En conferencia de prensa en plena Casa de Gobierno, luego de que este viernes el Servicio de Hidrografía Naval argentino recibiera una comunicación de las fuerzas británicas sobre "un proyecto de realizar disparos de misiles desde el territorio de las Islas Malvinas", el Gobierno entregó a la Embajada del Reino Unido en Buenos Aires una nota formal de protesta y advirtió que esa decisión podría "generar una carrera armamentística en la región".
Con su nota, la Cancillería que conduce Héctor Timerman transmitió "su más enérgica protesta ante el ejercicio militar" y "exigió" al Gobierno británico que "se abstenga de llevarlo a cabo", ya que constituye una "nueva provocación y es susceptible de generar una carrera armamentística en la región, que se contrapone a la política argentina en la búsqueda de una solución pacífica de la controversia”.
"He instruido a la Cancillería para que cite a la Embajadora del Reino Unido. Rechazamos y exigimos la suspensión de la actividad bélica", indicó Cristina Kirchner desde El Calafate.
Agregó, además, que "no hay antecedentes de similar solicitud por fuerza de ocupación inglesa" y remarcó que la costa este de Isla Soledad, donde se planean los ejercicios, se encuentra a 775 kilómetros de Ushuaia, a 780 de Río Gallegos, y a 1.100 de El Calafate, donde casualmente se encuentra su residencia.
"Son parte integrante del territorio nacional" y se encuentra "ilegítimamente ocupado", por lo que es "objeto de disputa de soberanía", agregó Cristina.
Muchos se preguntan si esta no es una nueva "cortina de humo" para desviar los grandes problemas que tiene la Argentina luego de que la jefa de Estado manifestara el compromiso de cancelar la deuda por unos 6.500 millones de dólares con el Club de París, pero sin el monitoreo del FMI; lo que podría provocar una sanción de dicho organismo internacional y un eventual apercibimiento del G-20. Recordemos que Malvinas es un comodín de los más preferidos por los Kirchner, no sólo cuando es necesario desviar la atención de la población sino también para darle contenido a una situación que sólo se remite al oscuro manejo de cuentas públicas.
Según el economista Gabriel Rubinstein —quien anticipó el default del 2001— la Argentina "no quiere someterse a ninguna clase de evaluación del FMI, porque sabe que van a poner el acento en que presenta estadísticas básicas totalmente poco confiables, que es lo más básico que un país produce".
"Están tergiversadas las cifras de inflación y fuertemente las de crecimiento. Argentina tiene esa cosa de mentirle a los argentinos y al mundo, y pensar que a nadie le va a importar", señaló Rubinstein.
A continuación de difundirse la carta de protesta, presidenta envió una decena de mensajes por Twitter referentes al tema.
Comenzó con: "grave, muy grave" para el ejercicio militar.
"Militarización del Atlántico Sur. Uso ilegítimo y desembozado de sillón permanente en el Consejo de Seguridad de ONU", arengó.
Prosiguió con: "típico colonialismo de siglo XIX" y avisó que había instruido a Cancillería para que cite a la embajadora del Reino Unido. Además informó que planeaba llevar el caso a la ONU, la OEA y la UNASUR.
El último mensaje, resumió de manera particular: "Síntesis... ¿piratas for ever?".
Eliana Toro