Este joven —Christian Di Marco— se ufanaba de sus contactos políticos y empresarios, a pesar de que no siempre sus “negocios” salían bien.
Así es que hace algunos años montó su propia “empresa”, cuya principal actividad, era la confección de facturas “mellizas”.
Su trabajo consistía en ver a sus clientes en el coqueto bar “La Teckla” ubicado en Paraguay y Talcahuano, aunque a veces para que sus contactos no se conocieran entre si los citaba en el café “Martínez” o en el “cuartito”, ambos no demasiado lejos, solo había que caminar unos cincuenta metros por Talcahuano.
Entre sus clientes estaban: Sebastian Forza, Alejandro Martino, Marcelo Abasto, Martin de Marco, Martin Magallanes y Lucas Conte.
A veces la rutina cambiaba, era cuando lo llamaba Pablo Mancuso: debía llegarse al bar “Lerma” de Scalabrini Ortiz, allí el anfitrión y alguno de los jóvenes antes mencionados se daban el gusto que se cerraran sus puertas con un solo pedido hacia sus dueños.
Pero había un cliente que no frecuentaba ese ambiente: Marcos Hendler de Drogueria Urbana S.A.; a él solo lo veía en su oficina. Marcos no tardó demasiado tiempo en proponerle que fuera su socio. Christian era lo suficiente despierto y conocía el rubro, además tenía la paciencia suficiente para enseñarle, ya que el a pesar de la prosperidad, no sabía nada del rubro.
Y esto le molestaba, porque en el Club de sus amores Independiente, conoció a Hugo Moyano, hombre fuerte de
El camionero le pedía —le exigía— armar este negocio, pero Marcos no sabía adónde estaba parado.
Por ello, no dudó un segundo en ofrecerle participar de este negocio al joven Christian, quien ya no debería andar deambulando de bar en bar. Cumpliría sus sueños, por fin podría jugar en primera.
En aquellos años ninguno de los tres pensaba que el poder se termina alguna vez.
Hoy Di Marco jura que no participaba, Hendler ruega que no se hable más de Drogueria Urbana, ya que hay en juego 30 puestos de trabajo. ¡Pide piedad! Algo que el no tuvo aquel día que levantó el teléfono y se comunico con Alexia Bergali de Drogueria del Plata S.A.
MH: Hola Alexia
AB: ¿Cómo estas Marcos?
MH: Mirá te llamaba porque los muchachos de camioneros perdieron 19 troqueles de Erbitux
AB: ¡Ah!
MH: ¿Me los podrás conseguir?
AB: Te los mando
Como se ve Marcos aprendió bien cómo manejar el negocio.
Hace pocos días y pese a los esfuerzos de los abogados defensores, llegaron al país técnicos del laboratorio alemán que comercializa el Erbitux.
Los mismos no dudaron un segundo cuando les mostraron los troqueles. A pesar que los especialistas de Policía Federal decían que dudaban, los alemanes echaron abajo todo tipo de especulación. El cartón no es el mismo que se usa en el laboratorio, confirmando los peritajes de ANMAT.
Pocos se percataron de la importancia y trascendencia de ese estudio, ya que si había dudas sobre la legitimidad de estos troqueles, la defensa de Hendler y Moyano descorchaban champagne.
De ahí en más la relación entre el droguero y Moyano cambió totalmente, ambos salieron a echarse la culpa.
Moyano tomó otra actitud, diciendo que el es el responsable. Tratando de no seguir la misma suerte que Juan José Zanola y su esposa.
Liliana Zulet todavía pese a las afirmaciones de su pareja, es quien maneja la obra social del gremio. Dicen sus allegados que cada día teme más en correr la misma suerte de la esposa del bancario (quien pasa sus días en el penal de Ezeiza).
Pasaron demasiadas cosas desde aquel día en que se decidió la incorporación de Christian Di Marco al Staff de Urbana S.A.
Ya muchos no recuerdan el aporte a la campaña del año 2007 y los acalorados festejos por las designaciones de los “amigos” en la Superintendencia de Salud y el APE.
Mientras tanto Hugo aprieta, mete miedo, como si nada hubiera ocurrido. Amenaza con un paro porque es investigado por la justicia suiza. Se da el lujo que el embajador del país helvético, salga a hacer declaraciones. Algo que ni la misma Cancilleria logró en años. Pero no se queda quieto, quiere a uno de sus hombres en la futura fórmula presidencial, cargos en las listas de diputados, concejales. Es como el juego de la perinola: toma todo.
Daniel Llermanos se da el lujo de solicitar a los jueces que brinden “protección” a Graciela Ocaña. Solo falta que pasen la lista del personal que se encargará de dicha custodia. Una risa, poco serio.
Mientras tanto, Hendler no sabe cómo contener al joven que se convirtió en su maestro.
Di Marco no deja de pensar en aquellos días en “La Teckla”, donde junto a Forza, Abasto, De Marco, Magallanes, Martino y Conte armaba sus negocios, con total tranquilidad.
Solo le queda una duda: nunca se animo a preguntarle a Lucas la diferencia que había entre el café que el tomaba y el ristreto que pedía su amigo. No se imaginaba que, como todos, solo lo hacía para llamar la atención. Y no pasar desapercibidos.
Gabriel Brito
DNI: 17.576.810