La toma de los terrenos del Parque Indoamericano en el barrio porteño de Villa Soldati se asemeja mucho a una pelea entre punteros políticos que no tienen ningún reparo en tomar de rehenes a familias en situación de extrema pobreza.
Así, lo que comenzó como una sospecha, terminó haciéndose evidente: dirigentes barriales con fuerte peso en la zona —donde tiene una notoria incidencia la Villa Oculta— son los que estarían a la sombra de los violentos enfrentamientos.
La pelea chiquita, de barrio, casi por lógica política deriva en lo que se ve a través de los medios de comunicación, que reflejan el duro cruce entre los gobiernos de la Nación y de la Ciudad buscando sacarse de encima cualquier responsabilidad.
Ese duelo entre kirchneristas y macristas en el primer nivel de la política comenzó, en este caso, en los barrios más humildes de la zona sur de la Ciudad, históricamente relegados en materia de infraestructura en beneficio de la zona norte porteña.
Allí, justamente, se realizará el próximo domingo la elección para designar a los representantes de los vecinos en el Instituto de Vivienda (IVC) y la Corporación del Sur, ambos organismos con manejo de presupuestos millonarios.
"Las tomas fueron organizadas por gente vinculada las listas Roja y Amarilla, que manejan punteros macristas, y que incitaron a realizar ocupaciones a cambio de subsidios", dijo una agrupación kirchnerista del barrio Fátima a través de un comunicado.
A su vez, los macristas apuntaron contra el dirigente barrial kirchnerista Alejandro "Pitu" Salvatierra, vinculado al legislador porteño Tito Nenna y a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, que tiene emprendimientos habitacionales en la zona.
Pero más allá de los nombres propios, el enfrentamiento entre militantes —algunos de los cuales son muy necesarios en estos barrios— parece sólo un reflejo de la falta de cooperación y la inexistencia de diálogo entre la Nación y la Ciudad.
Mariano Spezzapria
NA