Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Los argentinos, este colectivo tan particular que formamos, parece que no nos contentamos con tropezar dos veces, sino, varias. El repetir ciclos políticos y económicos que terminan en fracasos desesperanzadores, parece ser una constante en estos últimos 40 años, en donde los rumbos van cambiando de manera más que particular.
Tanto el proyecto de “Argentina potencia” con el cual en los años ´73 y ´74 se pretendió estabilizar nuestro “inflacionado” e inestable país, como el patético modelo liberal —vaya paradoja— esgrimido por la dictadura militar, a través de su ministro de hacienda estrella, tablita mediante, José Alfredo Martínez de Hoz, y más recientemente el amor a la convertibilidad, y su posterior desastre, muestran un fuerte elemento socio cultural del cual no podemos abstraernos.
No podremos hablar ya de una camada mala de dirigentes ni tampoco de oscuros intereses foráneos que de existir, también existen para otras muchas sociedades. Han de tomarse en lo sucesivo estos aspectos sociales y culturales tan particulares que tenemos, como base como para hacer no solo un análisis económico de estos largos años de estancamiento, sino que también debe contemplarse los aspectos referidos, quizá más influyentes que los sesgos pretendidos por parte de los mandamases de turno.
Así, en la “Argentina potencia” se pretendía un pacto sin plazo, con un Estado ampliamente deficitario en sus cuentas internas y en sus cuentas con el exterior, terminó en el llamado “Rodrigazo”. Luego, la dictadura asesina de Videla & Cía sustenta un modelo de represión que pretendía sostener una apertura económica manteniendo la base de un Estado elefante, sin divisas extrajeras en una economía que daba la espalda a los mercados —casi un 90% del PBI era “interno”— y que pudiera evitar la fuga a divisa sólida (dólar, marco).
Aquel y este modelo tienen el mismo problema: solo hacen negocios los grandes que hacen negocios, y los hacen sin grandes capitales, con lo cual o remesan utilidades (las extranjeras) o fugan las referidas utilidades (las nacionales, que van quedando pocas).
Por último, llegado el gran desastre del fracaso del Plan Austral y el Plan Primavera nos encontramos ante la gran Cuba experimental de nuestra sociedad que fueron los hoy vilipendiados “´90. La llamada estabilidad fue un fenómeno que extiende sus efectos hasta el día de hoy. Todo sociólogo que se gradúe, y quiera preciarse de tal, debería exponer sobre la caracterización sociológica de la clase media argentina de los ´90. Nacida en los meandros del “déme dos” de “Joe” y su dólar barato de los años 1979/1980, dicho fenómeno, la estabilidad (que en realidad fue el efecto producido por creación de una caja de conversión en 1991, que permitía evitar la fuga de todo peso al dólar, y que luego logró la ficción de la creación de argen-dólares), conocida popularmente como la convertibilidad resulto ser “El Dorado” de las clases medias urbanas (grandes electores, como clase social) clase dictadora del consumo y a la cual ningún político deslegitimado de aquel entonces se le hubiera animado a enfrentar: la convertibilidad era la base de sustento del Sueño Argentino demencial e improductivo del menemismo, bien regado por el voto generoso de esa clase media antedicha, y las clases populares que soportaban los efectos.
Hoy, presenciamos otro final de ciclo, en donde miramos para otro lado cada clase atiende su juego y el gobierno intenta fugar hacia delante o hacia donde pueda.
El sistema se ha agotado, y nadie sabe hasta cuándo se podrá sostener el financiamiento de esta nueva fiesta, que va dejando jirones a lo largo del camino que recorre, devorándolo todo (Fondos de AFJP. Fondos del BCRA, Endeudamiento del BCRA, etc.).
