El escándalo desatado con motivo de las andanzas de Sergio Mauricio “Schoky” Schoklender y HP de Bonafini, en el ámbito de Madres De Plaza De Mayo S.A. continúa y augura nuevos y jugosos capítulos.
Tan grande fue la voracidad de la asociación ilícita cuya cara visible son los parricidas y la sanguínea “Madre de todos”, y tan superlativo el convencimiento sobre la más absoluta impunidad de todos sus actos ilícitos, que dejaron huellas imborrables de su nefasto proceder.
Tanto es así que, por más que el juez federal “todo terreno” Norberto Oyarbide les dio unos días de gracia antes de comenzar con los espectaculares allanamientos en cuanto ámbito operaba la banda, no pudieron evitar la incautación de notable cantidad de pruebas documentales que demostrarían su perverso accionar en desmedro de las finanzas públicas.
Pero aunque todo el arco opositor, la claque de periodistas contratados y el oficialismo kirchnerista pretendan endilgarles responsabilidad criminal únicamente a los hermanos Schoklender, lo cierto es que resulta indudable y categórica la responsabilidad de Hebe Pastor De Bonafini en el saqueo de millones de pesos del erario público.
Ello por cuanto Schoky era un simple “apoderado” de la productiva firma Madres De Plaza De Mayo Constructora Inmobiliaria Financiera y afines S.A., pero la responsable legal y funcional es HP De Bonafini.
Cualquier estudiante de Derecho sabría diferenciar los roles en el contrato de mandato o representación, convención consensual donde el mandante o apoderado es sólo una extensión o longa manus de su poderdante o mandatario, por lo que no podría trasladarse responsabilidad a quien sólo operara como mandadero supervisado por su empleadora. Hete aquí la clave o resquicio técnico legal para el “zafe” de Schoky en la causa penal inflada al efecto.
Seguramente Sergio conoce muchas cositas que intranquilizan a los beneficiarios de sus andanzas, por cuanto no se trató sólo de sujetos negligentes o condescendientes engañados vilmente por un psicópata, sino de cómplices y beneficiarios del botín.
Es más, si por unos días Schoky y su troupe se vieran encerrados, el efecto ventilador superará con creces la amenaza que en su momento hiciera la Ingeniera Mary July quien tuvo el decoro de esperar se enfriara el cadáver de su padre antes de desplegar su estrategia excarcelatoria.
Todos aquellos que dejaron operar a Sergio, hoy “El Maldito”, saben que es preferible que no se resfríe en este invierno que hoy comienza.
Enrique Piragini