El dogma progresista, con alto nivel de voto, supo en las épocas del menemato lograr las sonrisas de los porteños. Aún en su manifiesta opacidad, figuras como Aníbal Ibarra —apenas conocido por los medios de comunicación, detrás de las acciones del radical Julio Strassera como fiscal federal, y en menor medida también Moreno Ocampo— y Graciela Meijide eran vistos como una alternativa ante el latrocinio manifiesto que habían portagonizado, desde el extinto Concejo Deliberante Porteño.

Quien viniera no podía ser peor a Carlos Grosso, Juan Trilla, Juan Carlos Suardi, Raúl Padró, Eliseo Roselló, Norberto “Beto” Larrosa, Francisco Siracusano, y muchos más, que representaron la última etapa del Concejo —la peor por cierto— abarcativa del período 1983 al 1995.

De eso ya hemos escrito bastante y aquel desastre, el desprestigio que llegó al punto del delito, no pudo ser mejorado, sí morigerado, pero nunca evolucionado, como se pretendía en la Constitución Nación de 1994, proyecto que pretendía la elevación del nivel legislativo de lo que sería la soñada “Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

Hemos recorrido cuatro mandatos —Fernando De la Rúa, Aníbal Ibarra y Mauricio Macri— y no se puede torcer, por lo visto, el destino de este órgano legislativo, que hasta supo depurar su planta completa de empleados con la idea de sanearla de la purulencia que la pudría por dentro.

Ni lo uno, ni lo otro. En pocos años, a decir de un conocido dirigente justicialista hoy en el kirchnerismo, la Legislatura porteña —a la que se llama de manera socarrona “Legislandia”— no ha pasado el examen.

Haremos una mínima muestra de temas de esta “progresía” que supo ganar tres de las cuatro elecciones, que supo gozar de manera absoluta del poder —36 legisladores sobre 60 en 1999— pero que no pudo, no quiso, no se animó no supo gobernar. Ser honesto, aunque sea en apariencias, no alcanza para ser un buen gobierno. Algunos, los progres K, ya arriaron la última bandera que les quedaba, la de la inutilidad honesta, corrieron tras la transversalidad de los negocios, entregaron la única bandera que les había abierto la llave del poder electoral.

El pueblo porteño, ya se los cobro en 2007 y este año. Para muestras, un poco en serio, un poco en sorna, bastan estos botones:

Proyectos y declaraciones insólitas de la Legislatura Porteña de los últimos años:

1.- El “trapito”, empleado municipal

El siempre movedizo Eduardo Epszteyn, ex funcionario y sindicado como la mano derecha de Ibarra, antes en su época de mandamás todo poderoso, y hoy también, propuso últimamente terminar con los denominados “trapitos”.

En un proyecto que compartió su autoría propone agremiarlos, y ponerlos a trabajar de la mano del Gobierno de la Ciudad, una especie de “empleado Municipal de prepo” respecto de la coima que hoy día cobran los “trapitos” pasaría ablaquearse, con lo cual, estacionaríamos y pagaríamos dicha coima de manera “legal” y no ensuciándonos con una acción de cohecho contentos, y sabiendo que, ni el juez Norberto Oyarbide ni el juez Roberto Gallardo, ni la jueza Elena Liberatori nos acusará de evitar colaborar con el “Trapito” nacional y progresista que siempre nos encuentra.

Parece que Epztein desconociera que esta gente es explotada por mafias, muchas de ellas “apadrinadas” por la policía. es policía que el kirchnerismo se empecina en no transferir a la Ciudad. Todos en “Legislandia” saben de la amistad personal de Epztein con Julio de Vido el “señor obra” de la Argentina, y que también es indirecto hilo conductor con el “señor camión”, Hugo Moyano.

¡Bien Eduardo, viva la justicia social porteña! ¡Contratos para todos y todas! (y para los trapitos también, claro, los porteños seguimos “bancando”.)

2.- “Tío Ho”, también es porteño

Otra en la que el Ibarrista Epztein nunca se queda rengo, es en la sección “homenajes”.

Resulta que hace un tiempo, Vietnam había prometido regalar una estatua de Ho Chi Ming a nuestro país. Allí va el marxismo progresista porteño, hacedor de madrugada, de miles de revoluciones mentales-imaginarias, en el “Bar La Paz” al encuentro de la estatua. Ho Chi Ming, gran estratega maoista y marxista, no se les podía escapar a los amigos de Ibarra. Sí se les escapó el tema “cometas” en Cromagnón, pero bueno, ese es un tema de menor jerarquía.

