Al parecer Cristina Fernández no se conformó con el triunfo del 50% en las elecciones primarias pasadas, y quiere pasar a la historia con un porcentaje al menos de 60 puntos para las presidenciales de octubre próximo. Así lo detalla un artículo de Pablo Ibáñez en Ámbito Financiero.
Al parecer Cristina empezará a bosquejar esta semana su campaña para octubre, convencida de que no es una utopía aspirar a una victoria que ronde ese porcentaje. Si bien, al menos por ahora, ninguna voz oficial hará pública esta pretensión, la pregunta es de dónde obtener otros 2 millones de votos para llegar al 60%.
“Podemos llegar al 60, podemos...” repetía el viernes un operador K luego de pasar por Olivos a recibir una dosis potenciada de optimismo y antes de acata el mandato presidencial de dedicar el fin de semana largo para la pausa y el descanso. Pero ya parece estar todo en marcha en la maratón de los 60 días.
Ayudante de cocina
Cristina tiene pautado para hoy un encuentro con su compañero de fórmula y ministro de Economía, Amado Boudou, ya que el fin de semana este estuvo de gira permanente en Córdoba y en Mendoza, por mandato de la propia presidenta.
El análisis
La Presidente pidió informes sobre cómo se votó en cada una de las provincias y en los distritos más importantes, para evaluar cuánto podría mejorar su performance en octubre.
Más tiempo de campaña y un lavado de cara
El 18 de septiembre próximo comienza oficialmente la campaña electoral que, a diferencia de las primarias que fue de 30 días con 20 de publicidad en radio y TV, esta será de 45 días con 35 jornadas de campaña en medios audiovisuales. Por lo que esta será más larga e intensa.
Desde la Casa Rosada trascendió que Cristina pretende reconfigurar su campaña, en particular los spots de TV con los que al parecer no quedó del todo conforme. A su vez, un dirigente con acceso a Olivos, aseguró que planea retoques a la logística.
Rediseñar los frentes
En la campaña de las primarias, Cristina prácticamente no salió de Casa Rosada, sino que optó por hacer visitas puntuales, y manejarse con las clásicas teleconferencias. Si bien ese mecanismo se seguirá usando, ya que se comprobó útil y eficaz, Crsitina pidió informes sobre los destinos donde sería más importante su presencia.
Hasta ahora los viajes, Cristina se los venía delegando a Boudou, pero deslizó que para la general ella, en persona, se pondría al frente de la campaña.
Seduciendo al no voto
El Gobierno se plantea ahora si “Lo que sirvió para el 50 quizá no sirva para el 55 o el 60%”. Sin embargo no está claro si habrá un giro discursivo para seducir a otros votantes. Por ejemplo para atraer a sectores peronistas que votaron a Eduardo Duhalde pero que, se supone en Balcarce 50, en octubre buscarán otros destinos electorales.
Entre las presunciones no figura sólo alimentarse de lo que supone será la implosión de la candidatura del ex presidente interino, sino también de Ricardo Alfonsín y de lo que dejó huérfano Proyecto Sur aunque es menos del 1%.
Hay, incluso, analistas K que sugieren que parte de los 500 mil votos que fueron a Jorge Altamira son sectores filo K que podrían encolumnarse detrás de CFK.
Pero no todo resulta tan fácil, ya que entre las complicaciones para mejorar el score se cita que no estará el efecto primaria donde varios candidatos locales traccionaban para Cristina.
Redacción de Tribuna de Periodistas