Dentro de pocos días se cumplirán tres años del día en el que aparecieron en una zanja de la localidad de General Rodríguez tres jóvenes empresarios acribillados a balazos.

Desde ese momento hubo un punto de inflexión que marcó a este gobierno. El director de Tribuna de Periodistas, Christian Sanz, había entrevistado días antes a Sebastian Forza, donde en dicho encuentro le había explicado cómo funcionaba la denominada “mafia de los medicamentos”.

El gobierno nacional trató de despegarse del tema, ya que este sería un problema para Daniel Scioli, pues el hecho había sido consumado en la provincia de Buenos Aires.

Pero la mentira duró muy poco y con el transcurrir de las horas se supo que Forza, por intermedio de su empresa, Sea Camp S.A., había donado doscientos mil pesaos a la campaña del año 2007 a la actual Presidenta, y cincuenta mil pesos a Carlos Heller, en su campaña a jefe de Gobierno.

Con el correr de los días quien escribe este artículo se enteró que su propia empresa, Global Pharmacy Services S.A., también aparecía en dicho listado.

Allí comenzó el mitómano de Néstor Lorenzo, dueño de droguería San Javier, a desplegar sus amplias mentiras. Que sí, que no, que ya vamos a arreglar. Que no te preocupes esto está todo arreglado. Que no te metas que acá hay gente pesada. Que está Néstor Vázquez, habló con Capaccioli y Ernesto Gutiérrez y te pone doscientos mil dólares.

En definitiva, toda una mentira para tapar el mal mayor. El ingreso de dinero negro para ser lavado en la Argentina. La mafia de los medicamentos, la masacre del Unicenter, las valijas de Venezuela, y hoy Sueños Compartidos.

Mientras, algunos pensarán que Brito es loco, pero no: Brito dice la verdad.

Gabriel Brito no es un arrepentido, Gabriel fue el único que se animó a declarar. Y ojo, no soy el único que sabe esta trama, soy el único que tuvo la valentía de decirlo, los demás tuvieron una actitud corporativa, donde en definitiva uno con el otro se salvarían.

Por qué no se investiga cómo compraban estos empresarios los medicamentos, por qué nadie se fijó en las innumerables transacciones hechas por intermedio de la empresa Lonco Hue S.A.

Qué se sabe de El Padrino de estos jóvenes empresarios, el Sr. Cabañas.

Qué pasó con Marcelo Abasto, su lugarteniente Carlos (a) “pastilla”; con Walter Maffini, quien sacaba dinero de Crédito Sur y luego le pasaba a Forza: de Marco, Conte, Abasto y Magallanes.

Cuál es el origen de los fondos que manejaban Crédito Sur, Vernet, Madercoop e Invercoop.

Tras la denuncia de Graciela Ocaña, el multimedio descubrió que había gente de la Casa Rosada que avisaba a Lorenzo o a Zanola que los estaban escuchando, esto es verdad pero también hay comunicaciones entre Lorenzo y uno de estos cooperativistas donde le avisa que tendrán “visitas”, que el los pone sobre aviso y ofrece un auto y una baulera para esconder papeles.

También hay diálogos muy sugerentes, entre Alfredo Lijo (hermano del Juez) y Lorenzo. La justicia también debe dar muchas explicaciones.

Pregunto, como ignorante, por no decir bobo: cómo puede ser que una droguería donde se hacen tareas de inteligencia —hay tomas fotográficas y escuchas— y solo se procesa a un empleado del negocio y al gerente. A veces digo que me molesta la gente que me subestima.

También hay operaciones raras entre la inmobiliaria Melita, la empresa constructora Zetace con algunos integrantes de esta mafia.

Pero en conclusión: si hablamos de lavado de dinero, narcotráfico, medicamentos adulterados, hay alguien detrás de todo esto que evidentemente ostenta u ostentaba un enorme poder político. Quiero aclarar que no me refiero al bocón de Aníbal Fernández. Luego de las últimas declaraciones de la ex ministra de Salud Graciela Ocaña, donde nos cuenta que la Presidenta en persona le pidió por Juan José Zanola, ya que había ayudado mucho a Néstor y a ella, no me cabe ninguna duda el máximo responsable y jefe de esta asociación ilícita tiene nombre y apellido, y es Néstor Kirchnner.

Solo me resta decir que después de haber pasado lo que pase junto a mis seres queridos, a quienes les agradezco profundamente el haber estado a mi lado, siento el deseo y la obligación de hacer esto por Zulema Bina. No me importa juzgar la conducta de su hijo. Sí me pongo en su lugar de madre, que un día lo vio salir de su casa y al otro le avisaron que estaba muerto. Ella busca la verdad. Ojalá las autoridades algún día se la puedan dar.

Gabriel Alejandro Brito