Otro tema fundamental para los porteños fueron los reconocimientos a Fanny Edelman (¿¡!?) una señora que parece fue feminista, comunista y defensora de las lesbianas, y que hubiera cumplido, en estos tiempos, 100 años. ¿Qué porteño no la ha admirado, acaso?

3.- ¡Hombres anti-machistas, a las armas!

El rubio y pintón legislador de la centroizquiera, Gonzalo Ruanova, ampliamente alabado por el staff femenino de “Legislandia”, propuso junto con otros 260 humanos de su mismo género, una campaña a la que denominó (en principio) “260 Hombres contra el Machismo”. Se trataría de hombres contra el machismo, aunque no se sabe bien qué diferencia hay, o si se pueden adherir mujeres, o con que objetivos públicos cuenta “la movida” del joven legislador. Esperemos que no sea para seguir congraciándose con las señoritas desde dicha posición tan generosa de “antimachistas”.

4.- “Contrato para todos y todas”

El diputado de Proyecto Sur, Fabio Basteiro, presentó un proyecto de ley en la Legislatura porteña que propone incorporar como Planta Permanente del Estado de la ciudad de Buenos Aires (¡!) a todos los hijos y nietos recuperados, de personas que se encuentran en calidad de detenidas-desaparecidas o asesinadas durante el período que va del 16 de junio de 1955 al 10 de diciembre de 1983.

No explica para qué o si saben hacer algo las personas que hipotéticamente se presentarían. Tampoco sabe quiénes son, por lo visto, ni quién confeccionará el “listado” de los beneficiarios. Nos suena a acomodo de algún tío sin laburo.

5.- Policías “Matute” a las piñas, pero sin revolver

El sindicalista, docente y diputado Francisco “Tito” Nenna, afamado amigo de Alejandro “Pitu” Salvatierra (retratado en la “toma” del parque Indo-americano) propone que los policías que no están en “servicio” no porten armas.

El proyecto no lo dice, pero implícitamente cabría la posibilidad de que el agente “metropolitano” también se deje matar en silencio cuando el chorro que eventualmente lo asalte se dé cuenta de que es “poli” y lo agarre con las “manos sueltas”.

No sabemos si en la academia de policía ya le harán firmar al ingresante la opción: “dejarse matar en silencio por el chorro”.

6.- El Tío Sam, el imperialismo y la “Cajita Feliz”

El legislador porteño Juan Cabandié dice que no cejará en su cruzada emprendida a través de un proyecto de ley de su propia autoría: prohibir la “Cajita Feliz” de Mc Donalds, la famosa “cadena” de hamburguesas.

Nada dijo el legislador “cristinista” sobre el daño que le produce a los niños, además de las americanas Mc Donalds, los autóctonos choripanes, el pan con manteca, la naranjada “coloreada con tinto” y los alfajores con soja transgénica (se ve que estos son temas de competencia federal y no local).

7.- La Virgen y el Diablo

A la legisladora María José Lubertino, una ex radical “progre” si las hay, le molestan las imágenes de los santos. Ya lo hemos expuesto en otro artículo. Parece ser que para Lubertino, la imagen del Sagrado Corazón, la Virgen María o una cruz cristiana puede mortificar o perturbar a las personas ateas, o de otras religiones.

Nada dice Lubertino en su proyecto respecto del cuadro del guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara de la Serna que luce el juzgado Contravencional y de Faltas (municipal) del Dr. Gallardo.

Parece que a Lubertino y a todo el bloque ibarrista le molesta la Virgen María, pero les agrada el asesino Guevara.

Raros criterios los de María José. Justo los papás la bautizaron con los nombres de los papás de Jesucristo. ¡Que carma, María José!

8.- ¡Preservativos para todos y todas!

Siguiendo con Lubertino, también ingresó en el tema salud sexual y sexualidad (un tema que junto a alguna diputada del mismo sector la tiene ocupada full time).

En otro “proyecto” se proponía que desde el Estado y en la escuela pública se repartan y enseñen a usar preservativos. Lo grave es que se pretendía que ocurriera con niños de. ¡11 años! (sexto grado).

Inquirida la legisladora sobre el por qué de los fundamentos, se despacho con la siguiente explicación: “Imagínese usted si el niño o el adolescente se enfrenta a un caso de posible violación, ¿qué hace? ¿No es mejor que le ofrezca al violador ponerse el preservativo?

Sin palabras.

