Luego de los hechos de público conocimiento acaecidos en Villa Soldati, hay que reconocer que la separación del Ministerio de Seguridad del de Justicia, no tuvo la trascendencia pública que merecía un suceso político de estas características.
Cristina decidió poner a cargo de la recién separada cartera, a la actual ministra de Defensa, Nilda Garré, quien asumirá el miércoles próximo y remplazará a ex intendente de La Plata, Julio Alak, quien se rumorea ya habría presentado su renuncia antes de que Cristina hiciera el anuncio. De hecho, en el día de hoy, Alak suspendió imprevistamente su agenda de actividades y dejó plantados a los representantes de Unasur a quienes había invitado a la destrucción de más de 20 armas de fuego en la localidad bonaerense de Campana.
Es necesario recordar que Seguridad solía formar parte del Ministerio del Interior, comandado por Aníbal Fernández. Pero cuando éste tomó el control del Ministerio de Justicia al asumir Cristina, Néstor Kirchner concedió traspasarle el control de las fuerzas de seguridad que solían estar su cargo, llegando al punto de nombrar una nueva Cartera y combinar dos direcciones tan diferentes como lo son Seguridad y Derechos Humanos. El control perpetuo de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura fue visto con benevolencia por Néstor, pero Garré –siempre crítica a las fuerzas de seguridad- nunca estuvo conforme con la fusión de esos dos Ministerios.
Hoy, sin Néstor y en vistas a lo acontecido en las últimas protestas -que no suelen concluir sin algún muerto-, Cristina parece haber comenzado a mirar la gestión de Aníbal con ojo crítico, pero sin llegar al punto de tomar alguna decisión por su cuenta. Es allí donde Garré encontró el recoveco justo para acercarse al oído de la Presidenta, desautorizar la gestión de Alak y Fernández, y ofrecerle una propuesta ante el conflicto: separar los Ministerios y dejar a una mujer a cargo de ese Gabinete. “Asumirá una persona de mi plena confianza”, expresó Cristina al comunicar la designación de Garré ante el flamante Ministerio.
La que asumiría en remplazo de Garré es la ex senadora Marita Perceval, a quién Néstor Kirchner siempre se había resistido a incorporar al Gobierno. Pero hoy gobierna Cristina sola y para bien o para mal eso se nota. Por estas horas se habla de “postnestorismo” o “cristinización” del Gabinete. La gestión de Fernández parece estar desgastada y la inhibición de las fuerzas de seguridad a su cargo es un claro quite de poder al quilmeño.
Desde los espacios más “cristinistas” del gobierno, afirman que vendrá una “lavada de cara” en el oficialismo, el cual empezaría por despegar los últimos vestigios duhaldistas en el Gabinete.
Cadena sin suerte
Es evidente que, a la hora de hacer anuncios importantes, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no tiene suerte. Mientras la primera mandataria diserta en sus actos, simultáneamente suele ocurrir algo que le quita protagonismo a su discurso. Uno de los últimos casos fue el acto en Mercedes en la planta textil Guilford donde dijo que “sería importante nacionalizar los medios de comunicación”. El mensaje, pasó casi desapercibido ya que al mismo tiempo moría el militante del Partido Obrereo, Mariano Ferreyra, en circunstancias que todavía se investigan.
El caso de la cadena nacional de ayer a las 20 horas ocurrió algo parecido: mientras la Presidenta, en un acto por el Día de los Derechos Humanos y de la mano de Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto, anunciaba la separación del Ministerio de Seguridad del de Justicia y Derechos Humanos, se alcanzaba el punto máximo de tensión entre los vecinos aledaños al Parque Indoamericano de Villa Soldati, y los okupas que se encontraban en ese predio.
Pero esta vez hubo algo diferente: Cristina hacía el anuncio mientras el conflicto de Villa Soldati ya llevaba 48 horas. El acto trasmitido contó con la presencia del Juez español Baltasar Garzón, una organización de abogados de Zimbabwe y hasta de Martin Luther King III, hijo del histórico defensor de los derechos civiles de Estados Unidos. Lo extraño es que cuando parecía que sus anuncios habían concluido y fue a saludar a unos jóvenes estudiantes que se encontraban en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos y en Villa Soldati aumentaban los enfrentamientos, Cristina pareció comenzar de cero con sus anuncios. Luego de que la cadena concluyó, los canales de noticias comenzaron a difundir los desmanes ocurridos “hace instantes”. La señal de www.tn.com.ar, fue el único que transmitía en crudo los incidentes de Villa Soldati.
Algunas contradicciones
Mientras Cristina anunciaba la separación del Ministerio de Seguridad, su propio gobierno decidió no mandar un solo efectivo policial a la zona de Soldati, donde la tensión aumentaba significativamente con la caída del sol.
Con la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, sentada a la derecha de la Presidenta al momento que esta hablaba de un pedido de disculpas públicas por parte de la embajada boliviana por los dichos del jefe de Gobierno de la Ciudad Mauricio Macri -al relacionar el conflicto de Villa Soldati con las políticas migratorias del país-, ¿se habrá acordado Hebe o Cristina cuando en el velatorio público en Plaza de Mayo de un boliviano víctima del gatillo fácil, Bonafini dijo: "¡Váyanse de nuestra plaza bolitas hijos de puta! ¡Váyanse bolivianos de mierda!"?
En el festejo de un nuevo aniversario por los Derechos Humanos, se contabilizaban 7 muertos en 45 días por protestas.
Un descanso para Boudou
Mientas esta nota se termina de escribir, Amado Boudou, festeja en silencio. Basta recordar que Aníbal Fernández es el gran enemigo del ministro de Economía y, al menos por un tiempo, las tapas de los diarios no reflejarán sus frases desafortunadas y otros desaciertos.
Eliana Toro