El cártel de Sinaloa, que lidera Joaquín “El Chapo” Guzmán, amplió su campo de operaciones hacia las provincias más pobres del norte de Argentina, donde ha establecido centros de producción, acopio y distribución de drogas. Arropado por algunas iglesias de la región, esta organización ha logrado mantenerse a salvo de operativos policiacos y desde hace tres o cuatro años se ha vinculado con las comunidades locales que le brindan la protección que requiere.
El modus operandi gracias al cual el cártel de Sinaloa ha podido desplazarse y trabajar en ese país tiene como uno de sus ejes a la Iglesia, sostiene el especialista e investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Edgardo Buscaglia.
Entrevistado desde México mientras viaja por Argentina, a donde acudió junto con su equipo de trabajo para efectuar un sondeo de campo sobre las andanzas de los cárteles mexicanos, el especialista revela sus hallazgos y la manera en que los barones de la droga se infiltran en las comunidades más pobres de ese país, pues aclara que, además del cártel de Sinaloa, otros cárteles lograron extenderse hacia esa nación.
Y lo hacen, puntualiza Buscaglia, mediante el trabajo social que impulsan las iglesias, en especial las evangélicas.
Argentina, el segundo país más grande de Latinoamérica y el más lejano de Sudamérica, fue elegido por “El Chapo” para “diversificar sus posiciones” y “minimizar riesgos”.
Pero si bien las provincias electas por el narcotraficante mexicano El Chaco, Formosa, Misiones no son las más remotas, sí son las más pobres. Se encuentran en la zona norte en regiones selváticas o boscosas con un clima tropical y templado, aunque en verano las temperaturas llegan a 50 grados centígrados. Su ubicación es estratégica, pues colindan por un lado con Paraguay y por el otro con Uruguay.
Según el equipo de Buscaglia, “El Chapo” instaló centros de producción de droga en estas localidades, con la complicidad de algunas iglesias.
¿Desde cuándo tiene usted conocimiento de que el cártel de Sinaloa comenzó a operar en Argentina?
“Hace tres a cuatro años. Los colombianos ya tenían participación en ese país desde los años 90, pero los cárteles mexicanos comenzaron a expandirse visiblemente a partir de 2007 y se han ubicado en la zona norte, que son los centros productivos. Su manejo patrimonial y de inversiones está muy focalizado en Buenos Aires, en Córdoba y en Santa Fe.
El posicionamiento
Hasta donde se sabe, el cártel de “El Chapo” llegó a la provincia del Chaco en 2007. Su emisaria fue María Alejandra López Madrid, quien tenía como objetivo poner en funcionamiento la Iglesia Evangélica del Nuevo Milenio, según reveló a medios de aquel país Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.
Si bien la presencia del cártel de Sinaloa en algunas provincias de Argentina se detectó hasta 2009, según los funcionarios antidrogas de ese país ya operaba desde 2007.
Sin embargo, de acuerdo con un reporte que la Secretaría de la Defensa Nacional entregó en octubre de 2010 a los diputados de la LXI Legislatura, fue a inicios de 2003 cuando los cárteles mexicanos redimensionaron su papel para fortalecer su participación e influencia en países de Centro y Sudamérica. Intensificaron su presencia en Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Centroamérica para la producción de cocaína, y a partir de 2007 se trasladaron a Argentina para la producción de efedrina, precursora de drogas sintéticas.
Fachadas
Para algunos especialistas la estrecha relación entre iglesias de diferentes denominaciones y grupos criminales tiene como uno de sus fines el lavado de dinero.
Marcelo E. Decoud, director regional para América Latina y el Caribe de la Internacional Compliance Association, con sede en Londres institución que imparte capacitación en materia de criminalidad financiera y combate el lavado de capitales, sostiene que las organizaciones criminales utilizan iglesias con representación en varios países de latinoamérica para el lavado de dinero.