9.- La ley que regula el andar humano en peatonales

El diputado Abelardo García, allá por el año 2007 presidente del Partido Conservador Popular y electo en la lista del “Partido de la Ciudad” —colectora de Ibarra en 2003— propuso un proyecto por el cual se regulaba cómo caminar por una calle peatonal (sic). El proyecto, expediente 2104-D-2007, narraba: "Quienes recorremos las calles peatonales nos encontremos con un aquelarre tal que nuestro andar se ve entorpecido sustancialmente. Se mezclan quienes pasean lentamente, porque van observando vidrieras o leyendo carteleras de los espectáculos, con quienes tienen obligaciones que los obligan a la puntualidad y las recorren a paso vivo. Las aglomeraciones y los choques entre los transeúntes son aprovechados por carteristas y descuidistas que, ante la confusión reinante, operan con cierta impunidad".

¿No lo cree? Entre a la página de la Legislatura, ahí está.

10.- La “mila” napolitana, una invensión porteña (como el bondi y la birome)

Otro proyecto que quedó en la historia de la comicidad legislativa es el de la kirchnerista Inés Urdapilleta: quería convertir a la milanesa en “patrimonio cultural de la Ciudad”. En realidad, el proyecto buscaba crear el “Menú Buenos Aires”, un catálogo de platos y alimentos autóctonos de la Capital.

“Así como se reafirma la identidad de un pueblo a través de la música, se lo puede hacer con la comida” dijo en su momento la legisladora y aclaró que la “napolitana” en verdad, tiene origen porteño: se empezó a servir en el restaurante de José Napolitano, frente al Luna Park”.

11.- La guerra del adoquín

Otro de los temas “cruciales” en los cuales se embarcan los legisladores y sus asesores, es el de los adoquines. Como todos sabemos, el transito porteño es simplemente demencial.

He ahí, que el legislador, fatigante en su tarea, libra desde hace años la batalla del macadám.

Las ONG no quieren que se pierda ese “qué se yo” del adoquín. El tanguero adoquín porteño, que tantos amortiguadores se ha “comido” y que, como el tango, renace desde debajo de los pésimos “asfaltos electorales” que en los barrios los Jefes de Gobierno se empeñan en colocar.

¡El adoquín no morirá, señores! (el asfalto del grosor de lamida de un gato, seguro que sí).

12.- Carne de chancho… ¡y porqué no!

El radical Carlos Lo Guzzo —un hombre “de la casa” como les gusta decir a los de la claqué interna— se propuso, en su condición de edil que se declare “la Semana del Cerdo” a la primera de octubre, ello, en homenaje a Pedemonte, el Restaurante más antiguo de la Ciudad (1890). Sibaritas de parabienes.

13.- La “bicisenda”

Otro que dejó marca fue uno de los principales impulsores de la “vida en Bici”, el carrioísta devenido en kirchnerista, Pablo Failde.

Esas bicisendas, a la postre, no son una “invención” de Macri, no. Que a las más importantes calles del centro porteño les hayan “birlado” más de un metro, y que cada uno de ese “metrito” salga una “fortunita” no es solo patrimonio del hombre del color amarillo.

Hay que reconocerle al ex legislador Failde la idea, y la consecuencia, dado que él mismo concurría a laborar al Palacio de Perú 160 en bici, antes de que las malditas bicisendas existieran.

Las famosas e intransitadas “bicisendas” están ahí, para goce de la anomia porteña. Intransitadas por ciclistas, padecidas por automovilistas y mal usadas por carreros cartoneros y motoqueros “ventajitas”.

14.- Los más impresentables:

Entre los “despachos” más insólitos, los que ya que se han pasado de jocosos e impresentables —y entre los más aplaudidos a la hora del humor— figuran también el que se aprobó para declarar el “avistaje de ballenas” como una actividad “de interés público para la ciudad, el declarar a “Clemente” (dibujo de Caloi) “patrimonio histórico de la ciudad” u otros “oponiéndose” a la declaración de interés del “Futbol Gay”.

Corolario

Usted, vecino, contribuyente, denodado pagador tanto del ABL como de la patente del auto o ingresos brutos de su quiosquito. Sepa que, como en el famoso libro “Il Gatopardo” todo va mutando, todo va cambiando, en la misteriosa Buenos Aires, fabulizada y retratada tanto y tantas veces por Bioy Casares, por Manucho Mujica Láinez y por Marechal.

Lo seguro es que, como decía en su obra Il Conde de Lampeduza, se cambia algo, para que nada cambie.

Así, en definitiva, somos los porteños.

José Terenzio