El domingo 24 de julio los ciudadanos santafesinos elegirán a las nuevas autoridades que ejercerán la administración provincial hasta el mes de diciembre de 2015. La coyuntura actual demuestra que el resultado de estas elecciones no deberá interpretarse solamente dentro de las fronteras de la provincia. Por el contrario, son muchas las causas que nos pueden llevar a afirmar que el desarrollo de esta elección tendrá una connotación nacional.
Santa Fe es una de las pocas provincias que en la actualidad se encuentra gobernada por una gestión "no kirchnerista". Desde el triunfo de Hermes Binner en septiembre del año 2007, el socialismo logró arrebatarle al justicialismo una provincia que había sido gobernada por esa fuerza desde el retorno de la democracia, en 1983. El gobernador electo en aquella ocasión fue Jose María Vernet, hoy compañero de fórmula presidencial de Alberto Rodríguez Saá.
La victoria del actual gobernador no fue un hecho para nada casual, fue fruto de un intenso trabajo y de una larga carrera recorrida para lograr el control del poder ejecutivo provincial. Binner fue electo intendente de la localidad de Rosario, una de las principales ciudades del país con respecto a la cantidad de habitantes, entre 1995 y 2003, y se había presentado por primera vez como candidato a gobernador en las elecciones provinciales de 2003, pero fue derrotado por el PJ. Debido a la vigencia de la polémica "Ley de Lemas" que regía en esa provincia (hoy derogada), Binner debió aceptar la derrota pese a haber sumado mucho más votos que el "sub-lema" encabezado por Jorge Obeid, quien resultó electo gobernador, porque la cantidad de sub-lemas de su partido superó a los del socialismo. Pero la realidad fue completamente distinta en 2007, donde el socialismo logró obtener el 53,88% de los votos y rubricó una elección histórica en la provincia.
Durante el conflicto del campo por la polémica resolución 125 dictada por el gobierno nacional, el actual gobernador socialista se mantuvo a favor de dicho sector, actitud que generó una imagen favorable y que terminó perjudicando al kirchnerismo local, quien había apoyado la medida promovida por la presidente Cristina Fernández de Kirchner. Allí se abrió un capítulo aparte con respecto a la relación del gobierno nacional con la mayoría de los santafesinos. La respuesta no se hizo esperar ni bien llegó el momento de elegir en las urnas. En junio de 2009 el país acudió a votar a sus futuros representantes en la renovación del parlamento nacional y provincial. El rechazo al kirchnerismo fue muy grande (la lista de diputados solamente renovó una banca y no pudo conseguir ubicar en el senado a ninguno de sus candidatos, ni siquiera por la minoría). Dicha elección marcó el retorno de Carlos Reutemann a la política de la provincia (electo senador por la mayoría), logrando superar en votos inclusive al propio socialismo.
La "nacionalización" de la elección del domingo venidero no cuenta solamente en la espera de un resultado. Las principales fuerzas que aspiran a gobernar la provincia (el frente progresista cívico y social, frente para la victoria y Unión-PRO federal) ponen en juego sus posibilidades para acceder a gobernar un distrito que representa el 8,5% del padrón nacional.
Un punto de partida sobre el comportamiento de los votantes hacia los diferentes candidatos pudo apreciarse durante el desarrollo de las elecciones primarias (con la novedad de la implementación de la boleta única), donde los resultados ubicaron a Bonfatti como el candidato más votado por los santafecinos —y también, el vencedor indiscutido dentro de las filas del frente progresista cívico y social—, obteniendo 292.486 votos (44,95% del total de su fuerza). Agustín Rossi fue el segundo candidato más votado, elegido por 270.499 santafecinos (39,92% del total de su fuerza). Y el tercer candidato que los siguió en cantidad de votos fue Miguel Del Sel, que fue presentado en lista única y cosechando 235.491 sufragios. Por supuesto que la lectura de estos números favorece a Bonfatti, pero hay que tener en cuenta un antecedente con respecto a las primarias de esa provincia: en el año 2007 el Frente Para la Victoria había obtenido más votos que el Frente Progresista Cívico y Social (46,47% contra 44,96%, respectivamente), pero el resultado en las elecciones generales fue completamente distinto (53,88% para la coalición progresista de Binner frente al 42,89% de votos que se inclinaron por Bielsa).
Además, el gobernador no juega solamente la continuidad de su fuerza en el futuro de la provincia. También espera que el triunfo de Bonfatti termine captando votos para su candidatura presidencial, que disputará las elecciones primarias nacionales el 14 de agosto próximo. Una victoria del frente progresista dejaría muy bien parado a Binner, le daría proyección a nivel nacional y podría erosionar aún más la imagen del kirchnerismo dentro de los límites de Santa Fe.
El resto de los candidatos esperan tanto un milagro como una sorpresa. Por el lado del kirchnerismo esperan reflotar la imagen del partido luego de elecciones que han sido para el olvido. Tras la derrota del 2007, el kirchnerismo tuvo un muy mal desempeño en las legislativas del 2009 con la clarísima influencia que en ello implicó el conflicto del campo, ya que la lista de diputados encabezada por Agustín Rossi obtuvo sólo el 9,63% de los votos (solamente Rossi pudo renovar), quedando a una diferencia de 30 puntos con el frente cívico y social. El fracaso también se sintió en las elecciones para renovar senadores, ya que el kirchnerismo no llegó al 8% y no pudo ubicar a ninguno (muy lejos de obtener la minoría). Tampoco la reciente visita de la presidente tuvo como objetivo directo apoyar la candidatura de Rossi. El resultado fue un duro cruce mediático entre Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Binner durante un acto que compartieron juntos, con motivo de la inauguración de una planta de biodiesel.
El humorista Miguel Torres Del Sel hace su debut en política de la mano de Mauricio Macri. El jefe de Gobierno porteño le había propuesto la candidatura a la gobernación, que fue aceptada sin inconvenientes por Del Sel. La buena elección del ex Midachi desarrollada en las primarias santafecinas (cercano al 15 % de los sufragios) hace que El PRO de Macri deba prestarle mucha atención a los resultados de estas elecciones por varios motivos. El principal es que una victoria ubicaría al PRO como fuerza federal, cruzando por primera vez los límites de la Capital Federal (actual bastión macrista). Por otro lado, Macri también espera que el excelente desempeño hecho en la primera vuelta de las elecciones porteñas contagie a los votantes santafecinos. Tampoco hay que dejar de lado que un eventual triunfo de Miguel Del Sel tendría doble repercusión. Un efecto dominó que voltearía las fichas tanto del socialismo como del kirchnerismo en esa provincia. Las inesperadas declaraciones del senador Reutemann, afirmando que "nunca fue kirchnerista" fueron funcionales a todo el arco de Unión-PRO. Cabe destacar que el armado político que sostiene la candidatura de Miguel Del Sel también cuenta entre sus filas al duhaldismo de esa provincia.
Este domingo todas las miradas estarán puestas en la provincia litoraleña. La decisión de más de tres millones de personas será vital para interpretar una parte de lo que podría ocurrir primero en agosto y luego en el mes de octubre.
Jonatan Brunetti
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