El fin de ciclo
Hoy se avizora un 2011 complicado en todos los aspectos o variables de la macroeconomía. Desde fines de 2007 se ha empezado a declinar en el tardío e ineficiente modelo de sustitución de importaciones permitido y existente solamente por la nula actividad productiva de los finales del ciclo convertibilidad El rebote fue extendido (2002-2007) en la medida que el daño anterior (1975-2001) había producido las diversas deformidades productivas que, en todas las materias, se fueron produciendo:
Los factores más destacables de la ineficiencia del sistema económico argentino, son:
1) Desinversión (relación capital/producto bajísima, evasión y fuga de capitales).
2) Falta de un mercado de capitales acorde con el mercado productivo de ese entonces, inexistencia de crédito real.
3) Ampliación alarmante de la relación deuda/PBI e incidencia de la deuda en el peso de las cuentas públicas.
4) Incidencia negativa en el balance de pagos, improductividad de los sectores no primarios (70% del valor de los bienes exportables).
5) Inflación alta (salvo en la convertibilidad).
6) Bajos salarios comparados, baja capacitación laboral.
7) Alta desocupación e informalidad en el empleo.
8) Sistema fiscal recesivo y anti producción.
9) Regulación excesiva en materia productiva, e, irónicamente, falta de planificación del Estado de los aspectos básicos elementales (educación, salud, vivienda, trasporte, energía, servicios básicos a las familias y a las empresas.
10) Falta de legalidad en el Estado, en el cumplimiento de contratos y en el acceso igualitario a los mismos y a la justicia (alto nivel de corrupción, coima y cartelización de obra pública, etc.).
El efecto rebote: la reversión de la regla “Prebisch”
La regla “Prebisch” se ha revertido. El mundo reclama más cereales, carnes y aceites, y estos valen, comparativamente, más que la tecnología (y aún su transferencia) ¿el día soñado de los argentinos? En principio si, pero… nos tocó durante la “Era K”…
Viendo de donde venimos, con los elementos de ineficiencia estructural de la economía, y los demás factores tributarios, legales y políticos, tratar de construir un relato mediante el cual se pretenda confundir el denominado efecto rebote con crecimiento (como pretendió Néstor Carlos Kirchner y su Cónyuge) es sencillamente, un disparate. Es un disparate, o no, si se logra una comunicación en donde millones simplemente creen en lo que no existe. Entendemos que la construcción del relato es sencillamente eso: la creación de mecanismos complejísimos como los que ha logrado el actual gobierno, y mediante los cuales se logra convencer a una buena parte de la población. Es el éxito de la propaganda. Lástima que las propagandas no logran pagar las cuentas, las cuentas se deben pagar con realidades, constantes y sonantes, y nuestro pueblo parece tener la costumbre de esperar, para pagar, hasta el último día del vencimiento de dichos pagos: cuando ya flamea la roja bandera de remate sobre nuestro país, como ya ha pasado en 1975. 1982. 1989 y 2001. ¿Será este año, el que viene? Lo seguro es que este gobierno no piensa hacer las correcciones básicas como para que las cuentas no estallen (de una u otra forma) nuevamente. Tolerará la crisis, o se la dejará como “pesada herencia” al próximo.
Hablamos de banderas de remate porque el lector deberá entender que las sucesivas crisis antes descriptas no han sido en balde, con cada una de ellas hemos perdido algo de nuestro patrimonio: la eternización de la pobreza fue el costo que nos dejó el proceso y el Ministro “estrella” de Hoz, Con la hiper tocamos fondo aumentamos la deuda de manera exponencial y perdimos el crédito internacional. Con la convertibilidad (a al que nos abrazamos durante diez años) perdimos las Joyas de
La “chacrita” del BRIC
Lejos, muy lejos de desarrollarnos esta nuestra empobrecida Argentina. La económica local a duras penas podrá compararse con 1998 —con un PBI aún inferior a aquel—, momento de la crisis mundial que afectó la economía local en la medida que esta se encontraba atada a un idea de financiación externa que no podía terminar bien. Haber recuperado un país quebrado, colocándolo con su estructura productiva de hace 50 años, agropastoril y primaria, no significa ni crecimiento real, y, mucho menos desarrollo, como ya lo hemos expuesto acá.
