Tribuna de Periodistas nació en 2003 y desde ese momento se convirtió en el sitio más atacado por el kirchnerismo, particularmente por sus denuncias permanentes contra la corrupción oficial.
A lo largo del tiempo, fuimos amenazados, apretados, denunciados, y nuestro sitio fue hackeado una docena de veces. Siempre por la misma cuestión: denunciar los desaguisados de relevantes funcionarios del Gobierno.
Sin embargo, casi siempre hemos logrado develar y probar la trama oficial detrás de los ataques a Tribuna, publicando los nombres de los que lo hicieron; siempre se trató de hackers contratados por el kirchnerismo. Dos de ellos, por caso, lo han revelado a este sitio cuando se vieron complicados por nuestras denuncias.
En los últimos días, esos ataques han recrudecido, solo que esta vez ha ocurrido a través de nuestra cuenta de Twitter.
Todo comenzó con la aparición de ciertos documentos de Wikileaks que mostraron crudamente la corrupción gubernamental, los cuales refrendaron muchas de las investigaciones de este periódico y motivo que nos incitó a reenviar viejos artículos de nuestro archivo a través de nuestra cuenta @seguitribuna.
A partir de allí, fuimos “denunciados” por supuesto incumplimiento del reglamento de esa red social —algo que jamás ocurrió— y nuestra cuenta fue suspendida por tiempo indeterminado.
Lo llamativo es que el bloqueo ocurrió justo después de enviar un artículo en particular: El kirchnerismo y sus vínculos con las drogas, una investigación que data del año 2005 y que desnudó parte de lo que hoy escandaliza a funcionarios argentinos y norteamericanos.
Un dato: esa fue solo una de las tantas investigaciones que este periódico hizo sobre el gobierno y su relación con los narcóticos, pero ha sido la más completa.
Como sea, lo acaecido genera interrogantes que deberían responder los funcionarios molestos, especialmente el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández: ¿Tanta preocupación provoca al Gobierno lo que un humilde periódico digital pueda publicar? ¿Qué ocurre con la tan mentada libertad de expresión?
Asimismo, llama la atención que sea tan frágil el sistema de seguridad de Twitter, donde la mínima queja pueda provocar la suspensión de cualquier cuenta.
Lo bueno es que finalmente, después de varias horas, la cuenta nos fue restituida, aunque no sin antes aclararnos la gente de Twitter que habíamos sido “posiblemente hackeados”.
Si bien habíamos creado otra cuenta de manera temporal, seguiremos utilizando la de siempre: @Tribunacomar.
Allí seguiremos posteando nuestros comentarios y molestando al poder, como debería hacer el periodismo en general y como sabemos hacer tan bien desde este sitio.
Christian Sanz
Director Periodístico Tribuna de Periodistas