De acuerdo con este especialista, las agrupaciones religiosas acuden a un banco para depositar fuertes sumas en efectivo que dicen haber recibido de sus fieles; luego el dinero es transferido a otro banco y finalmente a otro, fuera de su país de origen, principalmente en instituciones ubicadas en paraísos fiscales.
Aunque Buscaglia no descarta que se utilicen las estructuras religiosas para lavar dinero, considera que las organizaciones criminales las usan para granjearse el favor de la gente, y de esta manera garantizar su propia seguridad.
Explica: “La situación de penetración es con fines típicos que todo grupo criminal tiene para poder protegerse socialmente en determinadas áreas. A veces lo hacen a través de la Iglesia católica y en otras ocasiones utilizan a las asociaciones evangélicas protestantes. En Centroamérica se valen de las bautistas y evangélicas”.
Detalla que los grupos criminales promueven su protección social mediante la construcción de iglesias y de infraestructura religiosa, y asimismo por medio del financiamiento de actos religiosos. En ese sentido, sostiene, las iglesias no buscan lavarles dinero a los grupos criminales. Protegerse socialmente y obtener legitimidad social, ése es el modus operandi de los grupos criminales, sostiene.
Destaca que la delincuencia organizada “tiene que ser vista cercana a los valores religiosos de las poblaciones en donde los grupos mafiosos buscan protección… Éstos pretenden que con sus actos el pueblo les dé su beneplácito”.
El investigador enfatiza que esa relación “es un factor de penetración muy importante para que los grupos criminales cuenten con protección social. Ésta es tan importante como la protección política. No puede entender hoy cómo “El Chapo” se protege si no se entiende el ángulo social de esa cobertura que tiene una faceta religiosa.
Mediante su trabajo, el experto se ha percatado de que los cárteles establecen centros productivos en lugares donde pueden realizar sus actividades de manera abierta y notoria. “Para ello necesitan dos cosas: la protección política por parte de los gobernadores de estas provincias y la protección social, que implica que la población no los denuncie, no los expulse. ¡No todo se logra con amenazas ni con asesinatos! Por lo tanto sí han penetrado las iglesias, no solamente las evangélicas sino también la católica en estas regiones”, puntualiza.
Diversificación
Mediante sus pesquisas, Buscaglia pudo constatar cómo tres iglesias evangélicas además de la Evangélica del Nuevo Milenio han sido penetradas patrimonialmente por el cártel de Sinaloa. Aunque revela la zona donde se ubican, solicita que no se mencione el sitio exacto donde se encuentran, por razones de seguridad.
“Son tres iglesias evangélicas… En poblaciones en donde no estaban acostumbrados a este tipo de presencia, hoy se observan amplias presencias productivas y patrimoniales de cárteles mexicanos en esa región que el Gobierno argentino no está combatiendo. El Gobierno está permitiendo activamente la presencia de estos grupos y eso significa que también existen indicios de penetración política”.
Agrega que el siguiente paso es la penetración patrimonial en el sector privado, sobre todo en las empresas farmacéuticas. Incluso recuerda que en Argentina ya se han presentado varios homicidios en fechas recientes de empresarios de este ramo.
¿La razón por la que los cárteles mexicanos se están trasladando a Argentina se debe a la persecución del Gobierno, a que buscan lugares más seguros o países más facilitadores?
“La expansión de los cárteles mexicanos a 52 países muestra sin lugar a dudas mayor fortaleza patrimonial. México ha sido su base de corrupción, de poderío político que les ha permitido expandirse a otros países. Ellos cuando incrementan su riqueza tratan de diversificar sus posiciones para minimizar riesgos.
“No eligen cualquier país, por ejemplo: no se van a Chile o a Colombia a establecer sus bases productivas, acuden a lugares donde hay más impunidad, como Argentina”.
(Fuente Diario de Ciudad Juárez)
Redacción de Tribuna de Periodistas