La producción primaria representa casi el 70% de los bienes exportables. Si bien las exportaciones han aumentado considerablemente, lo han hecho en la medida de su dimensión (poco valor agregado) y siempre por debajo de los países competidores, aún de los países vecinos. La baja incidencia en la creación de empleos de este sector primario no ha logrado mejorar el aspecto laboral, siendo el empleo estatal, el subsidio al privado, y el plan social el único ungüento social que logra “el modelo” mostrar, y que se desarmará como castillo de arena con la crisis, antes o después de las elecciones.
Fuga de capitales
Uno de los datos macro más importante que estiman el desencadenante de ciclo es la amplia fuga de capitales. La fuga de capitales recrudeció desde 2008 (antes existía, pero, en menor medida) y que asciende a la friolera de 60.000 millones de la gringa moneda para los años 2008/2010. Dichos millones representan una suma equivalente a todas las reservas que, supuestamente, cuenta el País.
Hablamos de reservas en sentido genérico, no de reservas al contado, la que, a pesar de la recuperación relativa de la cantidad de depósitos, no serían superiores a los 17.000 millones del mismo signo.
La potencialidad productiva argentina no se encuentra, ni por asomo, a la altura de las posibilidades de colocaciones en el exterior, quizá esta sería a única manera de revertir el ciclo negativo y recesivo que todos los analistas preanuncian. A pesar de los índices positivos que se muestran (crecimiento del orden del 90%) resulta muy inferior a los mostrados por economías más de mercado como las de Chile, que exportó 132% más, y las de Perú y Uruguay crecieron 180%. Por parte del gigante Brasil, se verificó un aumentó 116%.
He aquí la tantas veces declamada oportunidad desaprovechada, de una economía que no cuenta con los elementos de mercado para crecer, aislada del mundo y del mercado de capitales. Continuamos con una economía en donde el sector primario representa casi el 70% de las exportaciones. La tasa de inversión, en relación a la del crecimiento, es de menos de la mitad, con lo cual es muy difícil que la capacidad instalada logre producir al nivel de venta que el exterior reclama (preservando en mercado interno) Párrafo aparte es el conflicto con
El llamado viento de cola (otra ventaja de la década inigualada por ningún otro ciclo) podría terminarse, con lo cual todas las demás variables (en especial balance comercial) empeorarían más aún el panorama.
El segundo dato extremadamente preocupante consiste en el ya inexistente superávit.
El superávit comercial está en caída libre, y es defendido con el emblemático Cid Campeador: un muerto tratando de asustar arriba del caballo de la comisario Cristina (Willy “Lassie” Moreno, operando al borde de la ilegalidad e intentando cerrar
No sabemos a ciencia cierta si el año 2012 nos encontrará unidos, o dominados, pero lo que sí es una certeza es que con seguridad nos encontrará con déficit, tanto del sector público como en la balanza comercial. Esto, y el descalabro, nos resultan casi sinónimos, sobran los ejemplos en la historia reciente.
Gasto público escandaloso
El tercer dato del descalabro, y que es altamente alarmante, es el enorme gasto público que se ha generado con: 1.- Los nuevos esquemas de jubilaciones y pensiones sin aporte, que ya representan más del 70% de las cuentas federales. 2.- El sistema de subsidios. 3.- Las enormes erogaciones en materia energética. 4.- El incremento exponencial de los gastos provinciales. 5.- El aumento de la planta de empleados públicos.
Todo este enorme gasto público cuyo costo de desmantelamiento resultará una espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza de quien gane las elecciones generales de octubre, resulta un verdadero Golem moderno, que se devora todas las cuentas públicas.
No solo el equilibrio fiscal ha muerto, sino que ya se ha llevado “puesto” a las cajas de retiro privadas (AFJP) sino que se ha endeudado de manera bestial al BCRA (con un incremento de la deuda del mismo del orden del 50%, la deuda ascenderá de unos $ 60.000 millones, en
Endeudamiento
El cuarto dato preocupante es el compromiso de servicios de la deuda.
