Ya verán que tan de cierto es todo estó.- Y es cierto que al estar acorralados, estos tíos, se victimicen yy y y y y ........‼
nidia. los lectores saben que soy piscui desde la cuna y busco traduccion . en tu ultimo parrafo, . especificas a la CORTE SANA SUPREMA ?? ALCONGRESO ADICTO QUE DIO LOS SUPERPODERES ? A LA DESIDIA CIVICA DE SUS GOBERNADOS QUE AL VOTAR SE TERMINO ? DEBIERAS EXPLICARLE QUE EL VOTO, SERIAS LA LUNA DE MIEL, EL MENEO VIENE DESPUES
SI CACHUSO, LOS K NOS VIENEN MENEANDO DE PARADOS DESDE HACE RATO. SALUDOS.
Nidia, brillante tu nota!!! Y pensar que hay periodistas e intelectuales otrora respetados que los idolatran y defienden a capa y espada, argumentando sobre las "bondades" de este "modelo de distribución"... Ya tendrán que rendir cuenta ética de sus actos cuando se descubra finalmente que lo único que repartieron estos krápulas fue la miseria, el odio, el rencor setentista ante la causa derrotada, la ignominia y la corrupción. Saludos.
Estimad@s foristas: Con respecto a la pregunta que hace Cachuso, mi interpretación de la frase va un poco mas allá de los factores de poder institucionales. Pienso que los factores de poder para-institucionales (económicos, corporativos, iglesias, etc) son a mi modo de ver tan responsables del actual estado de cosas como los partidos políticos o la judicatura, y de lejos mucho mas que los simples ciudadanos de a pie. Coincido con la autora en que este desgobierno no tiene mérito alguno en la bonanza económica que gozamos en Argentina. Dicho sea de paso, es compartida por otros países sudamericanos que, además, no sufren tanta inflación, con la notable excepción de Venezuela. Me parece pertinente terminar mi comentario con una observación referente al mecanismo inflacionario de ajuste o "impuesto inflacionario", que como bien afirma la autora del artículo se debe fundamentalmente al déficit fiscal y cuasifiscal. En una frase dice: "Si hay inflación, hay devaluación." Esto puede parecer contradictorio para algunos, ya que es sabido que el tipo de cambio está controlado. Pero que el tipo de cambio esté controlado no significa que no haya devaluación, que se manifiesta por una inflación en dólares (o cualquier otra moneda dura) lo que podemos medir fácilmente comparando precios de productos importados, o que contengan partes importadas. Este tipo de productos, así como los pocos que todavía se exportan, sufren un aumento constante en pesos, lo que significa en la práctica inflación y devaluación, porque hoy tengo que pagar mas que hace un año, en pesos, por un producto importado aunque no haya habido modificación del tipo de cambio, que está fijado por el Banco Central. Ese precio es en realidad una ficción. Si el precio se dejara flotar libremente, es casi seguro que se ajuste a la suba, reflejando la devaluación que es el correlato inevitable de la inflación, y que fatalmente habrá que sincerar en algun momento. Un abrazo, saludos a los señores periodistas y a mis amig@s foristas. Jorge A. Rodriguez spoohevoof@garrifulio.mailexpire.com