Con su, hasta ahora perfil bajo, Pablo Schoklender prepara su estrategia defensiva para cuando tenga que enfrentar a la Justicia, donde podría aportar pruebas que comprometerían tanto a su hermano Sergio, como a la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

Hay que recordar que Pablo Schoklender también es ex trabajador de esa fundación y actualmente está implicado en la causa por el desvío de fondos para la construcción de viviendas populares.

De hecho, el escándalo comenzó cuando Sergio, el mayor de los hermanos, abandonó su cargo tras una fuerte pelea con Pablo a raíz de los manejos financieros de la entidad. Este último quedó vinculado a la entidad por un breve lapso.

El menor de los Schoklender —que este año terminó de cumplir su pena por parricidio— promete adoptar una estrategia opuesta a la de su hermano —la cual le costó a éste la renuncia de sus abogados—, por lo que prefiere continuar con el bajo perfil para afrontar la causa en su contra.

Pese al secreto de sumario que todavía pesa sobre el expediente que lleva adelante el juez Norberto Oyarbide, Pablo ya cuenta con documentación y pruebas para demostrar que su rol en la Fundación era secundario, que solo tuvo un papel más participativo tras la ida de Sergio, y que en todo momento acató las ordenes de su hermano. Al menos así se perfila la estrategia defensiva que encaran sus abogados, Ramiro Rubinska y Gonzalo Romero Victorica.

 Por estas horas, el fiscal federal Jorge Di Lello ya recibió por parte de Oyarbide la documentación sobre los supuestos aportes que la Fundación Madres de Plaza de Mayo hizo a la campaña política del kirchnerismo, incluidas las candidaturas para jefe de Gobierno porteño del subsecretario de Obras Públicas de la Nación, Abel Fatala y del ministro de Economía, Amado Boudou. Esto a partir de la denuncia que el lunes presentó el abogado Ricardo Monner Sans, y en la que pidió investigar los dichos del ex apoderado sobre la supuesta financiación que existió por parte de las Madres a estas campañas.

Sin embargo, aún sigue sin mencionarse claramente cuál ha sido la responsabilidad del propio Sergio Schoklender en los desaguisados que trascendieron a raíz de que se descubriera el desvío de fondos públicos a sus propias empresas privadas.

¿Hablará de esto el ex hijo putativo de Hebe de Bonafini en su disertación que en estas horas ofrece ante diputados en el Congreso de la Nación? ¿Admitirá que falsificó documentos y firmas para poder sostener su lujosa vida y, sobre todo, sus noches de juerga en los casinos de Cristóbal López?

Sergio avanza sin cesar en su raid mediático contrarreloj. Intenta ganarle a la Justicia: antes de que Oyarbide lo llame a indagatoria busca que el oficialismo lo vuelva a cobijar. Por eso, va dosificando sus denuncias, cuenta de a poco todo lo que sabe.

Mal que le pese a él, hay dos cosas que no ha previsto: primero, el poder ha decidido no aceptar la extorsión de su parte; segundo, su propio hermano será el verdugo que derribe su estrategia a futuro.

Eliana Toro
Twitter: @toroeliana