“Esto puede ser otro Ledesma. Está Tizo Talavera con diez matones. Es urgente”. El mensaje es contundente y lo enviaba minutos antes de las 9 de la mañana del jueves 11 de agosto una de las obreras que está reclamando el pago de los sueldos atrasados y una vivienda digna en el Hospital de Fontana.
Unas semanas atrás recorrí el obrador de esa ciudad, ubicada a 5 kilómetros de la capital chaqueña. Supuestamente, según uno de los ingenieros a cargo de la obra, la misma estaría terminada en agosto de este año y la propia presidenta de la Nación sería quién la inauguraría.
Promedia agosto y la tensión imperante en el hospital a medio hacer crece día a día. Hace poco, un grupo de 60 trabajadores tomó el obrador, disconforme con la respuesta oficial del gobernador Jorge Capitanich quien les ofreció un retiro voluntario y la posibilidad de ser reincorporados para el grupo de empresas constructoras que reemplazaron a la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo en el llamado plan “Sueños Compartidos”.
El sueño se transformó en una pesadilla y Marcela Leiva —una de las líderes de la toma— les grita que “están todos locos” al grupo de 10 a 15 matones comandados por Tizo Talavera y “el Pelado” Rossi, que ingresaron armados hoy por la madrugada al obrador. Lo habían intentado realizar en el día de ayer pero el gobierno dio marcha atrás con la orden pues la presidenta de la Nación estaba cerrando la campaña en el Teatro Coliseo. “Nos dijeron que nos iban a matar a todos”. La policía provincial no quiso tomar las denuncias de los trabajadores, sí en cambio pudieron relatar lo sucedido en la fiscalía.
La tensión aumenta. Los trabajadores responsabilizan de lo que pueda suceder al gobierno de la provincia. Recordemos que el grupo de trabajadores que no pactaron con Jorge Franco –nexo entre la Fundación y el gobierno local— fueron recibidos en su momento por Alejandra Bonafini en Buenos Aires, quien se comprometió a solucionar el inconveniente económico tras la salida de Sergio Schoklender como apoderado de la Fundación. Hoy los mismos hombres de la seguridad privada y los matones de antaño recorren las obras, sus celulares se contactan con funcionarios y hacen declaraciones en los medios locales como Diario Norte.
Un cronista que está intentando retratar a los matones, afirma que están armados (revólver debajo de la camisa) y que el cabecilla es el “Pelado” Rossi, hombre que responde a Franco, cobra 6.400 pesos mensuales de la Fundación y fue mano derecha junto con Tizo Talavera de Sergio Schoklender en su momento. Rossi afirma ser un militante, defensor y luchador de los aborígenes. En estos momentos está señalada como las personas más díscolas para enfrentarlas.
Su interlocutor es otro ingeniero de la Fundación: Guillermo Sánchez Peralta quien, ante los medios locales, afirmó que Marcela Leiva no es trabajadora de la Fundación y que está fogoneando el conflicto interno, pues no quiere trabajar.
¿Qué hace un ingeniero de la Fundación en un obrador que ya no depende de Sueños Compartidos? ¿Qué opina de esta cuestión Jorge Capitanich? ¿Hará alguna declaración pública la presidenta de la Nación sobre estos conflictos sociales que suceden en todo el país y que han producido más de 12 muertos en el último año? (Mariano Ferreyra, Indoamericano, Jujuy y demás).
La policía no está presente. Los matones continúan actuando. Amedrentan. Amenazan. “Voy a intentar fotografiarlo”, dice un cronista escondido y con temor a ser identificado. El Pelado Rossi es alto, rapado y anda siempre con el termo y el mate debajo del brazo. Además del fierro. Fue preso político y participa activamente en la agrupación HIJOS. No solo están actuando violentamente en Fontana sino en pueblos pequeños como Villa Bermejito y Santa Sylvina.
Los trabajadores están hartos del manoseo. Los matones tienen mucho trabajo y piden terminar con el tema ya mismo. Solo falta encender la mecha para que otra vez la sangre sea derramada. ¿Dará alguien la cara?
Luis Gasulla