En un inusitado espiral de violencia, contamos 14 (catorce) muertos que ya se llevan contabilizados por represión o por permisión especulativa, seguida de represión y/o anarquía consecuente, durante este último período de mandato de Cristina Fernández.
¿El kirchnerismo ha montado un plan sistemático de represión y/o muerte a cualquiera que proteste en contra de algún gobernador o intendente adicto a la administración nacional?
Mientras esto ocurre, puede verse diariamente cómo se permiten piquetes de sindicalistas amigos de gobierno, cortes de ruta de punteros oficialistas, piquetes de tranqueras de dirigentes amigos a “oligarcas” sembradores de hortalizas (a los que se le cobra convenientemente un “porcentaje”), y, más en el centro de Buenos Aires, cortes de calles y avenidas a diario, con total protección policial, siempre, claro, que esto beneficie al oficialismo cristinista.
No ocurre lo mismo si las manifestaciones son para observar la falta de políticas sociales, o el feudalismo explotador de los gobernadores “patrones” del norte, o protectores de multinacionales mineras. Ahí vemos palazo limpio, a la antigua...
De manera sucinta el especial de violencia social (no ya política como en los ´70) va increscendo de manera alarmante.
Estos son los hechos que ameritan, a esta altura, no solo el reclamo de la intervención de la autoridades judiciales (que evidentemente están en connivencia con el poder político o, en su caso, aterrorizados de ser despedidos si no lo están) sino una averiguación de índole político. En concreto, una investigación a los efectos de ver si existe un plan para discernir entre “adictos al Ejecutivo” o “réprobos del modelo”.
De concretarse una ilación en el sentido anterior, debería sin más promoverse el juicio político inmediato a la señora Fernández.
La gravedad de estos hechos lo justifica:
- Indoamericano.
- Vilariño (Policía Federal libera zona)
- Jujuy (Gobernador K Barrionuevo)
- Aborígenes Qom (Gildo Insfran)
- Mariano Ferreyra (Pedraza - UF - De Vido)
- Franco Almiron y Sergio Cáceres (Policía de Scioli)
- Carrasco y Cárdenas (Bariloche - radicales K)
- Docentes de Santa Cruz (gobierno provincial K)
Cabe recordar que la metodología del Proceso de Reorganización Nacional no consistía en evitar la violencia, sino, administrarla a favor de los objetivos predeterminados.
No hace falta que mueran 9.000 personas, con 14 bastan, con una en realidad basta, si existe ordenes en el sentido que la violencia es administrada no en el marco de la ley, sino, en el marco de intereses facciosos.
Lamentablemente, es lo que estamos presenciando, y quedan cadáveres como documentos de esta nueva tragedia, dado que, cuando las condiciones económicas coyunturales impliquen cambios en las políticas de subsidios o planes de trabajo inexistentes, la situación social recrudecerá, y ya estamos viendo cuales son los “métodos” elegidos por los gobernantes oficialistas.
Por otra parte, no podemos pensar que los piquetes “oficiales” vayan a cesar, ni los aprietes de sindicalistas amigos.
Esta caldera a presión ya la vivimos en los años ´70.
¿Queremos una tragedia social, a tiempo vista de la tragedia política que vivimos en los años ´90?
José Terenzio