Fue en la Quinta de Olivos, algunas semanas atrás. Néstor Kirchner citó allí a dos funcionarios del Gobierno de su esposa para hablar de temas partidarios. Eran Amado Boudou, el ministro de Economía, y Diego Bossio, el titular de la Anses. Ambos se conocen muchísimo, más allá de la gestión.
Frente a ellos desplegó un discurso de renovación partidaria y los hizo sentir actores centrales de ese proceso. "Ustedes son lo que viene", les dijo, aludiendo a una cuestión etaria que luego se resumiría con el marketinero nombre de "Sub 45".
Boudou y Bossio salieron de allí con la misión de recorrer la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo se jugará la continuidad en 2011, para hacerse conocidos ellos mismos y para explicar las "bondades" del proyecto.
Se tomó en serio la tarea esta dupla que comparte la misma inicial en el apellido (algunas lenguas maliciosas, sin aludir a la cosa ideológica, hablan de los nuevos B y B del Gobierno, en referencia irónica al polémico desembarco del grupo Bunge y Born en los inicios del menemismo).
Basta seguir un poco la agenda de Boudou para darse cuenta de que el hombre tiene como ministro casi tantas actividades que como precandidato a la Gobernación con los colores K.
En este rol viene visitando el interior con especial dedicación pero también el conurbano, donde hizo excelentes migas con un intendente que gobierna un distrito de peso.
Hablamos de Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora, una tercera pata de este "Sub 45 K".
Un mapa en la pared
Bossio, acaso más meticuloso que su co-equiper, añadió un nuevo elemento decorativo a su despacho del séptimo piso de
Anses. Un gran mapa del territorio bonaerense reposa en una pared, pinchado por innumerables banderitas que señalan las localidades que ya visitaron en plan de campaña.
En el esquema pingüino, Boudou y Bossio son considerado "cristinistas". O sea, funcionarios de enorme consideración por parte de la Presidenta. El otro bando, el "nestorista", siempre reportará directamente a Kirchner.
Bossio, de hecho, conoce largamente a Cristina. Es que su esposa, Valeria Loira, la acompaña como colaboradora desde la época en que CFK era una mediática legisladora nacional por Santa Cruz.
Loira, de hecho, llegó a ser Síndica General Adjunta de la Nación, cargo que ocupó hasta no hace mucho. Claro, debió renunciar cuando se dieron cuenta de que entre los funcionarios que debía controlar estaba su marido.
Boudou, que suele llegar a los mitines más informales en su Harley Davidson y la infaltable campera de cuero, reconoce un pasado como hombre de la noche marplatense. Seductor, pasó por el liberal centro de formación CEMA donde hoy es prácticamente satanizado.
No es para menos: uno de sus logros como ministro dueño de una prédica a favor de la intervención estatal fue el traspaso del sistema privado de jubilaciones a la órbita de la Anses, donde él mismo había recalado antes de llegar a Hacienda.
Varios jugadores
Lo dicho: Kirchner lanzó al ministro y su sub 45 a la cancha provincial, donde ya juegan otros funcionarios nacionales como Florencio Randazzo, Alicia Kirchner, Aníbal Fernández o Julián Domínguez.
Algo que no le hace mucha gracia al gobernador Daniel Scioli, que ve florecer como hongos a potenciales rivales internos pero con el detalle de que cuentan con la bendición de los que se suponen son sus principales aliados, Kirchner y el Gobierno nacional.
El discurso oficial sciolista, que jamás será confrontativo, dice que esto es bueno para movilizar al partido.
Dicen que Sergio Massa, otro aspirante al sillón de calle 6, hizo una mueca de disgusto cuando vio que Kirchner habilitaba a Boudou.
Son curiosas las vueltas de la vida: Massa y Boudou habían hecho una relación muy estrecha en Anses, cuando lo manejaba el actual intendente de Tigre.
El ahora ministro era un ladero todo terreno y Massa -que fue jefe de Gabinete de Cristina- no dudó en impulsarlo dentro del kirchnerismo. Hasta que Boudou tomó vuelo propio y afloraron las diferencias. Cuestiones de la política.
Fuentes kirchneristas hablan de que el ex presidente encontró en el llamado sub 45 un espacio flexible en términos de territorialidad: es que le permitiría moldear un esquema que luego podría jugar o bien en la Provincia -como se viene insinuando a modo de vidriera- o bien en la Capital Federal, donde el kirchnerismo hace agua desde hace varios años.
Después de todo, Bossio y Boudou viven en tierras gobernadas por el macrismo.
Otros dicen que Kirchner, con su conocido carácter volcánico, les metió el inflador como respuesta a aquella foto salteña que mostró a un grupo de peronistas jóvenes críticos de los modos kirchneristas, entre los que estaban el gobernador de esa provincia, Juan Manuel Urtubey, el mencionado Massa, el platense Pablo Bruera y el bahiense Cristian Breitenstein.
También pudo buscar Kirchner, pensando en la opinión pública, alguna carta para contraponer a la verdadera foto de hoy del PJ bonaerense: un partido dirigido por un sindicalismo rústico y cada vez más poderoso e integrado por los mismos jefes comunales de siempre, los del conurbano.
En este sentido avanzan las conversaciones con expresiones políticas de perfil claramente progresista, no peronistas, a las que están tentando desde la Casa Rosada para que integren el evidentemente laxo Frente para la Victoria en los comicios del año que viene.
Mariano Pérez de Eulate
NA
cuando entren a volar los corchos vemos que haces con la guitarra vudú
Estos son los jugadores que tienen.???????? Van a salir peor que la selección nacional en el mundial. Por lo menos en córdoba van últimos en las encuestas.