De tan desesperada que está la oposición, hoy parece que encontró la piedra filosofal en un circunstancial “aliado”, el parricida Sergio “Schoky” Schoklender.
En efecto, siguiendo el viejo aforismo que sostiene que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, como si se pactase con el mismo diablo, los supuestos opositores al kirchnerismo están dispuestos a vender su alma con tal de obtener munición para disparar al oficialismo, por estas horas se perfila como ganador absoluto el próximo 23 de octubre.
Sin miramientos y sin sonrojarse, los representantes de la pauperizada oposición invitaron al ex apoderado de Madres de Plaza de Mayo para que satisfaga la imperiosa necesidad de protagonismo del aturdido Poder Legislativo nacional.
Carente de iniciativas, la pusilánime oposición pretende echar mano de los testimonios de un lumpen autor de innumerables ilícitos a la sombra del kirchnerato, ignorando que sus dichos son totalmente descalificables por parciales e interesados, producto de su afán de venganza y desesperada lucha por mantenerse a flote cuando su barco naufragó y quedó sujeto a un mondadientes, conocedor de su destino carcelario.
La inexorable caída de este moderno “Caín”, cómplice de la madre putativa Hebe de Bonafini, de ninguna manera podrá detenerse con sus gritos destemplados, por más que los emita en un ámbito donde se desea agigantar el circo y robustecer las sospechas de corrupción sobradamente probadas.
Que los supuestos opositores no hayan tenido el coraje ni el decoro de asumir su responsabilidad y promover las denuncias correspondientes a tantos hechos de corrupción, de los cuales han tomado conocimiento a través de medios masivos de comunicación, no quedará saneado porque ahora se den por enterados y hagan lo que omitieron en el pasado.
Si las luchas intestinas generadas en el reparto del botín, no hubiesen distanciado a Schoky y a “la madre de todos los argentinos”posibilitando que ahora el ex apoderado se desgañite gritando a los cuatro vientos los negociados y cuentas secretas de la dulce abuelita, señalando con pelos y señales cuentas bancarias en el exterior con millonarios fondos escamoteados por Bonafini, el comando a distancia del juez Norberto Oyarbide por parte del PEN a través de su incalificable jefe de Gabinete Aníbal Fernandez, la distribución de dádivas, comisiones y retornos de López y De Vido, ilegítimos aportes de campaña KK, entre otros desaguisados comprometedores para el kirchnerismo cleptómano, ¿es posible que la no oposición no hubiera tomado conocimiento de toda esa información?
Tal como el cornudo que se regodea disimulando su consabida cornamenta, ¿es necesario que les muestren las fotografías del adulterio para darse por enterado?
Patético y poco ético es que se convoque a un delincuente al seno del Congreso para que entregue a sus cómplices.
Tremendamente delictual, por omisión, resulta ser la conducta de quienes hasta hoy cerraron sus ojos y oídos dejando engordar al monstruoso equipo kirchnerista saqueador del país, lo cual los convierte en verdaderos cómplices, no en simples encubridores cobardes y tan o más corruptos que aquellos.
Enrique Piragini