En otra de sus jornadas por las nubes de Ubeda, el 4 octubre de 2010 apenas arribada a Alemania, nuestra bipolar Presidenta, quejóse del grupo Clarín y del periodismo independiente en general, enviando a través de su cuenta de twitter una frase que hizo historia y titula este artículo.
Más allá de las conjeturas que cabrían al analizar dicha frase, con libertad poética y propia de un infantilismo ajeno a la condición de primer mandatario de un país, lo cierto es que resultó útil para calificar de la misma manera el escándalo desatado por el consorcio Hebe de Bonafini-Sergio Schoklender, evidenciado en sus tropelías con el descontrolado desmanejo de fondos públicos a través de Madres de “Plata” de Mayo S.A. constructora, inmobiliaria, comisionista, inversora y afines.
Sabemos que existe responsabilidad de distintos funcionarios públicos, tanto los que otorgaron los generosos y abultados fondos del estado, como de aquellos que omitieron los controles necesarios para evitar tamaño desfalco, pero quien también está implicada es la presidente de la nación como titular del Poder Ejecutivo proveedor de los millonarios fondos manipulados por la banda integrada y organizada por Mamá Hebe y su hijo pródigo, el abogado y contador cShoky.
Sería interesante, y así lo propongo, que se le reclamase al abogado y contador Sergio Schoklender, que se recibió en ambas profesiones durante su encierro carcelario, retribuya de algún modo a la sociedad que lo bancó para que pudiese desarrollarse intelectualmente, pues no es justo que se lleve todo el dinero producto de sus pingües negocios y ni siquiera haya pagado una mínima matrícula o derecho por sus becas en el Centro Universitario Devoto.
Para el parricida hubo un Estado mecenas que lo cobijó como huésped oficial, le dio techo, comida, asistencia médica y además le permitió desarrollarse en dos carreras universitarias, frustrándose su tercer título terciario como sociólogo al sorprenderlo la liberación después de computarle el 2 x 1 más el 3 x 2 que le facilitaron satisfacer una verdadera condena virtual minimizando el parricidio de ambos progenitores.
Pero lo que resulta aún más feíto, al decir de CFK, es que el cerebro de Schoky haya pergeñado los más diversos negocios beneficiando a su madre putativa, en agradecimiento al cobijo dado por HP de Bonafini en su propia casa al salir de la cárcel, a costa de incautos que confiaron en esa asociación supuestamente sin fines de lucro, enlodando la lucha valiente de aquellas otras Madres militantes en la Línea Fundadora. Esa clase de negocios consistía en que no le pagara a proveedores, entregándoles cheques sin fondos, e inclusive adquiriendo diversos inmuebles con fondos públicos, en varios casos pagando una mínima parte del precio pero obteniendo la posesión que le permitiera retener importantes inmuebles sin concluir de pagar el precio convenido.
Así sucedió con la quinta de José C. Paz, y también con la Sucursal de Madres de Plata de Mayo ubicada a una cuadra de la Casa Central, también sobre la calle Hipólito Yrigoyen.
Llamativamente, el inmueble que utilizan las Madres de Plata de Mayo, ubicado en Hipólito Yrigoyen, entre Luis Sáenz Peña y San José, de esta Capital Federal, les resultó gratis, por cuanto el Banco Nación les otorgó un crédito blando cuando Felisa MICELI era su titular, y como nunca pagaron dicho préstamo se terminó donándoselo a la Fundación. Negocio redondo. Obviamente para ellos, ruinoso para el Estado, es decir, nosotros.
Y esto debe ser materia de investigación, ya que a la figura de tráfico de influencias y violación de los deberes de funcionario público se suma el fraude al estado. Si todavía hubiese algún distraído en nuestra querida Argentina, vale destacar que Felisa Miceli, ya como Ministro de Economía, tuvo que abandonar su cargo por el escándalo desatado al hallársele, tan casualmente como se detectara la valija de Antonini Wilson, una enorme cantidad de dinero en el baño de su despacho ministerial, reciclándose en un conchabo en la órbita de Madres de Plata de Mayo S.A., donde no pudo tapar los desaguisados de Hebe y Schoky, permaneciendo hasta el día de hoy cuidando el gallinero donde producen las gallinas de los huevos de oro.
Al saludar la llegada del año 2011 sostuve que éste era el año del SI, del Servicio de Inteligencia, y como seguiremos viendo, continuarán destapándose chanchullos vía carpetazos de toda laya y color.
Aunque parezca mentira, resulta muy saludable que se peleen por el botín y pretendan descargar responsabilidades los miembros de esta asociación ilícita que ni siquiera guarda los códigos de la delincuencia común y siguen mandándose presos, como diría cualquier ex compañero de encierro de Schoky.
Enrique Piragini