Después de un sinfín de dudas y especulaciones sobre la postura que el electo gobernador de la provincia de Córdoba, José Manuel De La Sota, tomaría frente a la Casa Rosada tras el rotundo triunfo que lo devolvió al Poder Ejecutivo de la provincia mediterránea, finalmente confirmó su alineamiento con el gobierno nacional.
La prueba que confirma esta decisión (que sorprendió a pocos) estuvo en un gesto muy "solidario" de su parte hacia la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Bajó su lista de candidatos a diputados nacionales, que aún mantenía como el eje de discusión principal entre ambos.
El eje de la tormenta entre la presidenta y gobernador electo el pasado 7 de agosto comenzó desde el entorno del gobierno nacional, cuando intentaron "imponerle" a De La Sota un candidato a vicegobernador que respondiera directamente al kirchnerismo (el intendente de la localidad de Leones, Fabián Francioni). Esto llevó a una fuerte negativa por parte del legendario caudillo cordobés, cuya consecuencia fue una "ruptura parcial" del diálogo con el Frente Para La Victoria. No obstante, De La Sota redobló la apuesta y presentó su propia lista de candidatos a diputados nacionales —en su mayoría, integrada por miembros del PJ cordobés que forman parte de la actual coalición de gobierno, Unión por Córdoba— separada de la lista de candidatos del kirchnerismo.
Aunque la jugada del gobernador electo presumió una gran dosis de ambigüedad. Pretendió colgar su lista a la candidatura presidencial de Cristina para el mes de octubre. El rechazo judicial por parte del tribunal electoral cordobés (tras una presentación hecha por el apoderado del Frente Para La Victoria) terminó echando más leña al fuego y las diferencias entre el delasotismo y el kirchnerismo dieron el puntapié inicial a una campaña en donde la ausencia de la figura de la presidenta, evidenció un clima muy extraño.
En la noche de su cómoda y rotunda victoria, De La Sota salió a dar un discurso moderado, pero lejos de acercar posiciones con el oficialismo nacional. "Cuenten con Córdoba para unir, no para dividir", expresaban sus declaraciones tan medidas como contundentes. Además salió a predicar el "cordobesismo”, según é,l una nueva corriente que sostenía el avance de Córdoba por encima de cualquier símbolo partidario. También se dio el lujo de diferenciar al peronismo tradicional del kirchnerismo: "Peronismo, radicalismo, socialismo y kirchnerismo no deben ser razones para dividir los argentinos".
La victoria de José Manuel De La Sota fue interpretada mayoritariamente como otra "derrota kirchnerista", y se había sumado a los grandes fracasos de los candidatos del gobierno nacional en otros distritos vitales, como la Capital Federal y la provincia de Santa Fe. En la semana que separó a las elecciones cordobesas de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, el flamante gobernador electo pidió votar por cualquiera de las opciones más cercanas al justicialismo: Cristina, Duhalde o Rodríguez Saá. Este llamado a la libertad de elección de sus votantes estuvo acompañado de su decisión de mantener vigente la lista de candidatos a diputados del PJ, que enfrentaban al kirchnerismo.
La abrumadora victoria de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones primarias del domingo 14 de agosto, también se instaló en la provincia de Córdoba. Allí la presidente obtuvo el 34% de los votos, duplicando en votos al segundo (Alfonsín) y muy lejos del resto de los candidatos, sobre todo de los peronistas (Duhalde y Rodríguez Saá). La lista de precandidatos a legisladores kirchneristas terminó en un cómodo primer puesto, lejos del armado delasotista que sólo obtuvo el 6,8%
Los efectos del "kirchnerazo" cordobés no demoraron en llegar. Si bien en un principio De La Sota no pensaba dar un paso atrás con su lista, había un tema que desde hace tiempo sensibilizaba las relaciones entre la provincia y la nación: una gran deuda que mantenía el gobierno nacional con la provincia de Córdoba, que ascendía a 1.178.600 millones de pesos, cuya mayor porción abarcaba en concepto de fondos para la caja jubilatoria (alrededor de 563 millones de pesos).
La reunión de la presidente con el actual gobernador cordobés, Juan Schiaretti en casa rosada el pasado martes 30 de agosto, comenzó a dar señales de un concreto acercamiento. El compromiso explícito de la jefa de Estado a enviar los fondos adeudados para saldar la caja previsional de dicha provincia, fue un fuerte gesto político del gobierno nacional. También la decisión de Schiaretti de emitir deuda para poder cubrir los gastos para obras públicas (278 millones de dólares) fue otra de las consecuencias "mágicas" de esta cumbre. Desde el 2008 (año en donde Schiaretti apoyó a los productores agropecuarios durante el conflicto por la 125) que el gobierno cordobés quería emitir bonos para financiar diversos proyectos, pero el Banco Central no lo autorizaba.
Todo esto llevó a que De La Sota bajara finalmente su lista de candidatos a diputados. El negocio salió redondo. El kirchnerismo aseguró sentar en el Congreso a diputados que respondieran directamente al gobierno nacional, mientras que De La Sota aseguró una buena relación con la presidente para los próximos cuatro años.
Desde ahora, "cordobesismo" se escribe con K.
Jonatan Brunetti
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