Amén de los servicios que debe tributar el Tesoro, no hay que olvidarse de los aún bonos “defaulteados” y de la ya referida deuda también en bonos del BCRA, y que, encima es este último Organismo quien debe velar por el valor del peso, valor que difícilmente pueda sostener en el segundo semestre de 2010.
Inflación, salarios y expectativa
Si bien no existiría una traslación directa entre dólar/IPC (alguna vez los formadores deberían ceder algo de renta) la incidencia del valor del dólar en muchos de los bienes de consumo masivo local es indiscutible. Ninguna consultora seria (nacional o internacional) presagia una inflación inferior a los 2/3 puntos mensuales. Según informa el Instituto Superior Octubre (ISO-SUTERH) y Hugo Haime & Asociados, la inflación esperada para este año es de por lo menos el 37% (anualizados) Confirman estos datos
Amenazas, en algunos casos, ya concretadas con cuantiosas sanciones pecuniarias, a modo de multas. Sanciones de dudosa legalidad, por de pronto, con montos realmente disparatados, pero que surten en algunos casos como efecto disuasor… Por lo visto el “todas las opiniones” y el “hablemos todo” tan difundido de
Corolario: tentaciones peligrosas
Hoy se transitan caminos en la zona gris del derecho. No solo la apropiación evidentemente ilegal de las AFJP, sino, el desbarajuste del BCRA (en contra de sus estatutos) y los desvíos constantes de cuentas presupuestarias, sumado a los fondos no presupuestados por el manejo discrecional realizado en un presupuesto sin inflación y que permite al Poder Ejecutivo el manejo arbitrario (y electoral) de casi $70.000 millones (el 15% del total) sino que mentes afiebradas hablan de tomar los directorios de las empresas nacionales a través de las colocaciones de deuda en los paquetes accionarios de las mismas, y ello, mediante un decreto de necesidad y urgencia (muy dudoso) hecho a la medida de la nueva vanguardia que susurra a los oídos de Cristina:
Esta agrupación, que en su ideario de verticalidad pretende superar y saltar la crisis, un delirio realmente, salvo que el estado de derecho y el derecho de propiedad sea dejado de lado, una vez más, por aún más osadas medidas con componentes políticos: los famosos “El Estado de Emergencia” y otros engendros parecidos, a los que los gobiernos echan mano para hacer macanas económicas que luego cuesta lustros arreglar.
En definitiva, si Alfonsín obligó al ahorro forzoso, Menem, vía su ministro Erman González confiscó los plazos fijos, Cavallo acorraló a todos los argentinos, y Don Duhalde rompió 6,5 millones de contratos dolarizados, nos preguntamos.
En definitiva, ¿qué problema habría en que nuestra presidente, la líder indiscutible y heredera de “San Néstor, el Koimanauta”, ante la grave crisis y el “bla, bla, bla” al que nos tiene acostumbrados por la cadena oficial casi cotidiana, se animara a expropiar las 10 o 20 empresas que más facturan, ello con la justificación de orientarlas y, para defender “El Modelo”, modelo que consiste en seguir pagando el despilfarro apropiándose de cuanta caja encuentre a su alrededor, alimentando el monstruo del déficit y la improductividad?
Los carteles K que rezan simplemente “Ni lo intenten” nos avisan de gentes que no parece estar dispuestas a entregar mansa y simplemente el poder como consecuencia de una elección adversa, o por el recrudecimiento de una crisis económica que parece inevitable, por más grave que ésta sea.
Quizá sea la hora de empezar a pensar que tanto la democracia, como
José Terenzio
Fuentes consultadas:
http://www.ieco.clarin.com/tema/edicion_impresa.html
http://www.ieco.clarin.com/economia/oferta-acotada-inversion-limitan-exportaciones_0_232200007.html
https://periodicotribuna.com.ar/8658-salarios-los-grandes-perdedores-del-modelo-k.html
https://periodicotribuna.com.ar/8641-si-depende-de-las-reservas-del-bcra-el-modelo-k-hace-agua.html