El hecho ocurrió en agosto de 2006, en el marco de una discusión por el desplazamiento de una funcionaria del riñón de Aníbal Ibarra llamada Gabriela Alegre. En esos días, Gabriela Cerruti era ministra de Derechos Humanos y Sociales porteña, y Estela de Carloto ya era reconocida desde hacía tiempo como la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
En esos días, Alegre dio una conferencia de prensa en la sede de Abuelas, donde estuvieron representadas otras entidades de derechos humanos, como las Madres Línea Fundadora, HIJOS, la APDH y Familiares de Desaparecidos y Detenidos.
Esas organizaciones responsabilizaron a la gestión telermista por "obstaculizar el desarrollo de las políticas de memoria a través de diversas medidas que hemos cuestionado en numerosas oportunidades". En ese contexto, Cerruti fue el blanco de las críticas más duras y filosas.
Carlotto recordó su paso polémico por la Comisión de la Memoria de la provincia de Buenos Aires, donde la actual funcionaria porteña fue denunciada por "supuesta malversación de fondos públicos". De aquella época, pues, data el enfrentamiento entre ellas. Por la noche, la acusó, además, por televisión de "comerciar con los derechos humanos".
"Quieren confundirnos al igual que lo hacían antes cuando decían que estaba bien la dictadura y estaba bien que desapareciera gente. Ahora nos dicen que está bien que desaparezca Gabriela Alegre", dijo Carlotto, según reprodujo entonces diario Clarín.
La ex funcionaria alegó que los objetos estaban depositados allí en forma oficial y que, por ende, "Cerruti no podía no saberlo".
La ministra porteña salió a replicar los dichos de la titular de Abuelas: "Le voy a responder a Carlotto cuando se plante como militante kirchnerista, pero no desde su condición de Abuela", dijo al sitio de Internet Noticias Urbanas.
Eso sí: nunca más volvió a responder por esas acusaciones.
Diego Golberg
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